![Diez 'perlas' olvidadas de la arquitectura de Murcia](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/11/27/1474475857-RsOUgs642Uq0KG1RHdhOPfL-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![Diez 'perlas' olvidadas de la arquitectura de Murcia](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/11/27/1474475857-RsOUgs642Uq0KG1RHdhOPfL-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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El inventario municipal de edificios protegidos de Murcia afronta su mayor ampliación. La maquinaria administrativa se ha puesto en marcha para catalogar 78 inmuebles que, pese a su valor a la hora de mantener la identidad del tejido urbano, carecen de un blindaje que asegure su conservación. Detrás de esta iniciativa aparece el nombre del profesor universitario de Historia Contemporánea Gregorio Sabater, miembro de Huerta Viva y de la Plataforma por la Defensa del Patrimonio Cultural de Murcia. En 2015, Sabater, que entonces preparaba su tesis doctoral, aprovechó sus paseos por la ciudad –«necesitaba despejar la cabeza y aclarar ideas», recuerda– para hilvanar una relación de edificaciones que, en su opinión, merecían la catalogación. El docente selecciona para LA VERDAD, en un recorrido desde El Carmen hasta Santo Domingo, diez de estas construcciones que aspiran a salir del olvido.
1
En el listado que tramita el Ayuntamiento figuran edificios tanto públicos como privados, residenciales, sedes de organismos oficiales y hasta algún que otro alojamiento hotelero. Es el caso de la Pensión Segura, que, aunque transformada, se mantiene como la única construcción original de la plaza de Camachos, cuyo diseño urbano data del último tercio del siglo XVIII. De equilibrada fachada y mirador central, destaca su remate aterrazado con barandilla y machón de obra, de los que ya casi no quedan en la ciudad.
2
En el barrio del Carmen, once inmuebles aspiran a entrar en el catálogo municipal. Uno de ellos es el Edificio Camachos, en el número 10 de la plaza del mismo nombre. Se trata de una reconstrucción historicista, de los años 40 del siglo XX, que imita la antigua casona del Concejo que se alzaba en esa misma esquina. Cuando Martín Solera y Pedro Pagán concibieron esta plaza cuadrangular, en el último tercio del XVIII, los balcones de este edificio, y de su gemelo del Cabildo, servían para acoger al público que asistía a los espectáculos taurinos que allí se celebraban.
3
La plaza de San Julián, en el barrio de San Antolín, esconde encajonada en el número 10 una de las escasas viviendas populares del siglo XVIII que todavía se mantienen en pie en Murcia. Su fisonomía, de ladrillo visto, refleja la distribución típica de estas construcciones: planta noble, en la que destaca el balcón ribeteado, y desván en la zona superior con revoco en color azul y ventana. El inmueble mantiene su uso residencial, con un buen estado de conservación, aunque la entrada no responde a su diseño original.
4
El centenario Edificio Mariano Bo (plaza San Julián, 2) –denominado así por el establecimiento que hubo en sus bajos– responde al diseño de vivienda burguesa. Reconocible por su fachada azul, llama la atención la distribución de sus balcones, en una especie de juego con las formas, enmarcados y con elaborada rejería. Al lado, el inmueble ubicado en el número 3 también aspira a entrar en la catálogo municipal por su porte historicista, en un intento de conservar la esencia que todavía destila este rincón del casco antiguo.
5
En el trasiego diario que respira el histórico eje de Platería, este alargado bloque de tres plantas, pintado de rojo, pasa desapercibido. Destacan en su fachada, de apenas tres metros de anchura, los dinteles de escayola, si bien el último presenta riesgo de desprendimientos, por lo que permanece cubierto con una malla de protección. Como curiosidad, los vanos se van haciendo más pequeños conforme se asciende. Con entrada por la calle San Bartolomé, frente a la hornacina de las ánimas, la vivienda conserva una reja de buche de paloma.
6
El cruce de las calles San Cristóbal, Trapería y Platería, conocido como las cuatro esquinas, no sería el mismo sin este inmueble de fachada amarilla, que se hace un hueco entre dos reconocidas obras firmadas por los arquitectos Justo Millán y José Antonio Rodríguez. Su protección se basa en que una hipotética alteración de esta construcción mermaría el conjunto en sí y, de paso, todo el encanto que atesora el céntrico enclave urbano. De finales del siglo XIX, la edificación responde al modelo de vivienda tradicional, con balcones y desván.
7
Quién diría que el edificio de Trapería 21 (en la foto) y la Casa Cerdá, en la vecina plaza de Santo Domingo, son coetáneos. Su diseño habla de los nuevos tiempos que llegan a la arquitectura: huye del historicismo y se entrega al racionalismo. De ahí sus líneas puras y su casi nula decoración. Guarda, además, el recuerdo de unos tiempos convulsos. Se levantó en 1935 al amparo, según una placa que aún luce en la fachada, de la 'ley salmón', que pretendía frenar el paro obrero con la construcción de viviendas. En la cornisa conserva la estructura de unas poleas, que recuerdan a las de las viviendas de Ámsterdam.
8
El bloque de la calle Andrés Baquero 12, datado a mediados del siglo XIX, responde a las trazas de vivienda burguesa. Impone su sólida portada de ladrillo visto, aunque la maraña del tendido de cables le resta elegancia al conjunto. Destaca la equilibrada distribución de sus balcones de madera con rejería, tres por altura, mientras que la última planta aparece pintada en un tono rojizo. Una ventana de forma semicircular aporta luz natural a la entrada, y el entresuelo luce unas cancelas cerradas, que tuvieron que estar también en los bajos, hoy ocupados por establecimientos comerciales.
9
A medio camino entre el historicismo y la arquitectura moderna, el edificio ubicado en el número 11 de Andrés Baquero resulta difícil de encasillar. La entrada recibe a sus inquilinos con un frontón partido, acabado en volutas, de estilo neobarroco en cuyo interior aparece la antigua numeración de la calle. El bloque residencial, que juega con los volúmenes, aparece rematado con un voladizo curvo de hormigón visto. En la última planta llama la atención un balconcillo con forma semicircular que sobresale de la fachada de ladrillo. Los técnicos advierten del riesgo de desprendimientos.
º0
El lateral sur de la plaza de Santo Domingo ganará cuatro edificios protegidos con la ampliación del inventario municipal. El bloque de fachada amarilla situado en el número 11 –aledaño a 'El acorazado', ejemplo de la arquitectura del movimiento moderno– hunde sus cimientos en los años 30 del siglo XX. De cinco alturas, presenta miradores corridos en la primera y la última planta, y aparece coronada por la caja de la escalera. Los otros inmuebles que aspiran a su catalogación, conformando un conjunto, se sitúan en los números 13 (con azulejería), 15 (acabado en rojo) y 18 (de ladrillo y balcones blancos).
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Fernando López Hernández y Rubén García Bastida
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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