![Pilar Mateo: «La ciencia tiene que abrazar y estar cerca de los que sufren»](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202211/24/media/cortadas/pilarmateo-U180765245577vwC-U180819402062Uu-1248x770@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
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JESÚS NICOLÁS
MURCIA.
Jueves, 24 de noviembre 2022, 02:30
Considerada entre las 10 científicas más prestigiosas de España y entre las 100 primeras a nivel mundial, Pilar Mateo (Valencia, 1959) saltó a la fama tras desarrollar 'Inesfly', una tecnología que se demostró eficaz para atajar la transmisión de la enfermedad de Chagas. Potencialmente letal ... para mosquitos u otros insectos vectores e inocua para humanos y animales, esta patente promete resultados prometedores para enfermedades como la malaria, el dengue o la leishmaniosis. Para compartir con los murcianos este y otros proyectos e investigaciones estará en el Real Casino invitada por LA VERDAD y Banco Sabadell en el foro 'Expertas profesionales'; hoy, a las 17.30 horas.
Lugar. Real Casino de Murcia.
Día. Jueves 24 de noviembre.
Hora. 17.30 horas.
Entrada. Inscripción a travé de eventos.laverdad.es
–¿En qué consiste la tecnología 'Inesfly'?
–Es un proceso de microencapsulación en el que se introducen biocidas, productos naturales o reguladores del crecimiento que se aplican, por ejemplo, en la pintura de las casas. Al liberarse estas sustancias, se pueden controlar los insectos que transmiten enfermedades endémicas.
–¿Cuántos países se han interesado?
–Sobre todo los países más pobres que, por desgracia, no interesan a nadie. 'Inesfly' ha sido una lucha de muchos años. Viví siete años en la selva con los guaranís para controlar al chinche que transmite el mal de Chagas. Allí creé el movimiento de mujeres indígenas y, de hecho, por esto y por mi actividad salvando vidas recibí amenazas de muerte. Nadie pensaba que mi tecnología iba a llegar a donde está hoy. Es muy difícil, además, encontrar financiación cuando se trata de enfermedades con poco retorno económico. Después vinieron investigadores de otros países a interesarse. Lo llamaron la 'vacuna de las casas' y, de hecho, ya hay fábricas en Ghana, Nigeria o Paraguay y estamos en proyectos para atajar la leishmania en Bangladesh, el dengue en Cabo Verde o el zika en Brasil o Colombia.
–¿Tecnologías como 'Inesfly' pueden volverse en el futuro muy necesarias en España?
–Bueno, yo creo que de hecho lo es ya. Aquí ya lo distribuimos para el caso de las cucarachas en empresas de control de plagas. También estamos empezando a investigar su utilidad con el mosquito tigre. Al final ,las enfermedades viajan y, o se solucionan desde los países en los que están, o nos van a afectar, porque aquí tenemos vectores de transmisión en personas que viajan, aves migratorias, insectos... Ya hubo un problema grave en España con leishmaniosis que saltó de los perros a los humanos. O se hace la prevención y se dejan de buscar soluciones coyunturales, o, si no, pasará como sucedió en Andalucía, que fallecieron personas infectadas por fiebre del Nilo. Es decir, estamos en un momento en el que nuestra tecnología va a ser muy importante. Y no son enfermedades exóticas, sino enfermedades que se erradicaron aquí en el siglo pasado.
–En el terreno personal, ¿en qué momento decidió volcar su vocación científica en ayudar a los países más pobres?
–En el momento en el que vinieron a buscarme desde Bolivia porque me decían que sus hijos se estaban muriendo. Me fui al Chaco boliviano pensando que sería solo un mes y estuve años. No había ni carreteras ni paredes en las que aplicar la pintura que había inventado. Me di cuenta de que mi tecnología tenía sentido para salvar vidas y, entonces, me quedé a vivir allí. Nunca pensé que tardaría tanto tiempo en conseguirlo. Pero, cuando viví de cerca aquella situación, me afectó mucho y fue el cambio más difícil, más importante y, a su vez, más maravilloso de mi vida. Yo siempre digo que la ciencia tiene que abrazar y estar cerca de los que sufren.
–Con la Covid, la vacuna salió en tiempo récord y, sin embargo, con la malaria todavía no hay vacuna ni cura, ¿a qué cree que se debe?
–En el caso de la malaria, no nos olvidemos de que se erradicó en España en 1964. Por tanto, si se erradicó, se sabe como volverlo a hacer. España entonces era un país pobre, pero limpio. No hay ninguna enfermedad en el mundo que se solucione solo con un medicamento. Lo que tiene que haber es educación y esto, en los países pobres, es difícil de hacer. Insisto, inventos como el mío no son tan complicados de emprender si se tienen conocimiento y medios. Puedes tardar un año o dos. Lo más complicado es comercializarlo. Las evaluaciones y la burocracia es muy lenta.
–Como investigadora, ¿en que posición ubicaría a España?, ¿es un buen sitio para investigar?
–Bueno, solo hay que ver las patentes. Muchos la consiguen en España, pero, cuando pasan a organismos internacionales, se abandona el proyecto porque muchas veces la ciencia no encuentra acompañamiento en la industria. España tiene que seguir invirtiendo en ciencia, por supuesto, pero también ver qué interesa a las empresas e intentar ayudar a aquellas investigaciones con un uso inmediato. Hacen falta más recursos, sí, pero también más acercamiento entre ciencia e industria.
–¿En que otras investigaciones se encuentra inmersa?
–Fuera de 'Inesfly', estamos investigando el 'cotonet', que está afectando a los cítricos, controlando las hormigas que lo transmiten; trampas para capturar a las hembras del mosquito tigre...
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