Encontrar un misterio en la remota ciudad de Murcia, cuando menos, ya resulta complicado. Así que afrontar la resolución de alguno, en lo tocante al patrimonio, despabila el intelecto y dispara la curiosidad. Para curiosidad la que muchos murcianos han sentido estos días por conocer quiénes son los dueños del fantástico chalé que se vendía en el paseo del Malecón.
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La empresa no era fácil, desde luego. Y la empresa inmobiliaria, por aquello de la confidencialidad y otras peplas, tampoco soltaba prenda. Buscaba, más bien y es lógico, alguien que soltara los 700.000 euros que pedían por el inmueble.
Nisiquiera reaccionaron cuando les insinué que, si la casa era un proyecto del arquitecto Gaspar Blein, aún sería más valiosa. Ni caso. Al parecer, ya está vendida. Si es así, los nuevos dueños (otro misterio que resolveremos) se alegrarán esta mañana al leer LA VERDAD.
Una de las últimas propietarias fue doña Carmen Tarragó Garrido, de quien se puede rastrear en los archivos que estudió en 1939 en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza Alfonso X el Sabio. Su expediente académico, que se conserva, revela que había nacido en Siles (Jaén) y vivía con sus padres Fernando Tarragó Pons y Dolores Garrido Pérez en el «Paseo del Malecón sin número».
Su padre, natural de Segovia, desempeñaba en Murcia el cargo de ingeniero jefe de la Jefatura de Industria. Su función era tan amplia que igual establecía las tarifas que debían pagar los cinematógrafos por el correspondiente impuesto o las del agua que en 1936 distribuía la llamada 'The Carthagena Mining and Water Company'.
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Pese a su cargo, Fernando pasó durante décadas desapercibido en los papeles periódicos, salvo en esos anuncios oficiales que se veía obligado a firmar y no pocas campañas solidarias a las que aportó dinero. Pese a ello, quedó un rastro que hoy nos permite reconstruir la sorprendente historia del edificio. Y no encierra poca. De entrada, al menos según los papeles, el edificio no es de 1927, como anunciaba la inmobiliaria.
En el año 1929, según consta en el espléndido Archivo Municipal de Murcia, Fernando Tarragó presentó los planos para construir un nuevo hotel «en el camino bajo del Malecón», actual calle Alcalde Gaspar de la Peña. Un 7 de agosto solicitó al Ayuntamiento capitalino que le concediera la licencia para las obras, cuyo proyecto, que se adjuntó a la petición, estaba firmado por Gaspar Blein.
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Gaspar Blein Zarazaga (1902-1988), natural de Madrid, obtuvo por concurso la plaza de arquitecto municipal de Murcia en 1929. Antes lo había sido de Ceuta y después lo sería de su ciudad natal, en 1933.
Volvería a relacionarse con la ciudad más tarde, en 1949, aunque mejor que no lo hubiera hecho. Porque firmó el plan urbanístico que, con el capricho de abrir una supuesta y luego fallida Gran Vía, arrasó el trazado medieval de la urbe, baños árabes y no sé cuantas casonas, conventos y calles incluidos.
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El llamado Plan Blein, aunque inspirado en parte en las ideas del arquitecto municipal Daniel Carbonell, incluyó, por ejemplo, el trazado de las rondas Norte y de Levante o la plaza Circular, vulgo la Redonda.
Pero no era mal arquitecto. A la vista está el chalé de estilo ecléctico, acaso el más bello de cuantos proyectó, que estos días ha salido a la venta. Para su construcción, Blein aportó los planos del edificio, que también se conservan en el Archivo Municipal del Almudí.
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La solicitud de Fernando Tarragó para la construcción de su hotel-casa recibió los informes favorables de la Junta de Sanidad un 9 de octubre de 1929. El arquitecto municipal también dio luz verde al proyecto, solo advirtiendo de que debía retranquearse la fachada al nivel del Instituto Provincial de Higiene, que estaba en la misma calle. La licencia definitiva le fue concedida el 13 de enero de 1930.
Fernando Tarragó, por cierto, jamás quiso abrir un hotel para viajeros. El término se usaba para designar una vivienda unifamiliar aislada de las colindantes, según recoge la segunda acepción de la Real Academia de la Lengua.
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En la memoria descriptiva del proyecto se aclaró que era para «la construcción de un Hotel-vivienda para la familia de Don Fernando Tarragó». En la planta inferior se disponían los departamentos destinados a la vida común, reservando la superior para los dormitorios, el cuarto de baño, la habitación de huéspedes y del servicio y un retrete. La planta segunda compondría una sola habitación que formó la torre.
Propietario y arquitecto se comprometían a iniciar las obras en los diez días siguientes a la obtención de la licencia. Debían concluirlas en un plazo de seis meses a contar desde su comienzo.
El edificio sería más tarde heredado, ya no sé si solo para ella, por Carmen Tarragó, quien aprobó la oposición libre para el ingreso en el cuerpo de farmacéuticos en febrero de 1964. En 1968, cuando menos, ya estaba al frente de la farmacia ubicada en la calle Mar Caribe, en Santiago y Zaraíche, según publicó LA VERDAD. En el año 1981, seguía abierta en el mismo lugar, que el diario 'Línea' llamaba con acierto «Pueblo Nuevo». En 2006, Carmen Tarragó recibió la Medalla de Plata del Colegio de Farmacéuticos por haber cumplido medio siglo desde su colegiación. Falleció el 18 de marzo de 2023, según su esquela publicada en LA VERDAD, a la edad de 93 años. Tenía siete hijos.
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