Vecinos, conductores y ciclistas de Cartagena exigen el Plan de Movilidad Urbana esta legislatura
Piden más pasos de cebra, más carriles bici, limitar la circulación de vehículos en torno al área peatonal y una mejor señalización
El anuncio municipal de incluir su borrador de Programa de Movilidad Urbana dentro del Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible, ... con un horizonte a diez años, no convence a los representantes de los vecinos, de los ciclistas ni de los conductores de taxis y autoescuelas. Consultados por LA VERDAD, todos coinciden en pedir un proyecto concreto y con medidas definidas durante la presente legislatura. El máximo responsable vecinal, Leandro Sánchez, indicó que el mejor enganche para pasar de las recomendaciones a las normas de obligado cumplimiento es que todo quede reflejado en el Plan General de Ordenación Urbana, que la alcaldesa, Ana Belén Castejón, se comprometió a aprobar y tener en vigor antes de las elecciones municipales de 2023.
La movilidad en el casco histórico es uno de los principales asuntos a dilucidar. En la discusión sobre si hay que habilitar más zonas peatonales o no, tanto los vecinos como los ciclistas y los conductores abogaron por una solución intermedia. «Favorecer al peatón no quiere decir vedar absolutamente el paso de vehículos, sino darles prioridad absoluta sobre ellos, adaptar el recorrido de los autobuses y habilitar aparcamientos disuasorios. Eso no se hizo en la primera peatonalización y no parece que esté previsto en otras calles», indicó Sánchez.
Tanto Eusebio Rodríguez, de Unión Radio Taxi, como Isabel Mesa, de la asociación local de autoescuelas, están de acuerdo. «Transportistas, taxistas, autobuses, y residentes deben tener prioridad sobre el resto de vehículos en el entorno del casco histórico. Desde Carlos III, pasando por la Plaza de Juan XXIII, la calle del Parque, las calles Serreta, Caridad y Gisbert y el circuito hacia la calle Jara, Aire y Cañón», apuntó Rodríguez, que no es partidario de más zonas peatonales. «Bastantes problemas nos causa ya, por ejemplo, la parada de la Plaza Castellini», añadió. Tras su peatonalización, se permitió a los taxistas entrar por ella a recoger a sus clientes y salir por la calle Conducto. Pero con el paso de los años el acceso ha sido restringido. Ahora solo puede haber un vehículo, que debe dar la vuelta para salir a la calle Real. «La Plaza Cuartel del Rey sería perfecta como parada. Así lo hemos propuesto, pero no nos hacen caso», añadió.
Los interesados creen que los cambios propuestos deben tener reflejo en el Plan General que se pretende aprobar en 2023
Los taxistas compiten, en esa zona de la calle Real, con los transportistas que también precisan de zonas donde aparcar para llevar sus productos a bares y tiendas del casco histórico. Esa laguna transforma el recorrido desde la calle Duque hasta la subida a la Muralla del Mar en una carrera de obstáculos en el horario de 8 a 11 en el que operan. Furgonetas y camiones de reparto copan los laterales de estos viales y dificultan la movilidad de los peatones, sobre todo en días de mucho turismo.
Los problemas de los viandantes aumentan si se salen del cogollo de la zona peatonal, al cruzar cualquier calzada. «Un ejemplo es la Alameda de San Antón, que fue despojada de pasos de cebra entre el bulevar central y las aceras laterales. Hay más de 300 metros sin uno solo entre la Avenida de Reina Victoria y la calle Trafalgar. Eso hace que muchos ciudadanos crucen por zonas en las que fueron suprimidos, con el consiguiente riesgo para su seguridad», destacó José Ángel Vivancos. Además, si pretenden atravesar el cruce del bulevar con la calle Soldado Rosique se encontrará con que no hay semáforo con hombrecitos verdes y rojos que le digan cuándo deben pasar.
«Más peligrosos aún son los pasos de peatones en los que las aceras están ocultas para el conductor por un contenedor o por coches aparcados en zona azul», apuntó Isabel Mesa. Como instructora de autoescuela, ella está acostumbrada a prestar mucha atención a eso y a advertir a sus alumnos de ese problema. «De todas formas, los peatones tienen que saber que un paso de cebra les da prioridad pero no les da permiso para pasar a lo loco y sin mirar. Han de ser conscientes de si algún vehículo está tan cerca que es posible que no le dé tiempo a parar», advirtió.
Prueban la limitación de acceso al tráfico en el Muelle de La Curra
La limitación del acceso del tráfico rodado en general al Muelle de La Curra, en las últimas semanas, ha sido un ensayo para ver si podría funcionar de forma definitiva. La liberalización de movimientos tras el confinamiento ha sido modulada por el Ayuntamiento, de acuerdo con la Autoridad Portuaria, para favorecer su uso casi exclusivamente peatonal entre las 8 y las 10 de la mañana y de 20 a 23 horas, manteniendo siempre el paso expedito para usos portuarios, militares y de vehículos de emergencias y servicios. Se trata de una experiencia piloto similar a laque también se aplicó en el itinerario por las calles Duque, San Francisco, Campos, Jara Aire y Cañón.
