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Imagen aérea del Cristo de Monteagudo, tomada hace unos días, que permite apreciar las brechas y manchas de óxido sobre su hormigón. HUERMUR

La apertura al público del Castillo obligará a revisar el estado del Cristo de Monteagudo

Recientes imágenes constatan la degradación de la figura, que presenta desprendimientos y brechas en el hormigón y manchas de óxido

Lunes, 22 de enero 2024, 00:26

Un anciano con achaques propios de la edad pero que, sin tratamiento, se pueden convertir en graves patologías. Ese es el aparente estado de salud del monumento al Sagrado Corazón de Jesús, conocido popularmente como el Cristo de Monteagudo. Las últimas imágenes tomadas a vista de pájaro y hace tan solo unos días por la Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) constatan las heridas que la escultura de unas cien toneladas de peso muestra sobre su hormigonada piel, las cuales deberán ser objeto de chequeo. Entre ellas, según destaca la entidad conservacionista, se cuentan diversos desprendimientos «de los dedos del Cristo, que han llevado, por ejemplo, a que en el caso de la mano derecha haya desaparecido parte de una falange y un buen tramo del recubrimiento superior del índice». De hecho, «en ambos se aprecia la estructura interior de hierro que mantiene en pie y unida la escultura», lo que invita a revisar «si podrían existir patologías estructurales, como aluminosis».

Las fotografías prueban también «la existencia de brechas en las juntas de las diferentes piezas de la estatua y se constatan en sus bordes numerosas manchas de óxido, lo que podría suponer un síntoma de la degradación de la estructura interior», subraya la entidad conservacionista. «Algo similar ocurre con la descomunal corona que luce la imagen en su cabeza y que aparece cubierta de herrumbre, además de mostrar un gran cable metálico también desprendido», prosigue.

La enorme corona que luce la estatua se encuentra cubierta de herrumbre, además de mostrar un cable metálico suelto.

Añade Huermur que «en otros lugares de la escultura se observan desconchones, como es el caso del cuello, por donde es muy probable que se introduzca el agua cada vez que llueve y vaya minando el interior de la imagen». «La peana del citado Cristo también presenta un mal estado de conservación, con butrones y desperfectos que podrían comprometer la estabilidad de la escultura», concluyen desde la asociación para completar su diagnóstico inicial, realizado «a simple vista», pero que evidencia «el preocupante y grave deterioro que sufre la enorme estructura de hormigón que compone la figura, obra del escultor murciano Nicolás Martínez Ramón y que fue inaugurada en 1951.

Huermur remite escritos al Estado instando a que aplique la normativa y garantice las condiciones de seguridad de la estatua

Ante esta situación, la entidad conservacionista remitió hace unos días sendos escritos tanto a la Dirección General de Patrimonio del Estado –dependiente del Ministerio de Hacienda, titular de la fortaleza– como al Ministerio de Cultura, instando a ambos a que se acometa «la inmediata inspección e informe del estado actual de conservación de la imagen» y a que se proceda, en relación a esta, «a asegurar las debidas condiciones de seguridad, salubridad, accesibilidad universal y ornato público, así como a ejecutar a la mayor brevedad las actuaciones, obras y medidas que sean necesarias para evitar cualquier tipo de futuro daño a las personas y bienes de la zona afectada, incluyendo no solo al propio Cristo –que no cuenta en principio con ninguna figura de protección–, sino también al castillo sobre el que se ubica, catalogado como Bien de Interés Cultural.

La mano derecha de la figura ha sufrido varios desprendimientos, incluyendo daños en los dedos, con la pérdida, incluso, de una falange.

Apelan para todo ello, no al valor histórico, cultural o sentimental de la imponente estatua que se eleva sobre la huerta de Murcia, sino a algo más prosaico: la obligación de los propietarios de toda clase de terrenos, instalaciones, construcciones y edificaciones a mantenerlos en condiciones de seguridad, establecida tanto en la Ley de Ordenación Territorial y Urbanística de la Región, como en la Ley estatal de Suelo y Rehabilitación Urbana y en la Ordenanza municipal reguladora del deber de conservación de la propiedad del inmueble, es decir, en normativa propia de los tres niveles de la Administración.

Una propiedad no reconocida

El problema que existía hasta ahora para ejecutar actuaciones de este tipo residía, precisamente, en determinar sobre quién recaía dicha obligación. Hay que recordar que la propiedad del Castillo sobre el que se ubica el Cristo pasó a manos del Estado en el año 2006 tras la muerte de su propietaria, medio siglo antes, sin haber dejado herederos. No obstante, la Administración central nunca ha reconocido la propiedad de la figura, cuya inmatriculación incluso rechazó expresamente hace casi dos décadas. Pero esa situación parece a punto de cambiar.

El recubrimiento superior del dedo índice de la diestra del Cristo también ha desaparecido prácticamente en su totalidad.

Y es que, según explica el concejal de Pedanías y Vertebración Territorial, Marco Antonio Fernández, en el borrador del convenio en el que se trabaja bilateralmente para articular la futura restauración y conservación del castillo se recoge la atribución de la estatua al Estado, dado que se encuentra sobre un bien de su titularidad. A pesar de ello, sigue sin ser una prioridad para el Ministerio acometer su restauración, de la cual aceptará, en principio, hacerse cargo el Ayuntamiento, una vez se articule una fórmula legal para ello.

El Ayuntamiento realizará las labores de restauración a partir de 2025, una vez que el Ministerio asuma la titularidad y la autorice

Estima Fernández que esta no se llevará a cabo antes de 2025 y destaca que no debe ser una intervención excesivamente costosa. «La última revisión, realizada hace ya un tiempo, nos dijo que los desperfectos estéticos no suponen un peligro importante para la seguridad, pero es cierto que las grietas existentes pueden dar lugar a filtraciones de agua, las cuales, aunque se trata de una estructura hueca y ventilada, son capaces de generar daños estructurales en unos años, si no actuamos con anticipación», añade el concejal.

Lo cierto es que, junto al convenio para la restauración del castillo, se trabaja en otro que posibilite su apertura este año a las visitas al público. Será necesario para ello, precisa el edil, acometer una nueva revisión que permita comprobar que estas pueden realizarse sin peligro. Primero la seguridad de las personas, después la dignidad estética de la figura.

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