![Jóvenes murcianos junto a otros franceses y portugueses en la Universidad de Coimbra, el pasado sábado.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/08/02/coimbra-RVsrCrQaAnp0q7ufjlvoOTM-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![Jóvenes murcianos junto a otros franceses y portugueses en la Universidad de Coimbra, el pasado sábado.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/08/02/coimbra-RVsrCrQaAnp0q7ufjlvoOTM-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Ni un segundo vaciló Lucía cuando sus padres le preguntaron si deseaba acudir a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Lisboa hasta el 6 de agosto con el Papa Francisco como protagonista estelar. Sentía la «llamada» de la fe católica que, en cambio, asegura, «escasea» en Cehegín, su localidad natal. «Tardé bien poco; me llamó la atención que pudiera vivir la influencia católica fuera y en un lugar con tanta gente concentrada», cuenta esta estudiante de 18 años por teléfono desde la capital portuguesa. «Al escuchar la propuesta a finales del pasado año, me pareció al principio una locura y, luego, me generó tal entusiasmo que me empujó a apuntarme inmediatamente», relata Adriana, de 15 años, también de este municipio del noroeste de la Región de Murcia. Precisamente, de esta población, hasta 16 jóvenes han viajado a través de la parroquia Santa María Magdalena. Partieron el pasado domingo a las 22.00 horas y alcanzaron su destino al mediodía del día siguiente.
En estos momentos, en los alrededores de la metrópoli lusa ya se encuentran unas 5.000 personas -más de 400 jóvenes (menores de 35 años)- que se han desplazado más de mil kilómetros, mayoritariamente en autobuses, desde la Comunidad para unirse a la cita eclesiástica en la que se prevé una asistencia de más de un millón de peregrinos desde todo el mundo. «Me impacta el esfuerzo de todos por una causa para venir hasta aquí; yo tuve la suerte de viajar en autobús, pero otros no han tenido esa facilidad», recalca Lucía. «Pese a las dificultades y la pereza que pueda causar, hemos conocido a gente de Corea del Sur; incluso, a suecos que han llegado en bicicleta desde su país», prosigue la joven. Antes del encuentro ante el Pontífice, la alegría ya está expandiéndose por todos los puntos cardinales de Lisboa. «Nos apasiona todo lo que hacemos porque nos mezclamos con la gente; hicimos una quedada el primer día con los españoles y visitamos la ciudad el segundo y, luego volvimos a encontrarnos, es muy emocionante», revela Adriana.
Los fieles procedentes de la Región se han ubicado en una de las ciudades más atractivas de la geografía portuguesa: Cascais. Esta urbe, situada a poco más de 30 kilómetros de Lisboa está perfectamente conectada mediante tranvía con la capital. Los peregrinos murcianos duermen repartidos en distintos pabellones deportivos de esta estación turística, explica José León, coordinador de la expedición organizada por la Diócesis de Cartagena, que partió hace once días. «Nos llena de orgullo ver a nuestros jóvenes cómo viven una experiencia única y que les llega al corazón; crean amistades y comparten lo que cada uno lleva dentro de sí», señala el sacerdote y profesor de Teología.
El martes, se celebró una misa en Lisboa con más de 100.000 españoles, entre un enjambre de personas que alcanzó el millón de fieles, según los organizadores. «La acogida ha sido maravillosa y ver a tanta gente acercándose al Señor con mucha devoción es impresionante», expresa Raúl, un seminarista de 18 de la Diócesis de Cartagena, quien asegura estar preparado para disfrutar al máximo del encuentro con el Papa. La organización está siendo magnífica, cuentan los asistentes. «Estamos divididos en dos pabellones, uno de 55 plazas y otro de 350, durmiendo en colchones inflables y con comida del peregrino que cada uno puede recoger en muchos puntos con su código QR», narra María Hernández, enfermera de Cehegín que también viajó con la parroquia de Santa María Magdalena. «Impresiona ver tanta solidaridad y complicidad entre los jóvenes, aunque no hablen la misma lengua», agrega esta sanitaria que está ayudando de forma voluntaria ante cualquier tipo de percance.
Manuel Sánchez es profesor de Mecánica de Fluidos en la UPCT y también se desplazó con su esposa y tres hijos al frente de una comitiva de 130 jóvenes españoles, 30 de ellos murcianos. «Esto es grandioso, es una forma de relajación espiritual; nos llena de alegría ver esta maravillosa ciudad invadida de gente», destaca el académico, que está durmiendo en un saco de dormir en una y duchándose con una manguera. «Uno se siente miembro de un gran pueblo que abraza a toda la Tierra», continúa Sánchez, que pertenece al movimiento de los Focolares.
El lunes salieron desde la parroquia de San Andrés dos autobuses llenos con 130 personas, de las que unas 100 son jóvenes. Ayer descansaron en Huelva rumbo a Lisboa donde arribarán el viernes. «Cada día celebramos una eucaristía», afirma Pablo Roca, catequista de la iglesia. «Estamos realmente contentos por sumarnos a la gran fiesta católica», concluye Roca.
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