El casco histórico de Lorca se vacía de tiendas porque «aquí no vive gente, no tenemos materia prima»

El casco histórico de Lorca es la zona de la ciudad que más ha acusado en los últimos meses el cierre de comercios o traslados a otras zonas más habitadas, porque «aquí no vive gente, no tenemos materia prima y cada vez es más difícil mantenerse», explica a LA VERDAD el presidente de la asociación Centro Histórico, Diego Re.

El principal caballo de batalla de las pequeñas tiendas es que no hay relevo generacional y los propietarios se quejan de la falta de ayudas del gobierno para hacer contratos de aprendizaje y que los jóvenes continúen con los negocios que, de otro modo, están abocados a desaparecer. «Nuestros hijos no quieren ser comerciantes porque saben el sufrimiento de los padres», reconoce el flamante presidente de la Unión Comarcal de Comerciantes, Ginés Basilio Cánovas.

Heredero junto a sus dos hermanos de un negocio de cortinas que suma diez tiendas, solo una de sus sobrinas está dispuesta a continuar. «Tiene un pensamiento más moderno, quiere consolidar el negocio y expandirse, la suya es una generación nativa digital», explica Cánovas, que considera que esa será su gran baza para adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo de los clientes.

El no saber adaptarse al comercio 'online' pesa «como una losa» sobre el comercio tradicional y el anuncio de la apertura de tiendas de firmas como Primark y Leroy Merlin en el centro comercial Parque Almenara, alejado del centro urbano, «no augura nada bueno» al futuro de sus negocios.

«Necesitamos más apoyo, atravesamos una etapa muy difícil, desde la pandemia ha cambiado todo y vender es mas complicado», opina este veterano vendedor. «El comerciante de hoy es un héroe», sentencia Cánovas convencido.

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