Una niña menor y detrás una pareja sentada junto a una de las chabolas del asentamiento de Los Méndez, en La Magdalena, ayer. PABLO SÁNCHEZ / AGM

Los vecinos de la diputación cartagenera de La Magdalena denuncian que los asentamientos de chabolas crecen «sin control»

El Ayuntamiento abre otro expediente a uno de los dos poblados y da al dueño del solar hasta el 11 de diciembre para desmontar estructuras

Viernes, 2 de diciembre 2022, 01:57

Ni los expedientes abiertos por parte del Ayuntamiento, el último de ellos el pasado 11 de octubre, ni las advertencias policiales han sido suficientes para ... que el dueño de las parcelas de La Magdalena donde están situados los dos asentamientos chabolistas de esa diputación las desaloje. Allí viven alrededor de una veintena de familias, algunas con niños menores de edad en condiciones precarias, en la mayoría de los casos. Lo peor de todo, según los vecinos, es que lejos de haberse frenado este fenómeno «va en aumento y cada vez vemos más barracas, no solo en el poblado principal, sino en el de la Casa del Pino», aseguró a LA VERDAD el presidente de la Junta Vecinal de Molinos Marfagones, Antonio Martínez.

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El malestar entre los vecinos es unánime, ya que es un fenómeno que dio comienzo a raíz del inicio de la pandemia provocada por el coronavirus y que ahora «tiene difícil solución, porque no se les puede echar así porque sí», según Martínez. Los moradores, en su mayoría, proceden de Los Dolores y de la barriada Virgen de la Caridad, Las Seiscientas.

El asentamiento del paraje de Los Méndez está ubicado en una parcela en medio del campo y es el más grande de los dos. Está vallado y con maderas, chapas de tejados, ladrillos y viejas autocaravanas instaladas sobre bloques de hormigón han creado un pequeño poblado ilegal, según el último expediente abierto por la administración municipal. El agua y la luz la tienen enganchada a dos contadores generales ubicados en la entrada de la parcela vallada, por cuyos servicios pagan un precio al dueño del terreno, según la misma documentación a la que ha tenido acceso este diario. El problema es que carecen de alcantarillado y las aguas sucias son vertidas al subsuelo.

Con maderas, chapas de tejados, ladrillos y viejas autocaravanas instaladas sobre bloques han creado algunos de los poblados

«Las personas que ocupan las infraviviendas manifiestan que viven allí como inquilinos y que cada grupo paga una cantidad fija por el alquiler de la porción de suelo», indica el informe realizado por técnicos municipales, tras una inspección ocular.

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Primer expediente

En este caso, el Ayuntamiento abrió su primer expediente en junio de 2020 por «realizar obras en la parcela consistentes en muros de bloques y acondicionamiento de terreno con grava para instalación de caravanas y chabolas». A raíz de este, el propietario de la parcela acudió al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Cartagena para la suspensión cautelar del desmontaje.

Casas prefabricadas, chabolas y autocaravanas, en el asentamiento de la Casa del Pino. P. SÁNCHEZ / AGM

El expediente abierto por Urbanismo en 2020 tenía una vigencia de un año y según fuentes municipales se suspendió porque así se hizo con «los procedimientos administrativos por el Covid». Eso provocó a su vez su caducidad. A pesar de ello, en octubre, el Ayuntamiento abrió otro expediente sancionador por el que se da dos meses al dueño para que levante el asentamiento. Acaba el próximo 11 de diciembre.

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Mientras, otro que sigue creciendo «sin control», según los vecinos de la zona, es el que está ubicado en el paraje de la Casa del Pino, a la salida de La Magdalena en dirección a Los Segados y Pozo de los Palos. Hace un año vivían tres familias, una en una autocaravana junto a una construcción hecha de palés, y las otras en una casa prefabricada. Ahora, hay otra vivienda prefabricada, dos chabolas más y una caravana más. En los últimos meses también han ocupado un corral contiguo a una antigua casa, techado y arreglado.

Recogida de firmas

Esta situación llevó a los residentes el pasado año a recoger casi un centenar de firmas, que llevaron al Ayuntamiento, junto a una reclamación y una petición para que tomara cartas en el asunto. Los vecinos tienen tanto miedo que por las noches apenas salen a la calle. Incluso, los que tienen allí sus segundas residencias no se atreven a dormir en lo que antes eran unas viviendas seguras. Otros han decidido ponerlas a la venta y deshacerse de ellas.

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Técnicos de la Concejalía de Servicios Sociales, dirigida por la alcaldesa, Noelia Arroyo, han visitado al menos a los inquilinos de Los Méndez. Las familias están identificadas y algunas de las mismas están en el registro de demandantes de vivienda y propuestas al programa Pares. Se trata de una iniciativa financiada en un 80% con fondos Feder y en un 20% con fondos de la Comunidad Autónoma dirigidos a la adquisición de viviendas para alojar a familias en situación de exclusión social y residencial.

Malestar por las fiestas y el alboroto de los fines de semana

Una de las principales quejas de los vecinos de La Magdalena con respecto a los dos asentamientos de chabolas son las fiestas y el alboroto que hay en ellos, sobre todo en el de la Casa del Pino, los fines de semana. «Hay sábados por la noche que está lleno de coches y de gente que viene de fiesta, desde Cartagena», explicó un vecino, que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.

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