Aspecto del tramo central del embalse del Cenajo, en Albacete, la semana pasada. La presa está al 10% de su capacidad total. Javier Carrión/ AGM

La CHS planea nuevos recortes al regadío si el Cenajo y la Fuensanta llegan al 'embalse muerto'

La Confederación pide a los regantes del Segura no iniciar los cultivos de invierno si no hay lluvias, ya que «no se podrán atender las demandas» de agua

Lunes, 16 de septiembre 2024, 01:42

La situación hidrológica en la cabecera de la cuenca del Segura es crítica. Al margen de los pantanos que regulan los caudales que llegan ... del Tajo por el Trasvase, hay dos que acaparan todas las miradas, símbolos ahora de la sequía que asola el sureste español. El embalse del Cenajo, el de mayor capacidad de la cuenca, solo está al 10,2%, con apenas 44,4 hectómetros cúbicos en su interior, algo menos que La Pedrera, con la mitad de capacidad y que se encarga de gestionar el agua del postrasvase, la desalación y recursos propios del Segura. En peor situación está el pantano de la Fuensanta, con un lleno al 7,5% (15,7 hm3) y el que más cerca está de alcanzar el dramático punto de 'embalse muerto', cuando el nivel del agua no alcanza las tomas de la infraestructura y peligra la supervivencia de la fauna piscícola.

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La Confederación Hidrográfica del Segura asegura, a preguntas de LA VERDAD, que ambos pantanos no han llegado todavía a este fatal escenario, pero está claro el camino que hay que seguir para evitarlo. El organismo de cuenca planea ampliar los recortes a los regadíos que dependen de los recursos propios de la cuenca si los volúmenes del Cenajo y la Fuensanta continúan bajando. «Evidentemente, si se acercaran las existencias a dicho 'embalse muerto', las restricciones actuales deberían incrementarse», apuntan fuentes de la institución, que inciden en que «en ningún caso se pretende que haya afecciones medioambientales irreversibles».

Los regantes tradicionales y no tradicionales aguantan ahora mismo restricciones de entre un 50% y un 35%, respectivamente, en las dotaciones que reciben de los desembalses que lleva a cabo la CHS. De elevar estas limitaciones al riego, la propuesta debería ir a la próxima reunión de la Comisión Permanente de la Sequía, que está prevista para antes de que acabe septiembre. A partir de aquí, se vería la evolución que tienen las reservas, a las que hay que sumar los aportes de la explotación de los pozos de sequía del Sinclinal de Calasparra.

Reservas al 17%

Las reservas de agua en la demarcación suman 190 hectómetros, el 17% de la capacidad total. Son unas cifras que no se veían desde la sequía de 2017. Sin previsión de grandes lluvias para las próximas semanas, la demarcación del Segura cerrará el actual año hidrológico como uno de los más complicados de su historia. En concreto, desde la CHS ponen de relieve que este periodo de tiempo, que abarca desde octubre de 2023 hasta finales de este mes, «ha sido muy seco, de tal manera que, en precipitaciones, es el segundo peor de los últimos diez años».

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La cuenca levantina acumula a día de hoy más agua procedente del Trasvase del Tajo que de recursos propios

Tras meses de incumplimientos en el gasto de agua para el regadío, parece que la desviación entre lo que se desagua y lo que se consume en los campos se va corrigiendo. «En general, los usuarios tradicionales y no tradicionales se están ajustando a las cifras acordadas de restricciones, si bien es cierto que alguna toma de la Vega Alta ha sido objeto de expediente sancionador por incumplimiento de las mismas». Hasta la semana pasada, la CHS solo habría iniciado una denuncia, que sigue en tramitación y en fase de análisis de las alegaciones presentadas.

Antiguo puente de la carretera a Yeste (Albacete), al descubierto en el pantano de la Fuensanta. Javier Carrión/ AGM

El desembalse realizado a 31 de agosto fue de 338 hm3, frente a una previsión de 321 hm3, lo que supone una desviación al alza de 17 hm3. En junio la diferencia era de 75 hectómetros. «La contención realizada en los últimos meses está permitiendo acabar la campaña de riegos, con restricciones importantes aunque en el límite de lo aconsejable en las existencias», especifican desde la Confederación.

