Carril bici ejecutado recientemente en la avenida Juana Jugán, que acaba a las puertas de Puente Tocinos. A. Molina

Los ciclistas reclaman que la red de carriles bici se interne en las pedanías de Murcia

Las obras finalizadas el mes pasado han permitido crear un mallado urbano que sigue presentando carencias en cuanto a su extensión y comodidad

Domingo, 5 de enero 2025, 07:29

Hace menos de una década parecía poco más que una utopía pensar en la creación en la ciudad de Murcia de una verdadera red de carriles bici. En 2017 el municipio apenas contaba con los recién estrenados trazados segregados de las avenidas Miguel Indurain y ... Reino de Murcia y con los itinerarios marcados sobre las aceras de las grandes vías de entrada a la ciudad en la zona norte: Juan Carlos I y Juan de Borbón. Pese a los numerosos kilómetros que sumaban, constituían alternativas desconectadas y faltas de integración con el resto de la urbe, construidas aprovechando únicamente las facilidades que ofrecían las zonas de nuevo desarrollo.

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El reto estaba, por tanto, según destacaba el colectivo ciclista, en poder llegar a pedales y de forma segura al corazón de la ciudad, donde, paradójicamente, funcionaba un sistema de alquiler de bicicletas. Esta propuesta precisaba, sin embargo, de una apuesta valiente que abordara la reducción del espacio destinado al coche. Y mucho ha cambiado el panorama ocho años después, empezando por los principales usuarios en la actualidad de estas vías: los patinetes eléctricos.

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Fue el pasado mes de diciembre cuando concluyeron la totalidad de las obras de los carriles bici ejecutados gracias a los fondos europeos Next Generation, los cuales fueron contratados por el anterior gobierno socialista. Unos años antes, el primer gobierno del popular José Ballesta ya había llevado estos trazados al casco urbano a través del tramo puesto en marcha en Rector Lostau, Obispo Frutos y Ronda de Garay y a la zona más meridional de la capital con el de Ronda Sur.

Desde la asociación Murcia en Bici son conscientes de los avances sustanciales que ha experimentado en los últimos años la red. Sin embargo, y ante la capacidad de mejora existente, no quieren mostrarse conformistas con esta, tanto en lo que se refiere a sus condiciones de uso actuales como en una futura ampliación de su trazado con la finalidad de maximizar su cobertura. En relación a este último aspecto, consideran prioritario perseverar en la extensión de dichos carriles hasta las pedanías, ya que «siguen desconectadas en general». Es cierto que, más allá del trazado que discurre paralelo a la mota del río Segura, el itinerario de Ciudad de Almería y de la carretera de Alcantarilla ha permitido llevar estas plataformas reservadas hasta Nonduermas, y el de la carretera de Santa Catalina, hasta la Costera Sur.

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Murcia en Bici considera prioritario que se ejecuten conexiones con zonas muy pobladas como Cabezo de Torres y Puente Tocinos

El último lote de obras ejecutado -el cual buscaba mejorar la conexión periférica- también ha dejado estos carriles a las puertas de Beniaján, Zarandona o Puente Tocinos. Pero para Miguel Ángel López, presidente de Murcia en Bici, no tiene sentido que, por ejemplo, no se hayan internado en esta última pedanía, la segunda más poblada del municipio. De hecho, recuerda que se planteó el acceso a la misma, pero que la oposición de la Junta Municipal llevó a trazar una alternativa desde la zona de Atalayas, menos directa y que no llegó a ejecutarse. Tampoco se ha abordado un enlace con Cabezo de Torres, el tercer núcleo con más habitantes.

Una carril a contramano

Junto a la unión con los núcleos periféricos, López echa en falta otra vía exclusiva longitudinal que discurra por la parte oeste de la ciudad, enlazando el jardín Malecón con el barrio de San Basilio. «Esta opción permitiría cerrar el mallado urbano», defiende, añadiendo que, si bien la conexión norte-sur parece en general bastante cubierta, se echa en falta algún otro trazado que circule de este a oeste y viceversa. «Sería muy fácil, por ejemplo, generar un carril a contramano a través de la calle Enrique Villar, que conectara directamente, y en sentido contrario al tráfico, la zona del campus de la Merced con la Gran Vía, aprovechando, además que se trata de una calle restringida a residentes».

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La trama carece de un eje norte-sur en los barrios del oeste y algunas vías son «impracticables» por la falta de sombra y árboles

Más allá de la extensión de la red, en Murcia en Bici también aprecian la necesidad de pulir detalles que mejorarían la experiencia del usuario. Señala López que hay conexiones que no son lógicas o seguras, porque no están pulidas o pensadas para el ciclista o, directamente, se carece de continuidad. Un ejemplo es el cruce necesario de acera en la avenida de Juan Carlos I en la orilla de la gasolinera. Otro caso es el de la complicada conexión, una vez que acaba el carril de la avenida de El Palmar, en el cruce del bar restaurante Alias, con la vía amable del camino de los Partidores, que permite acceder a Aljucer. «Tampoco están bien resueltos los giros en la rotonda del Rollo ni en la de Mediamarkt, junto al Infante. Encima, los semáforos favorecen de forma descarada al coche en algunos sitios», critica López, reclamando «educación vial y multas para los coches que no respetan la prioridad del ciclista, que se juega muchas veces la vida aunque cumpla las normas».

Finalmente, el presidente de Murcia en Bici pide hacer más amables algunos carriles bici «aparentemente buenos pero que son impracticables por la falta de sombra». «A partir de mayo te fríes circulando por carriles como los de El Palmar, Beniaján o Alcantarilla; hacen falta más árboles», concluye López.

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