Libertad provisional con orden de alejamiento para el acusado de agredir a su novia y al chico que la defendió

El joven que presuntamente agredió a su pareja y al chico que acudió a defenderla en una zona de ocio de Las Atalayas, en Murcia, ha quedado en libertad provisional tras prestar declaración ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Murcia. La juez le impone como medida cautelar antes de la celebración de un futuro juicio una orden de alejamiento del hombre al que agredió y que actualmente se encuentra hospitalizado y también establece una orden de protección para la chica, menor de edad, atendiendo a la solicitud del ministerio público.

El presunto agresor, que está acusado de un delito de violencia de género y otro de lesiones agravado, se entregó a primera hora de esta mañana de jueves en las dependencias de la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Murcia para prestar declaración.

La Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) llevaba varios días buscándole y consiguió, que el acusado acudiera a dependencias policiales gracias a una intensa presión ejercida durante las últimas horas en las que el joven se había escondido en diferentes casas de familiares para evitar ser detenido. Mientras agentes de la unidad especializada de la Policía se centraban en la búsqueda del presunto autor de los hechos, otros se centraron en lo primordial para la Policía Nacional, encontrar a la víctima. Un rastreo a través de las diferentes redes sociales permitió que los investigadores localizaran a la víctima y comenzaran a aplicarle el protocolo establecido como víctima de violencia de género.

La agresión se produjo en torno a las 4.30 horas en un callejón, cerca de la puerta de una discoteca de Atalayas. Fue allí cuando, tal y como relataba a LA VERDAD, el joven agredido vio que el presunto agresor daba «varios tortazos» a una chica e intentó mediar para que la dejara tranquila. El presunto maltratador se volvió y se plantó frente él. «Ambos nos cogimos de los brazos y le volví a decir que nos fuéramos. Fue cuando recibí el primer puñetazo en la cara», contaba a este periódico Raúl, que inmediatamente cayó desplomado y comenzó a recibir, indefenso, los numerosos golpes que le dejaron el cuerpo magullado y la cara desfigurada.