Banderolas del Ayuntamiento junto a las fachadas, con cables por doquier. :

Cultura recibe un aluvión de denuncias de Huermur por daños en el patrimonio

El colectivo anuncia que llevará su campaña PatrimurSOS a los juzgados para exigir que se cumpla la normativa sobre conservación de los bienes históricos

Miguel Rubio

Miércoles, 18 de mayo 2016, 11:28

Carteles publicitarios atornillados a las centenarias piedras de monumentos con tanta historia como el convento de Santa Clara; pintadas y cables que afean edificios emblemáticos como la casa DíazCassou (sede de la Consejería de Cultura); tubos que atraviesan los sillares de la fachada gótica de los Apóstoles y focos que coronan esa joya que es la Capilla de los Vélez. Son algunas de las denuncias que han llegado en los últimos días a la Dirección General de Bienes Culturales dentro de una campaña de la asociación para la conservación de la huerta (Huermur) en un intento de «evitar la destrucción de nuestra historia», según Sergio Pacheco, presidente de dicho colectivo. El número de escritos sobre los daños que soporta el patrimonio histórico -«debido a que no ha existido una protección activa», indica Pacheco- alcanza ya el centenar; pero Huermur avisa de que sigue recabando documentación con más casos.

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El aluvión de denuncias, dentro de una campaña bautizada como 'PatrimurSOS', ya ha puesto en aprietos a Cultura. De hecho, técnicos y altos cargos de Bienes Culturales se han reunido con el fin de coordinar la estrategia a seguir para dar respuesta a esa catarata de escritos. En algunos casos, aún no ha habido respuesta. Pero en otros, sí, y, además, fijando obras y plazos. Así ha ocurrido con los restos de la muralla árabe de la calle Sagasta. La Consejería remitió un informe al Ayuntamiento informándole de su obligación de elaborar, en dos meses, un proyecto para el acondicionamiento del yacimiento. Y no solo eso, también exige un plan de conservación para mantener en condiciones el recinto a lo largo del tiempo, además de permitir el acceso a los paños del muro defensivo que se encuentran dentro de los edificios de la zona.

El listado de «amenazas, daños y afecciones» sobre el patrimonio no se limita al casco histórico. En la relación aparecen también joyas «abandonadas a su suerte» en las pedanías, como el Martirium (La Alberca), la basílica paleocristiana de Algezares y, un caso de actualidad, Torre Guil (Sangonera la Seca). Además, pone la lupa sobre elementos etnográficos que pocos reparan en su valor. En ese capítulo aparecen, por ejemplo, los acueductos de Rambla Salada y de las Zorreras, el molino del Batán y Torre Falcón.

El santuario de la Fuensanta

«Es lamentable recorrer el centro de la ciudad: parece que más que pasear por un casco histórico estás en un mercado, de la cantidad de rótulos, carteles, pizarras, cables y vallas que hay por todos sitios. La normativa del recinto histórico prohíbe las marquesinas de taxis; sin embargo, ahí está la última que colocaron junto al cine Rex», ilustra Pedro Jesús Fernández, de Huermur.

Sergio Pacheco avisa de que la campaña no acaba aquí. «Hemos visto que por las buenas no se llega a ningún sitio, que solo recibimos promesas y buenas intenciones. Así que, si comprobamos que al final no se ajustan a la normativa, llegaremos a la vía penal, porque la ley está para cumplirla». PatrimurSOS también dedica un apartado a promover la conservación de bienes sin catalogar. El último escrito fue registrado ayer y solicita la protección del entorno del santuario de la Fuensanta.

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