El feliz regreso a casa de 'Bimba'

La familia Galipienso Muñoz no olvidará nunca las angustiosas horas que pasaron hace unas semanas, cuando perdieron el rastro de su perra 'Bimba'. Una pastora belga de variedad malinois de tan solo tres meses y medio de edad que en muy poco tiempo se ha convertido en una más de la casa de Monteagudo donde Francisco y Natalia viven con sus dos hijos, Aitana y Leo, dos pequeños de 8 y 6 años.

«Esa tarde me había olvidado el móvil y me di cuenta cuando llegué al trabajo. Fue entonces cuando volví a casa para cogerlo y la perra estaba allí, jugando tan feliz como siempre. Al rato, mi hija me llamó muy preocupada diciéndome que 'Bimba' había desaparecido y que no había rastro de ella. Desde el primer momento supe que nos la habían robado porque era imposible que se hubiese escapado», asegura Francisco, convencido de que la valla que cerca la parcela donde la cachorra campa a sus anchas no tenía ningún hueco por donde el animal pudiera escaparse.

A partir de ese momento, Francisco y Natalia difundieron la desaparición de su perra en redes sociales con la ayuda del alcalde pedáneo, David Campoy, a quien están «inmensamente agradecidos» por su actuación, ya que sostienen que sin su ayuda esta historia no hubiera tenido un final feliz. «Se implicó muchísimo y no olvidaremos nunca lo que ha hecho por nosotros», resalta el dueño de 'Bimba'.

Al poco tiempo de compartir la publicación en la que se alertaba del extravío de la cachorra, una mujer escribió al pedáneo diciendo que esa misma tarde había visto a 'Bimba' en un parque de Monteagudo con un vecino de la zona, aunque este nunca llegó a reconocer que había robado al animal. «Decía que se la había encontrado, pero la llegó a vender a una persona de San Javier por 150 euros e incluso pidió un rescate económico», rememora Francisco de una secuencia temporal en la que tuvo la sensación de que las agujas del reloj iban más lentas de lo habitual. «No llegaron a pasar 24 horas cuando David nos entregó a nuestra perra, pero se nos hizo eterno porque nos temíamos lo peor. Mis hijos no paraban de llorar y ni mi mujer ni yo pudimos dormir en toda la noche pensando que no íbamos a poder recuperarla».

Una sensación de angustia que ya habían experimentado hace cinco años, cuando su otra mascota, 'Bruno', un perro adulto de la misma raza que 'Bimba', se escapó de casa y estuvo tres semanas en paradero desconocido. «Se pasa muy mal porque un perro es como uno más de la familia. No entiendo cómo hay gente capaz de arrebatar los animales a sus dueños y hacer negocio con ellos», lamenta Francisco.

Como pasó con 'Bimba', la colaboración ciudadana a través de las redes sociales fue clave para que 'Bruno' regresara a casa sano y salvo. «Son herramientas muy útiles para difundir rápidamente que un animal se ha escapado o anda perdido. Ayudan mucho», resalta Francisco, quien reconoce que ahora no le quita ojo a ninguno de sus dos pastores belgas. «En cuanto escucho un mínimo ruido, me asomo por la ventana», confiesa. De hecho, dice que tiene previsto reforzar la seguridad en su vivienda para que los amigos de lo ajeno no puedan aprovechar un descuido y llevarse a sus queridos canes nunca más.

• Temas
• Mascotas
• Navarra
• Monteagudo