La Universidad de Murcia presentó este miércoles el informe 'Violencia contra mujeres con discapacidad en la Región de Murcia', desarrollado por la Cátedra Gestión de la Diversidad. Esta investigación, dirigida por la profesora Ana Millán Jiménez del Departamento de Sociología y Política Social, puso de manifiesto que que dos de cada cinco (41,1%) sufrieron maltrato físico, emocional o sexual por parte de su entorno cercano (padre, hermano, pareja, etc); y que el 14,8% seguían siendo víctimas, en el momento de realización del sondeo. En cuanto al perfil del maltratador, que casi siempre es un hombre, es el de un celoso patológico, controlador abusivo y consumidor de sustancias tóxicas.
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En lo que respecta a las víctimas, suelen tener entre 25 y 45 años, baja autoestima, discapacidad psicosocial o intelectual, y suelen sufrir primero un maltrato psicológico que deriva en físico.
Otra de las conclusiones a las que llegó la investigación, efectuada en conjunto con la Dirección General de Mujer y Diversidad de Género de la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familia, Política Social y Transparencia, es que casi la mitad de las mujeres (un 46,2%) no identifica a su maltratador y que sospechan que una de cada diez (10,1%) sufre violencia por sus respuestas, a pesar de no haber contestado afirmativamente a la pregunta. Según los datos recogidos en este informe de más de 100 páginas, la mayoría sufrieron empujones, aturdimiento, golpes o patadas; y un 10% afirma haber padecido violencia sexual.
Para llevar a cabo este estudio, primero, se realizaron 181 encuestas telemáticas a mujeres registradas como personas con discapacidad. Después, 18 de ellas, con edades comprendidas entre los 42 y 72 años, se prestaron para realizar entrevistas presenciales. Por último, se organizó un encuentro entre siete expertas en la materia con representantes de varias asociaciones y se elaboraron varias conclusiones.
En palabras de la profesora Ana Millán Jiménez, «es necesario seguir investigando para lograr más cifras y que se pueda continuar trabajando». Además, en líneas generales, dedujeron que la mayoría de estas mujeres tienen una percepción muy negativa de su imagen y su autoestima llegando a considerarse «mercancía dañada».
A través de este estudio, remarcaron que es necesario fomentar las redes de soporte familiar y del entorno cercano como herramientas de apoyo para evitar la normalización y favorecer la denuncia. «El problema es que muchas veces las personas que las acompañan a denunciar son sus propios maltratadores», reconoció la académica.
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