La Cordillera Sur, punto de Murcia en el que se reciben mayor número de avisos por mosquitos
Los técnicos municipales señalan que las lluvias de esta primavera no han tenido especial incidencia en la proliferación de artrópodos, por su prontitud; la población de polillas mermará «en unos días»
La Cordillera Sur. Ese es uno de los puntos del municipio en los que se reciben mayor número de avisos por presencia de mosquitos. «Seguramente será porque es uno de los puntos con mayor vegetación», explica José María Meseguer, jefe del Servicio de Control de Plagas del Ayuntamiento de Murcia, precisando, no obstante, que las comunicaciones sobre estos posibles focos se producen en zonas de todo el municipio.
Así lo explicó el técnico municipal durante la presentación del dispositivo especial del Consistorio para el control de las poblaciones de mosquito y mosquito tigre. Reconoce Meseguer que antes estas actuaciones tenían un periodo más acotado, que arrancaba antes de la primavera y acababa ya entrado el otoño, pero con la evolución al alza de las temperaturas, la campaña de control se viene extendiendo, ya desde hace un tiempo, a todo el año. Además, este año, el municipio -como otros puntos de la Región y del país- ha registrado una primavera muy lluviosa que, «sin embargo, no ha afectado demasiado al crecimiento de las poblaciones».
«Las precipitaciones llegaron relativamente pronto y la ausencia de fuerte calor en ese momento no ha favorecido la proliferación; no obstante sí hemos tenido que intervenir antes, allá por el mes de febrero, en zonas de fuerte proliferación, como en la Vereda de Tabala», añade Meseguer, explicando que normalmente los mayores esfuerzos se concentran hasta julio, momento en el que se da el pico, para notar una bajada en agosto, «mes en el que no se encuentran acumulaciones de agua», ante la fuerte y prolongada calorina estival.
Además, Lidia Najar, bióloga y responsable técnica de Lokímica, empresa concesionaria del servicio -que renovó su gestión en noviembre tras una nueva licitación-, explicó que se hace un control de toda la ciudad y pedanías con revisiones mensuales en zonas conflictivas como los imbornales y zonas cercanas al ciudadano, pero también con una inspección de las llamadas zonas inundables, más perimetrales a la ciudad. Se utiliza para ello todo un despliegue de medios que incluyen, por ejemplo, camiones con cañones de agua o drones.

Este control suele ser fundamentalmente mediante el uso de medios biológicos que actúan sobre las larvas, atrofiando su sistema digestivo y evitando que estas puedan alimentarse y desarrollarse. De hecho, subraya Meseguer que la fumigación con productos biocidas queda restringida a muy pocos casos, ya que no es muy efectiva, dado que estos artrópodos suelen dispersarse. No obstante, destacó que los mosquitos no suelen alejarse más de cien o doscientos metros de su lugar de cría, por lo que es necesario actuar sobre aquellas pequeñas acumulaciones de agua que favorecen su proliferación.
«Nosotros podemos actuar en imbornales o estanques, que son zonas públicas donde se producen estas colecciones, pero hay que tener en cuenta que entre el 60% y el 80% de los focos se producen en entornos privados, especialmente en macetas o jardines, sobre todo en una zona de huerta como Murcia, por lo que es importante la vigilancia vecinal, añadiendo, además, a los estanques, peces ornamentales que se coman las larvas, o clorando depósitos o piscinas», insiste Meseguer.
Aplicación para las alertas
No obstante, recordó la edil de Bienestar Social, Familia y Salud, Pilar Torres, que el Ayuntamiento de Murcia cuenta con una aplicación para actuar ante estos avisos en zonas públicas -y dar pautas de actuación en el caso de las privadas-, que se atienden en menos de 48 horas y, en casos urgentes, en menos de 12 horas. De hecho, se ha formado a los pedáneos para su uso y para su difusión entre la ciudadanía. Subrayó Torres que de 2023 a 2024 los avisos por esta vía se redujeron en un centenar. Así, el año pasado se recogieron 387 comunicaciones por mosquitos, 591 por roedores y 579 por cucarachas.
Hay que recordar que el efecto del cambio climático, que extiende las altas temperaturas durante más meses al año favorece la presencia de artrópodos durante todo el año, incluyendo el mosquito tigre, por lo que es necesario controlar sus poblaciones para evitar la entrada de enfermedades tropicales en la península que se puedan convertir en un futuro en endémicas. Destaca Torres, además, que el nuevo contrato de control de plagas, con un presupuesto de alrededor de un millón de euros. Destaca, asimismo, la edil que se han ampliado las especies a controlar, incluyendo chinches y garrapatas y destacando que ahora se hacen intervenciones en el caso de familias vulnerables.
No incluyen estas especies a tratar las polillas que se están dejando ver durante estos días, en gran número por diversas zonas del municipio. Explican así las autoridades municipales que no se puede considerar este incremento poblacional como 'plaga' ya que no se trata de insectos capaces de causar daños a la salud, a los cultivos o a algún tipo de bienes, incluida la ropa, dada la falsa creencia -dado su nombre popular- de que se alimentan de las fibras de la ropa. «Las condiciones meteorológicas han facilitado una explosión demográfica de estos lepidópteros o mariposas nocturnas, que vienen del norte de África», puntualiza Meseguer, precisando que no tendría sentido dedicar medios a minorar su presencia, dado que, además, lo normal es que, ante su corta vida, desaparezcan en unos días.
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