Investigan a un tatuador de Murcia por la presunta agresión sexual a varias mujeres en su estudio
La Policía ha recibido una primera denuncia, pero al menos una docena de jóvenes, algunas menores, relatan tocamientos
Varias mujeres han decidido alzar la voz ante las supuestas agresiones sexuales cometidas por un tatuador en un estudio de Murcia. Algunas de las afectadas ... eran menores de edad cuando se produjeron estos supuestos ataques sexuales y una de las afectadas ya ha formalizado una denuncia ante la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (Ufam) de la comisaría del Carmen de la Policía Nacional, que ha abierto una investigación, según confirmaron a LA VERDAD fuentes del Cuerpo. Otras jóvenes, al menos una docena, tienen previsto acudir en los próximos días para denunciar hechos similares, presuntamente ocurridos en los dos últimos años y con un patrón común.
La primera afectada, que ya ha puesto su caso en manos de la Policía y que hizo público el supuesto abuso sexual en una red social, relata que acudió al estudio el pasado enero para hacerse un tatuaje con motivo de la cercanía de su 18 cumpleaños. Aunque en el centro trabajan varios artistas, la adolescente explica que, cuando llegó a su cita, se encontró al supuesto agresor solo y con las luces prácticamente apagadas, una situación que también es puesta de manifiesto por otras afectadas. «Empezó a hacerme preguntas como insinuándome cosas: cuántos años tienes, pareces mucho mayor, que si tenía novio y cosas así», explica.
Víctima uno
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- «Cogió mi ropa interior y me la echó para un lado. Me quedé literalmente desnuda (...) Fue muy desagradable para mí»
La adolescente tenía pensado hacerse un dibujo en un muslo y se había puesto una falda «para no tener que quitármela», pero asegura que el tatuador la instó a hacerlo. «Yo tengo de antes unas mariposas más metidas para la ingle y el chico dijo 'a ver las mariposas'. Cogió mi ropa interior y me la echó para un lado», rememora. «Me quedé literalmente desnuda». La joven, que todavía no había alcanzado la mayoría de edad, expresa que en ese momento «me sentía superindefensa y llegué a pensar que, si le decía algo, la que iba a quedar mal era yo».
Tras someterla a supuestos tocamientos en el glúteo, el artista la citó para una segunda sesión otro día y la adolescente acudió con su madre. La chica asegura que el tatuador insistió para que su madre no la acompañase en la sala y que nuevamente volvió a moverle la ropa interior. «Fue superdesagradable e incómodo para mí».
Una publicación viral
Su publicación en la red social pronto se hizo viral e hizo que afloraran acusaciones de otras personas que se presentaban como víctimas del tatuador y llevó a otras supuestas víctimas a levantar la voz. Es el caso de otra joven que, relata , fue atendida por este mismo profesional cuando acudió al estudio hace dos años. En su caso, quería plasmarse una frase en inglés en la zona lumbar y, cuando llegó, encontró al hombre solo y con el centro con escasa luz. «Me dijo que me tumbara en la camilla y me bajó el pantalón por los tobillos y el tanga a medio muslo», relata la joven. «No lo vi necesario, pero me callé por vergüenza».
Esta mujer explica que, durante la realización del trabajo, el hombre se apoyaba constantemente en sus glúteos. Cuando terminó, le dijo que le tomaría unas fotografías del trabajo y la colocó de espaldas en ropa interior. «Tras hacerme varias fotos, noté que me metía dos dedos en la vagina», asegura. «Me di la vuelta y estaba temblando».
Víctima dos
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- «Me dijo que me tumbara y me bajó el tanga a medio muslo. No lo vi necesario pero me callé por vergüenza»
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- «Tras hacerme varias fotos, noté que me metía dos dedos en la vagina», asegura. «Me di la vuelta y estaba temblando»
Tras marcharse rápidamente del estudio, la mujer asegura que le contó lo ocurrido a sus amigas y que se puso en contacto con un compañero del hombre para advertirle de lo que había ocurrido. «Me calentaron la cabeza con que no dijese nada y me callé», explica. «Me devolvieron el dinero del tatuaje».
Una tercera joven, que tiene ahora 18 años, afirma que acudió al estudio en tres ocasiones este año. «Fui con una amiga. Me lo recomendó porque hacían tatuajes baratos». En su primera cita, a mediados de abril, cuando aún no tenía la mayoría de edad, notó actitudes que le incomodaban. «Dejaba su peso sobre mí. Me metía el codo en las partes íntimas cada vez que repasaba el tatuaje». La segunda sesión fue el 24 de abril, con el estudio ya cerrado y a oscuras. «Me escribió por WhatsApp para decirme que tenía que repasarlo. Cuando llegué, cerró la puerta».
Víctima tres
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- «Fui con una amiga que me lo recomendó porque hacían tatuajes baratos»
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- «Me dijo que podía pagarle el trabajo de esa manera, mientras me metía los dedos en la vagina»
El tatuador le pidió que se quitara el sujetador para trabajar bajo el pecho. «Le pregunté si hacía falta y me dijo que sí, que era para ver cómo caía el pecho y si tapaba el diseño. Me lo quité y empezó a tocarme más». Durante esa sesión, le propuso un diseño íntimo. «Dibujó una llama en el glúteo. Yo no quería un tatuaje ahí, pero empezó a tocarme, decía que lo había dibujado mal, lo borraba y lo volvía a hacer».
En la tercera cita, el tatuador supuestamente fue más allá. «Me bajó los pantalones hasta los tobillos, me quitó la ropa interior y me dejó semidesnuda sobre la camilla». Como no llevaba dinero, afirma que le dijo: «Me lo puedes pagar de esta forma», mientras le introducía los dedos en la vagina. «Cerré las piernas y le dije que no quería ese tatuaje». Durante la hora que duró la sesión, denuncia que la colocó en posiciones forzadas, semidesnuda, y que incluso «me dio una palmada en el culo» mientras «se restregaba sus partes conmigo». Sobre las diez de la noche, logró salir con la excusa de que su madre la esperaba.
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