La Federación Regional de Hostelería y Turismo (Hostemur) se reivindica como la entidad más representativa del sector y rechaza los «ataques» lanzados desde otras asociaciones minoritarias como Asbamur y Empresarios por la Calidad del Ocio (ECO). Jesús Jiménez, presidente de Hostemur, volvió a comparecer ayer en la sede de la Croem, por segunda vez en cinco días, para denunciar que los hosteleros son objeto de una «campaña de desacreditación total» por rebelarse contra la declaración de tres zonas de protección acústica en el centro de Murcia e insiste en que, con 40 años de trayectoria, Hostemur es la federación que agrupa a asociaciones regionales de bares especiales, cafeterías, restaurantes, salas de fiesta, salas de conciertos, hoteles, albergues y campings, entre otros. «El sector está más unido que nunca», avisa Laura Mateo, secretaria general de Hostemur. Incluso se baraja la posibilidad de un paro, para el que no se habría fijado todavía una fecha.
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Jiménez recordó que no se financian con subvenciones, sino con cuotas de socios, «con lo que nos cuesta llegar a final de mes, pero tenemos independencia para opinar sin ninguna atadura». Dijo que la mayoría de bares de ocio están integrados en Hostemur y el 50% de las discotecas, «que por desgracia son muy pocas porque la crisis económica de 2007 a 2010 ha diezmado el sector con la desaparición de más del 60% de las salas». Y mencionó que Asbamur y ECO pueden tener representación, «pero nos han transmitido algunos socios que están hartos de las manipulaciones de sus nombres». «Debemos aplicar la representación a casa asociación en su justa medida», exigió Jiménez.
«Esto no es un problema del ocio nocturno, ni diurno, ni de bares, ni de restaurantes, ni empresarios ni vecinos», sostiene Jiménez. «Es un problema de toda la ciudad. Se habla de sacar la actividad de ocio del centro y llevársela a Atalayas y Mariano Rojas, pero es una queja constante la de la asociación de vecinos de Mariano Rojas los problemas constantes que hay de ruidos y de drogas. En Atalayas tenemos un polígono industrial con una zona de ocio, donde se concentra la mayor capacidad de plazas hoteleras de la ciudad, y son constantes las quejas de la Asociación de Hoteles de Murcia por los problemas».
El presidente de Hostemur cree que Murcia tiene condiciones para convertirse en una «potencia turística» en base a la gastronomía y al ocio, y mencionó que si Santa Eulalia ha dejado de ser un barrio al borde de la marginalidad para ser una zona de innovación ha sido «gracias a la hosteleros y a los vecinos». «Es triste que se trate de imponer una zona de especial protección acústica desde San Juan a la plaza de la Universidad y que a su vez se promocione un mercado gastronómico [el de Correos] con terraza de 200 metros, locales que tienen previsto un acceso anual de medio millón de personas y sin parking porque es bueno para dinamizar Santa Eulalia. Sin embargo, no se nos necesita a los empresarios que estamos allí. Esto hay que abordarlo todo en conjunto, no por partes interesadas».
Hostemur creía que la mesa sectorial del ruido iba a ser capaz de resolver las incidencias que surgieran, «pero hemos visto cómo se ha menospreciado a todos los sectores representados, y han sido utilizados como una mera justificación». Ante esta situación, Jiménez aboga «por una solución conjunta y viable» frente a las «soluciones ridículas». Al mismo tiempo, defiende el informe pericial encargado a la empresa Bluenoise, aportado en fase de alegaciones, con el que Hostemur exige la nulidad de los mapas de ruido de ocio porque los datos de las mediciones carecen de fiabilidad para el técnico Salvador Domingo. Jiménez añadió para disipar dudas que no hay obligación de figurar en el registro de empresas que hacen auditorías ambientales en la Región -«sin actualizar desde junio de 2015»- ni formar parte del registro de entidades colaboradoras de la Administración.
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«Están atacando al mensajero», afirmó Jiménez, «y cuando lo hacen es porque debemos llevar mucha razón». Hostemur percibe una clara falta de voluntad por parte del Ayuntamiento: «En vez de generar tranquilidad y consenso se está provocando una alerta sin sentido». La federación rechaza las previsiones de que en algunas zonas se reduzcan las mesas y sillas de terrazas en un 75% en el plazo de un año, que se acorten los horarios de las terrazas, que se cambien los criterios cada dos por tres -ahora sombrillas en lugar de toldos-, los cálculos de aforo, el bloqueo de concesiones... «Y por primera vez hemos dicho basta. Toda la vida hemos convivido de forma pacífica y alguien tiene que preguntarse qué pasa. Nosotros no somos solo el problema, nosotros somos parte de la solución. Somos vecinos, los vecinos son nuestros clientes. No están viniendo cientos de turistas. Tenemos la obligación de entendernos y alcanzar un consenso y permitir la convivencia de vecinos, sin extremos, y de empresarios, sin extremos. Pero falta la voluntad política para conseguir eso».
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