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CLAUDIO CABALLERO
CIEZA
Miércoles, 7 de octubre 2020, 09:39
La comercialización y distribución del caqui se está convirtiendo en algo habitual en algunas cooperativas frutícolas de Cieza una vez que acaba la temporada de la fruta de hueso. El melocotón, la nectarina, el paraguayo y el albaricoque dan paso a esta variedad que, si ... bien no se produce en la Región, se trae desde otras zonas como Valencia, donde existe el agua suficiente para que pueda ser cultivada.
Una de las cooperativas que desde hace ya años viene apostando por el caqui es La Vega de Cieza, donde las cintas de las calibradoras soportan diariamente el paso de unas cuarenta toneladas de caqui. La producción total alcanza las 4.800 toneladas entre los meses de octubre y enero, lo que proporciona trabajo a unas cincuenta personas que enlazan así casi nueve meses de empleo ininterrumpido. En el municipio, dado que hay otras empresas que también trabajan esta especie, la comercialización alcanzará esta temporada las 15.000 toneladas, apuntan desde el sector hortofrutícola.
Santiago Vázquez, director comercial de La Vega de Cieza, explica que «es la propia cooperativa la que cultiva el caqui en Valencia por medio de socios propios, para después transportarlo hasta Cieza con el fin de tratarlos y después exportarlos a Europa». Vázquez señala que «se trata de una fruta que, a diferencia de lo que sucede con el melocotón, el albaricoque, la nectarina, el paraguayo o la ciruela, no puede ser consumida directamente desde el árbol. Por ello, una vez recolectada, tiene que ser tratada mediante un proceso de maduración y retirada de acidez».
Sobre la posibilidad de extender plantaciones de caqui en la Región, Vázquez afirma que esta fruta «precisa de mucha humedad y agua, algo que hoy por hoy no es posible en Murcia, debido a la problemática que tenemos en nuestra región». Añade que, aun así, «se está experimentando en algunas zonas de la ribera de los ríos, aunque hay que tener en cuenta que se precisa de suelos muy bajos en sales para que la producción sea óptima».
Uno de los mayores esfuerzos del sector es conseguir frutales que puedan desarrollarse y producir producto de calidad mediante el agua desalada. «Sabemos que la situación en cuanto al envío de agua desde otras regiones va a seguir empeorando. No nos queda otra que hacernos autosuficientes, aunque antes tenemos que lograr que nuestros cultivos se adapten, y eso es una labor más científica».
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