En su relato 'Torreagüera, historia por descubrir', que se presenta hoy (centro cultural Antonete Gálvez, 19.30 horas), Raúl Jiménez Lorca huye de los grandes acontecimientos para centrarse en esa historia más cercana que a veces pasa inadvertida. En esta entrevista, el vicepresidente de Bicihuerta y cronista oficial de Torreagüera expresa su defensa por la conservación de la huerta de Murcia: «Debería ser Patrimonio de la Humanidad».
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–¿Qué descubrirá el lector en este relato que ahora ve la luz?
–La obra, disponible en formato digital, muestra ciertos aspectos, hechos y personajes que quedaron plasmados en antiguos libros y legajos pero que han estado mucho tiempo en la oscuridad; ahora ha terminado su largo letargo. Por ejemplo, recuerdo los ataques que sufrió la población de la huerta de Murcia por parte de tropas afines a los Austria durante la Guerra de Sucesión.
–¿La historia más cercana, esa que no aparece destacada en los manuales, continúa siendo la gran desconocida?
–Sigue ocurriendo. Estamos acostumbrados a estudiar, escuchar y leer los grandes acontecimientos y, sin querer, desechamos o no prestamos atención a la historia más cercana, la que nos afecta directamente. Pero nuestra historia es fascinante y sobre todo nos ayuda a saber quiénes somos y de dónde venimos, descubriendo nuestras raíces.
–La asociación Bicihuerta se distingue por la defensa del patrimonio cultural. ¿Esa labor da más alegrías que sinsabores?
–Es una pregunta agridulce. Conseguir la catalogación de un bien se parece mucho a una carrera de obstáculos, porque los trámites se hacen eternos. Pero una vez que se logra esa protección, toda la Región está de enhorabuena y es una alegría inmensa. No obstante, después hay que velar por su mantenimiento, que también tiene su miga.
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–La salvaguarda de la huerta de Murcia ha sido seña de identidad del colectivo al que representa. ¿La estamos dejando morir?
–La huerta está en la UCI. Para evitar que muera hay que seguir dictando ordenanza y leyes para protegerla y, por supuesto, creer en lo que se esta haciendo; si no todo lo que se haga no sirve de nada. Hay que proteger la red de acequias y el patrimonio relacionado con estas infraestructuras, desde molinos a parajes típicos. Nosotros hemos sugerido a la Comunidad Autónoma que ese paisaje agrícola merece ser Patrimonio de la Humanidad, y esperamos que promueva esta iniciativa.
–¿Hay una mayor preocupación ciudadana por la conservación del legado cultural?
–Sin duda. Los colectivos y personas que velan por el patrimonio cultural y los medios de comunicación han realizado una gran labor en este sentido durante los últimos años. Pero la conservación depende de todos los murcianos, no solo de asociaciones o de la Administración, ya que es algo muy nuestro.
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–¿Está reconocida la labor de cronista oficial?
–Ningún cronista aspira a reconocimientos públicos, simplemente buscamos en las entrañas de los escritos para trasmitir nuestra historia, para que queramos más a nuestra tierra. La satisfacción es que cuando vas por la calle alguien te pare y te diga que ha aprendido algo de su pueblo que desconocía.
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