Pepe Ortiz, el último adiós al alma del instituto Diego Tortosa

Se piensa siempre que en un centro educativo los principales responsables de su funcionamiento son el director o el jefe de estudios o el secretario. Y eso es cierto desde el punto de vista administrativo, pero no siempre es así en la realidad.

Pues ocurre que, en ocasiones, hay personas, al margen de los cargos directivos, que se implican tanto en la vida del centro que son verdaderos puntales en su desenvolvimiento.

Y este es el caso del ciezano Pepe Ortiz, 'Pepe el conserje', recientemente fallecido, un hombre que no se limitó a cumplir con su horario y obligaciones como ordenanza del Instituto de Enseñanza Secundaria Diego Tortosa sino que, teniendo su casa en el propio centro educativo, en la que crió a su familia numerosa, no solo vivía en el centro, sino que vivía el centro.

Pues Pepe estaba disponible para todo y para todos. Con los profesores, siempre atento y servicial, con los alumnos era capaz de ser respetado y querido al mismo tiempo, pues emanaba de él una autoridad bien entendida.

Igual jugaba al fútbol en el patio que reprendía cualquier conducta negativa de una manera siempre constructiva y dando consejos positivos para los chicos que estaban aún formándose. Estaba en todo, igual arreglaba una cerradura que un grifo, igual auxiliaba a un alumno lesionado que prestaba dinero si lo necesitabas. Y todo eso con una elegancia en el porte y en las formas que siempre le acompañaron.

Fue, por tanto, en los más de cuarenta años que estuvo en el centro, desde sus inicios, uno de los cimientos fundamentales de su funcionamiento, como también lo fue Bartolomé Marcos, exdirector, que nos dejó hace poco.

Los dos hicieron del Tortosa el centro de sus vidas, de sus desvelos y sus preocupaciones y es por ello por lo que merecen, aunque sea póstumamente, que sus nombres se perpetúen en algún lugar de este instituto, pues la práctica del agradecimiento es algo tan importante como los conocimientos curriculares que día a día se imparten en sus aulas.

Descanse en paz.

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