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Nuevo año hidrológico

En agosto, la cuenca del Segura guardaba más agua llegada del Tajo por el acueducto (103,4 hm3) que de recursos propios (53,4 hm3). Esta situación también se produjo durante los últimos cinco meses de 2023. La CHS quería mantener un mínimo de 60 hectómetros de recursos propios este mes de septiembre en los pantanos, algo que ya se ha incumplido.

El inicio del año hidrológico, que se dará en menos de tres semanas, «será mucho más complicado de no producirse lluvias abundantes en la cabecera este otoño», alertan desde la CHS. Es por ello que, según declaran a este periódico, si la cosa se mantiene como está o empeora «no se podrán atender las demandas [de agua para riego], en particular las de los cultivos hortícolas, por lo que no deberían acometerse las plantaciones de invierno de las mismas».

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La toma de agua de la presa del pantano de la Fuensanta. Javier Carrión/ AGM

La CHS avanza que no permitirá derivaciones en las tomas más allá de lo establecido en la Comisión Permanente de la Sequía, y prevé precintarlas «para garantizar que estas derivaciones se ajustan a los acuerdos». Por el momento, el organismo de cuenca continúa vigilante, llevando a cabo controles de consumo, tanto a través del Sistema Informático de Control de los Aprovechamientos (Sica), con la evaluación de los datos suministrados automáticamente, como con la labor a pie de campo que realizan la guardería fluvial y los agentes medioambientales.

Sequía extraordinaria

La cuenca del Segura cerrará el año hidrológico, además, en situación de sequía extraordinaria declarada en gran parte de su demarcación, pero especialmente en las vegas. De ahí la necesidad de reactivar los pozos de sequía y de aumentar hasta dos veces las restricciones al regadío este verano.

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  1. Otras confederaciones como la del Júcar ya han comenzado a sacrificar toneladas de peces invasores en sus pantanos

La trucha común, el barbo, la boga del río, el cacho, la tenca o el gobio son especies piscícolas autóctonas que habitan en distintos tramos del río Segura, y también en sus embalses. La caída de las reservas y, por tanto, de la lamina de agua que cubre el perímetro de los pantanos del Cenajo o la Fuensanta supone una grave amenaza para la fauna local. Sin agua donde moverse y sin oxígeno, este sería un grave escenario para el que hay que estar preparados en caso de que la sequía se recrudezca y la cota de los embalses siga bajando.

La Confederación Hidrográfica del Segura insiste, a preguntas de este periódico, que espera que no haya una «afección medioambiental» para los peces de la cuenca. Pero, en el caso de que se produjera, se activaría un plan que pasaría por proteger las especies autóctonas mediante la retirada de los ejemplares que se capturen para trasladarlos a otras masas de agua del Segura. Esta operación estaría coordinada, apuntan, con el Gobierno regional, «un procedimiento habitual que se viene realizando por las confederaciones hidrográficas».

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Y es que, por ejemplo, el organismo de cuenca que controla la demarcación del Júcar ha tenido que sacrificar en las últimas semanas varias toneladas de peces de al menos tres embalses, en su mayoría especies exóticas invasoras, para salvar la fauna autóctona. De producirse una mortandad en el propio pantano por falta de agua y oxígeno, la descomposición de los cuerpos empeoraría aún más la calidad del agua que se destina a riego o abastecimiento a la población.

Otras confederaciones como la del Júcar ya han comenzado a sacrificar toneladas de peces invasores en sus pantanos

El black-bass, la perca, el pez rojo, la carpa, el alburno, el lucio, el lucioperca, la gambusia o la trucha arcoíris son algunas de las especies exóticas invasoras que pueblan nuestro río. Serían el primer objetivo si hiciera falta disminuir la población de peces. Rebajar la cota de los embalses de forma intencionada también es un procedimiento habitual para combatir especies de fuera como el mejillón cebra y la almeja asiática, dos quebraderos de cabeza con importantes impactos ambientales y socioeconómicos.

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En 2022, la Confederación constató la presencia por primera vez del mejillón cebra en el Cenajo y su expansión en los embalses del Talave y de Camarillas, con poblaciones ya adultas.

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