TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN
Domingo, 18 de diciembre 2022, 10:42
Pues sí, otra semana más nuestra Trimilenaria se llenó con actividades por doquier, desde el lunes hasta el domingo. Fue un sin parar de actos de todo tipo, envueltos en el extraordinario ambiente que se respira, el bonito alumbrado de sus calles y escaparates, la ... música navideña y la infinidad de personas paseando y comprando. El pasado fin de semana, en la Villa y Condado de Santa Lucía, la Asociación Deportiva y Cultural El Pinacho entregó sus premios anuales 'Nacimientos de Honor' y 'Reyes Magos', con figuras artesanales realizadas por el prestigioso artesano belenista Griñán. Fue el prólogo a la inauguración en su 29 aniversario, ya que la familia Torres empezó a montar este monumental belén en 1993.
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Desde entonces, ha ido a más en cantidad y calidad y son miles de niños y mayores los que lo visitan cada año. Tras la bendición por parte del párroco Ángel Obrador, la madrina del belén de este año, Rocío, activó el sistema eléctrico, que puso en funcionamiento a más de cien figuras con movilidad de las más de trescientas con que cuenta.
Es un verdadero espectáculo que, junto con los juegos de luces y sonidos que recrean el anochecer y el amanecer, con la imitación de los sonidos de gallos, grillos y bullicio, te hacen vivirlo de una manera diferente. Les recomiendo una visita y terminar como hice yo, con unas cañas en la terraza de la Marisquería La Marina, acompañadas de una quisquilla fresca y unos mejillones al vapor de olé.
Pero antes de marchar deben pasar a visitar el otro belén monumental, el instalado en la Iglesia de Santiago, otra obra de arte, lleno de singularidades del barrio pesquero, y con una distribución muy especial. Con este son dos grandes belenes monumentales, uno frente al otro, en el Barrio de Santa Lucía.
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Y si los belenes nos sorprendieron, les voy a contar el homenaje que recibió José María Alcaraz, 'alma mater' del restaurante Los Churrascos, ubicado en El Algar, en sus ya cumplidos 45 años de este tan emblemático local, con la complicidad de su mujer, Pepita, y de toda su familia.
Fue un 3 de septiembre del año 1977 cuando empezó andar Los Churrascos y rápidamente se convirtió en un referente de la gastronomía regional. Prueba de ello es la estrella que la Guía Michelin le otorgó en 1993 y que mantuvo hasta 1999.
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La concesión le fue comunicada ni más ni menos que por Juan Mari Arzak. A José María le sorprendió el reconocimiento, ya que él, en aquella época, daba de comer a 150 comensales, y la mayoría de restaurantes con estrella no solían pasar de 30. Durante aquellos seis años le llegaron muchos más reconocimientos, como la Medalla de Plata al Mérito Turístico, el premio de Turismo de Murcia y el de la Asociación de la Buena Mesa, entre otros.
Y así hasta cerca de 40, que fueron llenando sus vitrinas. Y todo gracias a las delicias culinarias que siempre salieron de sus fogones. José María ha sido un hombre que ha dedicado toda su vida a la hostelería. Es un viajero incansable y se convirtió en embajador gastronómico de nuestra cocina regional, no solo en España, sino en el mundo entero. Estuvo en Japón de la mano de otro gran embajador de Cartagena, Francisco Fuentes, presidente del Grupo Fuentes, elaborando un arroz de Calasparra y tortilla española para más de 120 ejecutivos nipones. Lo hizo en compañía del gran restaurador japonés Kimura, dueño de 53 restaurantes en Japón y conocido mundialmente por ser el hostelero que cada año paga la mayor suma de dinero por el primer atún de la temporada que se consume en Japón.
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Pero sin irnos tan lejos, quién no ha disfrutado de la infinidad de jornadas gastronómicas que José María celebra en su casa durante todo el año, y durante tantos años, desde las Jornadas del Marisco, las del Cochinillo, del que es Embajador del Cochinillo de Segovia, de la Cocina de Asturias, de las Jornadas Riojanas... y todo regado con vinos de su bodega, donde duermen más de 10.000 botellas de todas las denominaciones.
Además, cada año nos sorprende con algo nuevo, como las Jornadas de la Patata Algareña, Ya tiene en mente las próximas jornadas, que estarán vinculadas al cumpleaños y al premio otorgado por el diario LA VERDAD.
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Para felicitar a José María y a todo su equipo por esta distinción de los VII Premios de la Gastronomía Región de Murcia, en el apartado de 'Toda una vida', como la que él ha dedicado a la hostelería, subí a comer a Los Churrascos junto con mis amigos Ismael, Andy y Samuel. Andy, al que le encantan los cuentos y las reflexiones, nos puso en materia con unas cañas y unas exquisitas patatas revoltosas que José María borda.
Empezó con su historia Andy de esta forma: había una vez un mendigo que se había acostumbrado a malvivir con lo que le daban. Un día se encontró con un amigo de la infancia y ambos se pusieron a recordar viejos tiempos. «¿A ti qué tal te ha ido?», le preguntó el amigo al mendigo. «Muy mal, mi situación es muy lastimosa», respondió. «Creo que puedo ayudarte», le dijo su viejo amigo.
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Dicho esto, tocó con su dedo índice un ladrillo y lo convirtió en oro. «Para ti. Esto aliviará tus necesidades», dijo. «Sí, pero la vida es tan larga y pueden ocurrir tantas cosas...», contestó el mendigo. El hombre tocó con su dedo una gran piedra y la convirtió en oro. «Para ti. Ahora ya jamás tendrás problemas de dinero. ¡Eres rico!», le dijo su amigo. «Está bien, pero la vida es tan larga y cuanto más tienes, más necesitas». «!Pero bueno! ¿Qué más quieres?», exclamó el amigo. «Tu dedo», respondió el mendigo. Concluyó Andy que debemos no codiciar lo que no tenemos y aprender a vivir felices con lo que necesitamos.
Y bajo las recomendaciones de Benito Alcaraz y en amena tertulia, empezamos nuestro homenaje gastronómico con un menú de otoño que nos recomendó. En el escaparate de pescado y marisco había una fuente de chanquete y nos hizo pedir una tortilla de chanquete muy fina y que estaba de alta nota, para a continuación degustar unas ostras de Arcade, no las Gillardeau, francesas que también están exquisitas, pero las nuestras gallegas son inigualables. Con el albariño que nos recomendó Benito, maridaba de maravilla.
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El siguiente paso fueron unos boquerones fritos con pimientos de padrón. Fue una perfecta combinación y nada de aceitosos. Riquísimos. Unas empanadillas criollas recién hechas dieron un giro al menú, para pasar a una cecina de León, en su punto de curación y muy bien cortada, que con un vino tinto de las Bodegas Las Gateras de Jumilla fueron el complemento perfecto para repetir otro plato de cecina.
Posteriormente, llegaron unas kokotxas con alcachofas de temporada al pil pil, un plato que recomiendo. Estaban perfectas. Y terminamos con unos cordiales de almendra caseros, al igual que los roscos de anís y las trufas, que acompañaron de maravilla con unos Vod-Tonic en compañía de José María. Comentó que pronto se cumplirán cincuenta años del restaurante Los Churrascos. Y ahí estaremos para celebrarlo y contarlo.
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Y este domingo termino con esta reflexión: «El ignorante critica, porque cree saberlo todo. El sabio respeta, porque siempre hay algo nuevo que aprender». Y qué cierto es, tenemos que aplicárnoslo.
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