Servicios de Emergencias rescatan el cuerpo de un montañero en 2014 en Pico Almorchón, en Cieza.

Cinco murcianos han muerto desde 2016 en accidentes en la montaña

El cuerpo del veterinario de Sangonera la Verde, que falleció en Granada cuando practicaba barranquismo, será enterrado hoy en su localidad natal

Miércoles, 22 de junio 2022, 03:10

El fallecimiento del conocido veterinario, natural de la pedanía murciana de Sangonera la Verde, Esteban B. S., de 49 años, mientras practicaba barranquismo en Sierra Nevada (Granada), ha provocado una gran conmoción entre sus vecinos. Su cuerpo llegó anoche al tanatorio Arco Iris de Murcia, donde será velado hasta la misa funeral, prevista para hoy, a las 18.30 horas, en la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, para, posteriormente, trasladar el féretro al cementerio de la pedanía.

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Con la muerte de Esteban S. B., son ya cinco personas de la Región que han fallecido practicando alguna disciplina relacionada con el montañismo en los últimos seis años, y tres de ellas perdieron la vida en Sierra Nevada. Los expertos explican que el enclave granadina es una zona apacible que se puede convertir en una trampa mortal, por las borrascas del atlántico que entran de golpe y hacen que la temperatura cambie muy bruscamente. «Por otro lado, hay mucho hielo y eso hace que el peligro de deslizamientos y golpes contra las rocas sea muy alto. Suelen ser accidentes con lesiones graves», advierte Juan Carlos García-Gallego, de la Federación de Montañismo de la Región.

Los vecinos de Lorca aún recuerdan a su paisano Pedro Segura, de 62 años, que falleció el uno de enero del año pasado tras romperse la cuerda que los sujetaba y precipitarse desde una altura de unos 30 metros. Estaba escalando en el denominado Peñón de Ricote, un risco situado a la espalda del municipio.

La poza de Trevélez, donde perdió la vida Esteban B. S., tiene unas características que la hacen una de los más peligrosas de España

En diciembre de 2018, la fatalidad golpeó a la diputación cartagenera de La Aljorra. De allí era originario Juan G. M., de 43 años, que falleció cuando realizaba una travesía por el Puntal de Bacares, en Sierra Nevada. Se despeñó al pisar una placa de hielo. En esa misma sierra granadina, murió, en febrero de 2017, otro murciano, de 63 años. Resbaló y cayó al vacío por una pared de trescientos metros cuando practicaba escalada en el Pico del Veleta. J.H.C., de 30 años y vecino de Sangonera la Verde, fue rescatado del fondo de un barranco en febrero de 2016 tras precipitarse desde una altura de 15 metros en el barranco del Ciervo de Sierra Espuña.

Una actividad de riesgo

El barranquismo es una actividad de riesgo en la que se desciende por cañones y barrancos y necesita de técnicas de progresión por cuerdas para su recorrido. «Tiene el plus de peligrosidad de arrastres por fuertes corrientes de agua con importantes cauces, algunos procedentes de los deshielos, como es el caso del río Trevélez donde ocurrió la tragedia», comenta Salvador Mateos, de la Federación de Espeleología de la Región. El barranco de Trevélez tiene unas características que lo hace uno de los más peligrosos de España. «Es un barranco de alta montaña, por lo que acumula mucha agua del deshielo. Además, la roca es muy resbaladiza, está muy encajonado y hay una profundidad de varios cientos de metros. Esto hace que, si se inicia el descenso, hay que llegar hasta abajo. Y si hay un imprevisto, es complicado salir de ahí».

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El tipo de agua es otro factor que le confiere mayor peligrosidad a este abismo. «Es muy turbia, de un tono naranja por los arrastres ferrosos, con lo cual no se ve el fondo. Hay puntos en los que hay rebufos que, si no se saben esquivar, arrastra a la gente hacia la corriente», describe Mateos. Aún se investigan las causas del accidente mortal, pero durante el descenso, los montañeros tuvieron que sufrir un imprevisto fatal provocado por alguno de estos factores adversos, que les hizo caer al cauce y fallecer.

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