No es un problema nuevo, pero se está convirtiendo en un importante punto de conflicto y de inseguridad en la ciudad que puede acabar enquistándose y que excede los botellones o el ruido que han venido denunciado desde hace meses los vecinos. «El sábado esto parecía el Bronx», era el comentario de quienes fueron testigos del despliegue policial en la zona de ocio ZigZag del sábado por la noche a causa de varias peleas, y que terminó con dos detenciones y agentes agredidos. Una posible solución, reclamada ayer por el Ayuntamiento de Murcia, es ampliar el horario de cierre del ocio nocturno.
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El pasado fin de semana fue en el que el Ayuntamiento estrenaba un nuevo despliegue policial en las zonas de ocio y parques de la ciudad, incluida la de ZigZag, para hacer frente a las reyertas cada vez más comunes. Lo integran siete patrullas y 25 agentes y opera jueves, viernes y sábados de 20.00 a 06.00 horas. Al menos hasta ahora y a falta de que la próxima Junta Local de Seguridad decida si será conveniente o no aumentarlo en algunos lugares de la ciudad.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Enrique Lorca, comentó ayer en un encuentro con los medios de comunicación que hacía meses que en torno a ZigZag se estaban produciendo incidentes, que tuvo uno de sus puntos álgidos el pasado 7 de marzo. «Desde el 11 de marzo ha estado operando un dispositivo policial en la zona, que nosotros hemos ampliado», apuntó, refiriéndose al que dejó diseñado el PP antes de perder el gobierno municipal en la moción de censura del 25 de marzo.
«Entendemos el malestar de los vecinos y no estamos contentos porque se produzcan estas trifulcas, pero allí había dos patrullas y cinco agentes, con dos más que se incorporaron enseguida porque estaban en los parques aledaños», comentó, añadiendo que inmediatamente se incorporó «un numeroso refuerzo policial», por si la situación iba a peor. Lorca defendió el «buen hacer de la Policía Local».
El edil consideró que no ayudaba el hecho que hubiera cesado el toque de queda mientras que se mantenía el horario de cierre de los locales nocturnos a media noche: «Es un problema nuevo porque mantiene a la gente en la calle y tal vez el gobierno regional debería ampliar el horario de los centros de ocio».
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El concejal apuntó que el alcalde, José Antonio Serrano, está muy preocupado por la situación y que esa misma mañana (ayer) se habían reunido con el Comisario General de la Policía Local, José María Mainar, «para ver qué más podemos hacer, con actuaciones diferentes que permitan que mejore la situación». También se puso sobre la mesa la convocatoria en los próximos días de la Junta Local de Seguridad o una mesa técnica con la Delegación del Gobierno para pedir «más apoyo de la Policía Nacional».
Fuentes de la Delegación manifestaron que «la Policía Nacional seguirá trabajando y colaborando cuando se le solicite desde la Policía Local, que es la competente en este tema, como ocurrió este fin de semana».
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Para los vecinos, la situación ha llegado a un punto en el que hay que dejar de focalizarlo en los botellones o en el ocio nocturno, y centrarlo en lo que es «un importante foco de inseguridad ciudadana», indica Pilar, una de las afectadas. «Nos amenazan con agredirnos, nos tiran piedras, rompen papeleras y el mobiliario urbano, intentan entrar en las propiedades privadas... No son todos los jóvenes, sino dos o tres pandillas muy bien organizadas que se escabullen fácilmente cuando ven que se acerca un coche patrulla, porque tienen a vigilantes que les avisan», relató. Y añadió que cada vez abren más el círculo hacia zonas cercanas. «Han cruzado la línea y estamos ya ante un problema de delincuencia; fue impactante ver cómo el sábado se tiraban hacia un policía que intentaba mediar en una pelea», insistió.
Pilar reconoció que la solución no era fácil y más teniendo en cuenta que son menores, pero «algo habrá que hacer», dijo. Sobre todo que la presencia policial «sea permanente durante el fin de semana».
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La sección sindical de Somos Sindicalistas en el Ayuntamiento lo tiene claro: «Es necesario un escalón de seguridad entre la lucha cuerpo a cuerpo y el uso del arma de fuego; armas no letales, que o bien no terminan de llegar a la Policía Local, como el 'Tasser' para las intervenciones con arma blanca», u otras que no se esperan, «como el 'spray' de cayena con marcador reactivo a la luz ultravioleta, que es una herramienta muy útil para disolver reyertas e identificar con posterioridad a los participantes». El sindicato, que denuncia que las agresiones a los policías locales no son algo nuevo, defiende que el uso de las herramientas mencionadas «ayudan, pero no sustituyen completamente a la disponibilidad «de un número proporcionado de agentes frente al tumulto y agresividad que se quiere controlar». Los sindicalistas también reivindican un Protocolo de intervención en Eventos o Zonas de Gran Afluencia que envíe los efectivos necesarios desde el primero momento «y no esperar a los refuerzos».
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