Guerra a las caídas y a la soledad en Murcia
Centros de mayores y de salud se alían para luchar contra «la segunda causa de muerte no natural en personas mayores» con ejercicios adaptados
La realidad pone los pelos de punta. «Es la segunda causa de muerte no natural en personas mayores», asegura Carmelo, enfermero de Geriatría en ... La Arrixaca, que define las caídas, «la mayoría en el domicilio», como «un problema de salud pública; nos preocupa muchísimo». Además, es «el principal motivo de ingreso entre la población mayor», apuntan Toñi Montoya e Isabel García, enfermeras del centro de salud Infante que dirigen las sesiones en el centro de mayores del barrio y que cifran en un 35% la reducción del riesgo de caídas de esta iniciativa. «Es bastante eficaz».
Precisamente estos datos llevaron a Salud a implantar el programa Otago, que ha ido extendiendo sus redes por la Región gracias al trabajo conjunto de enfermeras de Atención Primaria y centros de mayores. «Son ejercicios enfocados a mejorar la fuerza en piernas y tronco y el equilibrio», explican Toñi e Isabel. Además, contribuyen a reducir inseguridad y miedo en los mayores de 65 que los practican. Y sobre todo, destacan los sanitarios, se han convertido en un salvavidas frente a la soledad, ya que «les hace salir de sus casas, cuando a veces no encuentran motivos».
La clase empieza. Como si fuera una coreografía, la inician con estiramientos, siguen con ejercicios de equilibrio y sentadillas para aumentar la fuerza. «Son 12 sesiones, cinco presenciales, y un seguimiento individualizado» para ver cómo van y si practican en sus domicilios la rutina, detalla Toñi. Pero las participantes, la mayoría mujeres, van más allá. «Cuando llego a casa los hago con mi compañero, que tiene 10 años más y peor movilidad», apunta Conchita López, de 71 años, a la que animaron a acercarse al centro sus hijos: «Separarme fue un golpe grande y no tenía ganas de salir de casa. Pero vine al Centro de Mayores del Infante y aquí me quedé. Hay muy buen ambiente, buenas compañeras».
ASÍ LO VIVEN
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Visitación Mera, 73 años «Esto es muy bueno, se socializa, ves que no eres la única. Recibo más que doy»
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Eulalia Navarro, 75 años «Tuve varias caídas al salir de la bañera y al limpiar la cocina. Ahora voy mejorando»
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Conchita López, 71 años «Nos viene muy bien, sobre todo a mi compañero: lleva una prótesis y tiene movilidad reducida»
Las participantes de hoy, solo un hombre, están encantadas. Han encontrado en el Centro Social de Mayores del Infante, reabierto hace tres años por la actual junta directiva que preside Manuel Sánchez, un antídoto a la soledad y un aliciente para mejorar su hábitos. «Estamos enfocados en ofrecer servicios para que los más de 200 usuarios lleven una vida más saludable y evitar su soledad. Tenemos: peluquería, cantina con menús, taichí, memoria, caminatas, baile y lotería familiar», detalla Manuel. Lo celebra Visi (73 años), que pasó buena parte de su vida «cuidando a un familiar y, cuando murió, pensé que mi vida se había terminado». Ahora ha dado un giro, ha hecho buenas amigas y comparte largas caminatas –«hago 30.000 pasos al día»– y paseos en bici. Presume feliz.
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