A las monjas les cierran el grifo en Cieza
El Ayuntamiento empieza a cobrar el agua a las religiosas del convento de Santa Clara, que temen por su huerto
La decisión del Ayuntamiento de empezar a cobrar el agua a las monjas del monasterio de las franciscanas clarisas de Cieza ha suscitado polémica entre los vecinos y los grupos municipales. Las religiosas temen por el huerto en el que cultivan diversas especies y también para su propia subsistencia, ya que alegan problemas económicos para abonar este bien.
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El convento, situado en el centro urbano, data de 1750. Además de los habitáculos estrictamente religiosos, en su interior existe un huerto-jardín, de unas dos tahúllas de superficie, en el que la comunidad religiosa cultiva especies ornamentales para atender sus necesidades de retiro, culto y subsistencia. Para seguir manteniéndolo, las monjas estiman que precisarían de una concesión de agua de unos 1.300 metros cúbicos al año.
El PP llevará al Pleno de mañana una moción sobre este asunto. Los populares sostienen que existe un documento histórico de 1757, que valida la concesión de agua gratuita de una acequia a las hermanas, y exigen al alcalde, Pascual Lucas, la restauración de ese texto para que puedan seguir disfrutando de agua gratis. «Esa concesión se modificó en 1929, ya que donde estaba ubicada la balsa de agua se levantó la actual plaza de abastos. Para crear el inmueble, las hermanas cedieron dichos terrenos, que eran de su propiedad, al Consistorio», explica el edil Manuel Egea. «A partir de entonces se procedió a suministrarles el agua a través de la red municipal», añade.
Desde el PP sostienen que todas las corporaciones desde entonces «han respetado ese acuerdo, salvo el PSOE actual, que ha decidido de forma unilateral retirar dicha concesión y proceder a facturar el agua a las hermanas clarisas». Para el portavoz popular, «los socialistas han roto un acuerdo histórico con la comunidad monástica de la claras y ha puesto en grave peligro su subsistencia en el municipio».
Un derecho «extinguido»
A preguntas de LA VERDAD, el concejal de Hacienda, Antonio Ignacio Martínez Real, sostiene que, «aun suponiendo que existiera ese documento de 1757, se trataría de un derecho de agua de una acequia en zona rústica. Y ahora, toda esa zona es urbana y por ahí ya no pasa cauce alguno». Por esta circunstancia, y para Martínez Real, «el derecho de agua de acequia se habría extinguido, al tiempo que no nos consta que existe algún derecho o privilegio de agua potable hacia esta comunidad eclesiástica».
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El dirigente socialista asegura que «no hay motivo alguno de peso para que el Ayuntamiento utilice el dinero de los vecinos para abonar el agua que consumen las hermanas clarisas, ya que, además, no nos consta la existencia de una situación de necesidad por la que estén atravesando estas monjas. No puede recaer en los vecinos el pago del agua de una comunidad privada».
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