Aceras de bordillo elevado
La preocupación de Leandro Sánchez por favorecer especialmente a personas con movilidad reducida obliga a llevar a cabo planes específicos de reforma de las aceras en determinadas zonas del extrarradio. El Barrio Peral es una de ellas. «Aquí, alguien mayor, en silla de ruedas o con un carrito se la juega si quiere bajar un bordillo para cruzar una calle. En la práctica, esto hace que muchos peatones vayan por la calzada, con el consiguiente riesgo», explicó Eduardo Martínez, representante vecinal de este barrio, con el que Leandro Sánchez comparte inquietudes.
Si los peatones tienen problemas, los ciclistas no le van a la zaga en su situación de inferioridad respecta los vehículos a motor, según el máximo responsable del colectivo Vía Libre, José Ángel Vivancos. «Llevamos veinte años pidiendo un plan unificado de carriles bici. Pero lo que tenemos es un circuito irregular y sin continuidad, muchas promesas incumplidas y la ausencia de un plan coordinado», recordó. Para él, los carriles bici que están en las aceras, como el de la Calle Real y el Paseo del Muelle «no sirven» y los que van por la calzada, como el de la rotonda de San Vicente de Paúl, «pueden ser peligrosos porque están mal señalizados». El de Juan Fernández, que sería un modelo a seguir, porque integra el doble carril para ir en una dirección y en otra «tiene el problema también de falta de señalización». Conductores de autoescuela y de taxi dudan de que la circulación de ciclistas en contradirección sea una buena idea, pero Vivancos aseguró que ese tramo es el que está mejor hecho. «Además, están pendientes el enlace en la Plaza Puerta de San José, y los proyectos en la calles Esparta y Trafalgar», subrayó.
El último aspecto en el que Cartagena saca un suspenso en movilidad es el de la señalización. «Fíjese en las calles de varios carriles. Faltan las señales horizontales. Y también las verticales de giro indirecto a la izquierda», advirtió Isabel Mesa «Pero uno de los casos más surrealistas es la señal que hay en la entrada a la Plaza de España desde Alfonso XIII que dice que girando por la glorieta se va a Mazarrón. Después no hay más sobre cómo salir hacia la zona oeste y los conductores que no son de aquí no se aclaran», dijo Eusebio Rodríguez.
Leandro Sánchez, Federación vecinal
«Cualquier medida que tomen tiene que ser a favor de los peatones»
«Cualquier plan que hagan tiene que tener en cuenta, en primer lugar, la prioridad del peatón, sobre todo para proteger a los niños, las personas mayores y los discapacitados», explicó el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena. Además, en su opinión, para no duplicar esfuerzos lo mejor es recogerlo todo en el Plan General de Ordenación Urbana, que el ayuntamiento pretende tener listo en esta legislatura. «Es la mejor forma de asegurar su cumplimiento», indicó.
José Ángel Vivancos, Colectivo Vía Libre
«Castigan a viandantes y ciclistas para seguir beneficiando al coche»
«Todos los planes de movilidad urbana que se han hecho hasta ahora, han tenido por objeto ordenar la circulación de vehículos a motor. y han castigado a los ciclistas y a los viandantes», explicó José Ángel Vivancos, del colectivo Vía Libre. A su juicio, si el Ayuntamiento quiere hacer realmente algo que funcione, debe modificar eso. «Tenemos que intentar parecernos más a ciudades como San Sebastián y Sevilla, que realmente han desarrollado ya proyectos que funcionan», añadió.
Eusebio Rodríguez, Unión Radio Taxi
«Los carriles para taxi y bus no pueden pasar junto al aparcamiento»
«Hay algo que no entiendo de quienes proyectan la distribución de los carriles en calles como la Alameda, y es por qué ponen el de autobús y taxi en el lado en el que está el aparcamiento, cuando es el de tráfico más ralentizado porque está al lado del estacionamiento de la zona azul y la salida de coches de los garajes», subrayó Eusebio Rodríguez, de Unión Radio Taxi Cartagena. A su juicio, ponerlo al lado del bulevar sería mucho mejor para todos. Además, se quejó de los inconvenientes que tienen paradas como la de la Plaza Castellini.
Isabel Mesa, Agrupación de autoescuelas
«Salvo calles anchas, es mejor que sean todas de un sentido»
«¿Consultarnos sobre le plan de movilidad? Nada de eso. Nadie del Ayuntamiento nos lo ha hecho, ni ahora ni nunca», explicó la presidenta de la agrupación de autoescuelas de Cartagena, Isabel Mesa. Si lo hiciera, una de las cuestiones que plantearía es que «para la seguridad vial, lo mejor es circular por calles de una dirección y en Cartagena, sobre todo en algunos barrios hay demasiadas que son estrechas y tienen un solo carril por sentido». Para ella, es un riesgo en el que pocas veces se piensa.
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