La CHS aplaza al año 2039 los permisos para veinte nuevos campos de golf

El organismo de cuenca considera que esta veintena de proyectos pueden ser viables los próximos años y, de hecho, la mayoría de empresas promotoras han iniciado la tramitación administrativa para disponer de recursos para riego, aunque se ha optado por incluirlos en el horizonte a largo plazo, en los siguientes ciclos de planificación. La CHS se basa en la actual situación económica y en el estancamiento del desarrollo de algunos de estos proyectos en los últimos años.

La Confederación sostiene que, de cara al futuro, el desarrollo de la actividad económica y la evolución de las demandas asociadas deberán inscribirse en el marco de las estrategias europeas de transición energética y de la situación de incertidumbre creada por la situación de crisis económica y sanitaria provocada por la covid. También se deben tener en cuenta la recuperación de la actividad y la mejora de las condiciones medioambientales.

La planificación hidrológica no prevé ningún incremento del agua destinada a los campos de golf en los próximos quince años en el ámbito de la cuenca del Segura, por lo que las asignaciones se mantendrán en los 11,2 hectómetros anuales, que representan el 0,7% de los usos totales de la cuenca. Solo se prevé un incremento muy leve del agua para regadío de apenas 4 hectómetros (el consumo agrícola global se mantendrá en 1.480 hectómetros). Las necesidades de abastecimiento de la población crecerán de 201 a 218 hectómetros en el horizonte del año 2039 en el conjunto de la demarcación hidrográfica.

Los 27 campos de golf en funcionamiento utilizan principalmente aguas residuales depuradas y, en menor medida, recursos de origen subterráneo (2,24 hectómetros cúbicos). Parte de estos últimos tendrán que dejar los pozos para buscar otras fuentes, ya sea de aguas regeneradas o desaladas. La mayoría de instalaciones tienen 18 hoyos, con unas superficies que oscilan entre las 34 y las 90 hectáreas. La mitad de estos campos están enclavados en la cuenca vertiente del Mar Menor.

El subsector del turismo de golf, tras un fuerte periodo de expansión, detuvo su crecimiento como consecuencia de la crisis de 2008 y se mantiene estable desde entonces, apunta el organismo de cuenca. En este sentido, los proyectos pendientes, aunque se están tramitando, siguen sin desarrollarse debido a la situación actual de crisis. Debido a este estancamiento, no se contempla por ahora un crecimiento de campos de golf, sino solo el mantenimiento de los circuitos actuales.

Desde el punto de vista económico, el desarrollo de actividades asociadas al turismo como los campos de golf ha servido para incrementar los ingresos turísticos y desestacionalizar el sector, explica la Confederación Hidrográfica. Los ingresos de un campo de golf en el ámbito de la cuenca del Segura se estiman en alrededor de 2 millones de euros al año, según cifras de 2019, para un circuito típico de 18 hoyos; de los cuales 1,74 millones de euros corresponderían a los ingresos por entradas al campo y el resto a los ingresos derivados de la actividad turística.

Asumiendo una dotación media de 8.000 metros cúbicos por hectárea y año y una superficie media de 50 hectáreas, esto supone una productividad de 5 euros por metro cúbico, según precios del año 2019. Se han estimado unos costes totales para un campo de golf típico de 1.101.419 euros al año, de los que 890.000 corresponden a los gastos de explotación y mantenimiento, y 211.419 a las amortizaciones del gasto de inversión, sin considerar el precio del suelo. En base a estos datos, la Confederación Hidrográfica del Segura indica que el riego de campos de golf representa un margen neto medio de 2,75 euros por metro cúbico consumido.