Cabo de Palos y La Manga son dos de los destinos más populares para pasar el verano en Cartagena. Los más afortunados poseen vivienda ... allí y otros tienen que conformarse con ir en coche a pasar el día. En el punto intermedio se encuentran miles de familias que optan por alquilar un piso o un chalé durante una semana, una quincena o un mes completo.
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Las inmobiliarias que trabajan en estas zonas costeras ya tienen casi todo alquilado para el verano, tal y como apuntan los propios profesionales. Si bien, aún hay oportunidad de encontrar alguna casa libre de forma directa con propietarios que las ofrecen en alquiler de forma tardía o incluso aprovechar una cancelación de última hora. La realidad, según los agentes inmobiliarios, es que está todo alquilado para la época estival desde antes de Semana Santa. Tanto es así que ya es «casi misión imposible» encontrar un alojamiento residencial para el periodo que abarca desde la segunda semana de julio hasta la penúltima semana de agosto, que es la temporada alta del verano.
3.500 euros cuesta alquilar un apartamento en Cala Reona todo el mes de agosto.
5% es el porcentaje que han subido de media los alquileres, debido al coste de la luz.
Mike Verbeeck, de Inmovecos, explicó que «desde la pandemia ha habido un descubrimiento de La Manga. La gente que ya había venido ha hecho las reservas casi incluso de un año para otro». Su clientela es mitad nacional, mitad extranjera. De países como Bélgica Alemania y Luxemburgo. Si bien, lo normal es que el inquilino sea mayoritariamente nacional. Verbeeck, junto a otros agentes inmobiliarios, coinciden en que la estancia media suele ser de quince días.
María Luisa Martos, de Inmocabo, ya solo tiene un apartamento libre en agosto para Cala Reona. Lo alquila por 3.500 euros el mes de agosto, después de que la familia que lo reservó en noviembre cancelara su viaje.
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Junto a su compañero de Inmovecos, señala que «la demanda ha crecido muchísimo y supera la oferta, pese a que hay ahora más casas en alquiler». Aún así, el precio de los alquileres no ha subido tanto de un año para otro. Jesús Antonio Martínez, de Alina Inmobiliaria, asegura, al igual que otros agentes, que los arrendamientos han crecido en torno a un 5%. Justifica que el incremento se ha visto motivado por la subida del precio de la luz, ya que este tipo de alquileres vacacionales incluyen los gastos de luz y agua.
Martínez gestiona cerca de un centenar de viviendas al final de La Manga, una zona menos demandada que el principio o Cabo de Palos. «Aquí tenemos más del 80% de las casas ya reservadas, pero aún se puede encontrar alguna quincena suelta», comenta. Un apartamento tipo en esta zona más tranquila y alejada del bullicio cuesta entre 500 y 1.000 euros la semana de julio. El precio se incrementa entre 100 y 200 euros para agosto.
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En cuanto a la venta de casas, Francisco Javier, de Inmomanga, hace un análisis de la situación: «Los propietarios creen que tienen un castillo y ponen un precio muy por encima de mercado, que los compradores no están dispuestos a pagar. Además, el gusto a la hora de decorar del propietario nunca coincide con el del comprador. Y ahora es difícil conseguir hipoteca». Así, estimó que un precio de mercado justo para La Manga sería de 1.000 euros el metro cuadrado para apartamentos que necesitan reforma y de 1.500 euros para los que están listos para entrar a vivir.
Los expertos coincidieron en que la situación del mercado «complica» desestacionalizar destinos como La Manga o Cabo de Palos. En este último, apuntaron que «la gente no quiere vender porque prefiere alquilar y sacar mucha rentabilidad en pocos meses. Y esto hace que el pueblo no se desarrolle los 365 días».
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El mercado inmobiliario en la zona de Punta Brava y Los Urrutias comienza a remontar. Los bajos precios alcanzados en los últimos años, debido al mal estado del Mar Menor y de las playas, han servido de efecto llamada y ahora, según la dueña de Studio Inmobiliario, Amparo Cerón, «se está alquilando todo lo que nos llega». Tanto es así que la oferta de viviendas en esta área marmenorense es ahora tan escasa que resulta difícil encontrar un piso o una casa de cara al próximo verano.
Durante la última década, los carteles de 'Se alquila' y 'Se vende' no desaparecían de las fachadas de los edificios durante todo el año. El fango en la playa y los malos olores procedentes del Mar Menor eran una mala propaganda, pero, «desde la pandemia, se ha convertido en un pueblo dormitorio, porque la playa está a tan solo 12 minutos de Cartagena y 35 minutos de Murcia, algo que muchos jóvenes valoran para venirse a vivir», añade Cerón.
Algo similar está ocurriendo en Los Nietos, donde el número de vecinos va en aumento en los últimos años. El bajo precio de las viviendas ha hecho que todas las que salen a la venta sean adquiridas por vecinos de fuera del pueblo. Pero, en esa zona, el alquiler es diferente. El arrendamiento es muy escaso. Algo distinto ocurre en la zona de Playa Honda y Playa Paraíso, donde aún se pueden alquilar pisos para esta próxima temporada estival.
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