Fernando Perals
Jueves, 11 de diciembre 2014, 01:33
La tragedia pudo cambiar la vida de un niño de siete años, al que le cayó una gran rama de un árbol mientras jugaba en el recreo del colegio público Juan Carlos I de Llano de Brujas. La familia ha puesto el caso en manos del abogado Jesús Molina, que interpuso el 28 de noviembre ante la Consejería de Educación una «reclamación para ver si tienen derecho a una posible indemnización». Será el proceso administrativo el que señale a los responsables del estado y mantenimiento del patio donde ocurrió el suceso.
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«En el colegio nos dijeron que no tienen seguro de responsabilidad civil», dice el abuelo del alumno, Salvador García. «Alguien tiene que asumir responsabilidades, porque es inadmisible que nos digan esto. La caída de una portería, de una rama de un árbol, un accidente en las aulas..., ¿cómo nos dicen esto?», se sorprende.
Todo ocurrió el pasado 5 de noviembre, a las 11.45 horas, cuando el pequeño jugaba con sus amigos en el patio del recreo, donde existen varios árboles, que tras el accidente fueron podados. De uno de ellos se desprendió una rama de gran tamaño que impactó sobre el niño y otros dos compañeros. Rápidamente, los profesores atendieron a sus alumnos, dos de ellos con pequeños rasguños y el más grave, «con dos pequeños puntos de sangre y un gran chichón; momentos después el niño tuvo náuseas», según el informe que el propio centro mandó a Educación. Los padres fueron avisados inmediatamente y lo trasladaron a Urgencias del hospital Virgen de la Arrixaca.
Tras las primeras exploraciones, quedó ingresado para ser operado de la fractura craneal detectada. 24 puntos de sutura le recordarán de por vida el accidente. Fue dado de alta el 10 de noviembre. Ahora, permanece en su casa, atendido por sus padres, que tienen que llevarlo dos veces a la semana a los médicos para que le hagan un seguimiento. Esperan que a mediados del mes próximo pueda volver al colegio. «No es conveniente que se incorpore todavía, porque puede recibir un balonazo y frenar su recuperación», afirma Salvador, que narra el estado de ansiedad y preocupación por el que ha pasado la familia. «Los médicos nos avisaron del riesgo de la intervención, que podría dejarle secuelas como ataques epilépticos. Por suerte puede contarlo, porque por unos centímetros sigue vivo».
Al día siguiente del suceso, el árbol fue cortado de raíz. Además, fueron podados varios chopos en el patio del centro escolar, debido a la alarma que surgió entre los padres de los alumnos al conocer la noticia del incidente.
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«Todos están asegurados»
Ante la denuncia de la familia, la concejal de Educación de Murcia, María Dolores Sánchez, indicó que «todos los niños de los centros públicos están asegurados. Una vez que fui informada por la directora del colegio, se envió a la empresa que se encarga de las podas del municipio para que realizaran las labores de limpieza». El árbol, según los técnicos, no estaba enfermo, por lo que no se conocen las causas de la caída de la rama.
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