Los ediles Marco Antonio Fernández y Antonio Navarro Corchón, frente al segmento de muro vencido el pasado sábado. Kiko Asunción/ AGM

La lluvia deja derrumbes en el Molino Armero de Murcia a la espera de su recuperación

Parte del muro perimetral de la alberca se viene abajo tras los últimos chaparrones; el inmueble sufre también la presencia de okupas

Martes, 18 de marzo 2025, 01:01

Tortuoso está siendo el camino del Molino Armero hacia su rehabilitación, tanto que a veces es no fácil confiar en que la parte de ... su estructura que aún sigue en pie llegue íntegra al inicio de unas futuras obras. «Se me pone el corazón en un puño cada vez que llueve», ha reconocido alguna vez el que fuera su último propietario, José Marín Armero, el cual acabó culminando la cesión del inmueble al Ayuntamiento de Murcia para facilitar su recuperación.

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Tiene este sentimiento una sólida razón de ser. De hecho, las reiteradas lluvias caídas durante las últimas semanas han vuelto a hacer mella en este vestigio del patrimonio industrial y arqueológico de la huerta. Fue el pasado sábado, cruzado ya el mediodía, cuando parte del muro perimetral de la llamada alberca del molino se vino abajo. «Menos mal que no me ha pillado», entró comentando un cliente al estanco cercano.

Rápidamente hicieron acto de presencia en el lugar tanto María Pilar Vivancos, alcaldesa pedánea de Cabezo de Torres –que es donde se ubica el complejo–, como el concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, Antonio Navarro Corchón, y el de pedanías y Vertebración Territorial, Marco Antonio Fernández, que son los ediles responsables de las diversas actuaciones que se pretenden acometer en dos zonas diferenciadas de estas antiguas instalaciones de molienda.

La rehabilitación de la balsa andalusí está prevista para final de año, mientras que no hay fecha para actuar sobre el edificio

Sin embargo, tras el inmediato desescombro de la calzada anexa, la construcción continúa en su actual estado de precariedad. Debe ser, en principio, este año cuando se acometa la conversión del recinto de la también conocida como balsa islámica del molino en un gran huerto ajardinado de uso público, tal y como se anunció a principios del año pasado. De hecho, Fernández informó hace unos meses de la inclusión en los Presupuestos municipales de 2025 de una partida de 185.000 euros para acometer estos trabajos.

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La idea sigue siendo la de utilizar este encantador rincón, ocupado antiguamente por una balsa de riego de origen andalusí y enclavado en el Sitio Histórico de Monteagudo y Cabezo de Torres, en un espacio en el que realizar actividades como cursos, pequeños conciertos o representaciones, presididos todos ellos por almeces, almendros y limoneros y ambientados por el rumor del recuperado tramo de la acequia Churra la Vieja.

Pero este proyecto, en el mejor de los casos, no comenzará a ejecutarse hasta finales de año, ya que aún se está afinando la memoria previa, para ajustar el presupuesto antes de realizar el encargo definitivo de la redacción a la Urbanizadora Municipal (Urbamusa), en el plazo de un mes. Mientras el recinto presenta un gran boquete que se quiere cerrar al paso mediante un vallado provisional.

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«Nuestra propuesta preveía igualmente el derribo de toda esa tapia y, aunque no hay riesgo de vencimiento próximo del resto de pared, tiraremos alguna parte más para tranquilizar a los vecinos», explica a LA VERDAD Fernández. No obstante, las raíces y troncos de los árboles más cercanos amenazan con seguir dañando los muros, algunos con siglos de historia.

Edificio del Molino Armero; a través de la ventana se aprecian las vigas instaladas y la falta de cubierta. Nacho García

Puede ser por este inesperado acceso, generado por el derrumbe, por el que se han colado los okupas que han sido detectados por los vecinos, desde hace unos días, en el interior del anexo edificio del molino pimentonero; por este o por el que quedó abierto tras el derribo de parte del cerramiento a la izquierda de la puerta principal, el cual estuvo apuntalado durante varias años hasta su demolición.

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Doble riesgo

El riesgo de la presencia de moradores en el interior de este inmueble en ruinas –ya notificada por Urbanismo a la Policía Local– es doble. El de menor gravedad es el del posible expolio de la valiosa maquinaria que este encierra en su interior. No obstante, el mayor peligro lo supone la posibilidad de que estas personas puedan sufrir daños personales ante derrumbes ocasionales provocados por el estado de degradación de una estructura a la que un nuevo chaparrón amenaza con dar la puntilla.

Hay que recordar que no pudieron ejecutarse la totalidad de las obras de consolidación contratadas por el Consistorio el año pasado ante el incumplimiento en el que incurrió la empresa adjudicataria. El abandono del encargo obligó a ejecutar unos trabajos de emergencia, por los cuales se apuntalaron y cubrieron los muros con telas impermeables, dejando el resto de la intervención sobre el edificio para un futuro proyecto de rehabilitación integral. Sin embargo, la retirada de la cubierta, que no llegó a ser respuesta, permite que el agua siga filtrándose y causando daño en el edificio. Además, las vigas de madera originales, que fueron retiradas de manera temporal, permanecen en el huerto de la balsa pudriéndose.

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«Nosotros ya hemos hecho lo que podíamos, a la espera de la ejecución del proyecto de restauración definitivo del inmueble», señala Navarro Corchón. Así, aseguró que el encargo de redacción de esta propuesta se hará próximamente también a Urbamusa, a través de una decisión de Junta de Gobierno. Sin embargo, las obras no comenzarán antes del año próximo, ya que no existe partida para ello en las cuentas municipales de este 2025. La pregunta es cómo llegará esta joya de la huerta a ese momento.

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