Pintura que refleja, en apariencia, la llegada de las tropas inglesas a Cartagena el 29 de enero de 1812.

La Torre Wellington

Fotohistoria de Cartagena ·

LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN

Sábado, 15 de agosto 2020, 01:39

Como si de una matrioshka se tratara, el Castillo de San Julián alberga en su interior una joya arquitectónica que suma a su valor otro ... conformado por una torre cilíndrica, que ya existía en la cima de este monte cuando se erige en castillo de 1861 a 1883. Hoy recordaremos esta obra defensiva, cuándo se construyó y quién ordenó su emplazamiento en aquel lugar.

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Hasta el año 2009, se había dicho que la torre en cuestión había sido obra de los ingleses cuando estuvieron en Cartagena en 1706 envueltos en la guerra de sucesión española. Las investigaciones llevadas a cabo por el doctor en Historia José Antonio Martínez López desvelaron la existencia en archivos británicos de los planos originales de dicha torre. En ellos queda constatada que sí fue construida por los británicos, pero en fecha más tardía; en concreto, durante la guerra de independencia en 1812. Todo esto y mucho más se publicó en nuestra entrañable revista 'Cartagena Histórica' nº 28.

Este tipo de construcción responde tipológicamente a las denominadas torres 'a la Martello', pequeñas fortalezas defensivas que se erigieron en todo el Imperio Británico durante el siglo XIX, desde la época de las Guerras Revolucionarias Francesas en adelante. La mayoría eran fuertes costeros.

Miden hasta 40 pies de altura (con dos pisos) y, por lo general, tenían una guarnición de un oficial y entre 15 y 25 hombres. Su estructura redonda y gruesos muros de mampostería sólida los hacían resistentes al fuego de cañón, mientras que su altura los convertía en una plataforma ideal para una sola pieza de artillería pesada, montada en el techo plano y capaz de atravesar, y por lo tanto disparar, sobre un total de 360° en círculo.

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Guerra de Independencia

En España tenemos algunos ejemplos de ellas en la isla de Menorca, pero no existe ninguna otra en la península nada más que la presente en Cartagena. Esto la hace todavía más singular y única, algo que pasó desapercibido y que tiene un valor excepcional, porque se trata de una nueva tipología para añadir al rico catálogo de fortificaciones que se conservan en Cartagena: una torre a la Martello.

Recientemente o'tro investigador, esta vez inglés, el doctor Tony Fuller, perteneciente a la Asociación Cultural Amigos del Museo Histórico Militar de Cartagena, ha publicado con respecto a esta torre otra serie de novedades que ratifican su origen británico y aportan nuevos datos de cómo se gestionó su construcción. También señala quién fue el ordenante de su levantamiento en la cima del monte San Julián.

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En sus investigaciones en los archivos nacionales de Kew, en Londres, ha localizado documentación y dos planos al respecto. En ellos se especifica que fue diseñada y construida por un destacamento militar británico, estacionado en Cartagena para dar apoyo a la guarnición española que estaba potencialmente bajo amenaza de invasión por parte de las tropas napoleónicas.

Sería el mando operativo en la denominada 'The Peninsular War'. Al considerar a Cartagena un punto estratégico de vital importancia para la causa aliada, esta debía mejorar y fortalecer sus defensas. Así, el 12 de diciembre de 1811, sería el propio Duque de Wellington el que envió un correo al general de división George Cooke, al mando de la guarnición británica en Cádiz, respondiendo a una petición del Consejo de Regencia español. Solicitó el envío de tropas británicas a Cartagena. El objetivo era apoyar a la guarnición española de esa ciudad.

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Wellington específica y ordena la necesidad de reforzar la defensa de la plaza sobre la cima del monte de San Julián: «Les ruego que los Oficiales de ingenieros y de Artillería sean empleados inmediatamente en redactar los planos y la descripción del lugar y enviármelos...».

La respuesta fue inmediata, y así el 29 de enero de 1812 se le remite a Wellington que el capitán Thomas Roberts y los tenientes Wells y Ord, junto con 1.200 hombres, se trasladan a Cartagena para llevar a cabo los trabajos de construcción de una torre defensiva en las alturas del monte San Julián. Thomas Roberts se graduó el 2 de noviembre de 1804 como Alférez del Cuerpo de Ingenieros Reales británicos. Fue destinado al parque principal de los Ingenieros Reales situado en Chatham, donde ascendió a Teniente el 1 de marzo de 1805. Posteriormente, fue destinado a Gibraltar y desde allí a Cádiz cuando comienza la guerra en España.

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Herencia inglesa deteriorada

En Cartagena permaneció dos años como oficial del Consejo de Obras, Armamento y Material. Construyó la Torre de San Julián y fortificó otros puntos de la bahía, haciendo ésta más inexpugnable todavía. Sus siguientes destinos fueron Irlanda, Indias Occidentales y Barbados, donde falleció en 1820, siempre proyectando y construyendo torres «a la Martello» y otros tipos de fortificaciones.

Esta torre es única en la península ibérica. Se encuentra dentro de un castillo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1997 y actualmente no está en las debidas condiciones por parte de su propietario. Este la utiliza como soporte de un entramado de antenas de telefonía, un insulto a la conciencia de la ciudad que algún día aspira a ser Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura militar y defensiva. Ojalá algún día podamos contemplar dentro de esta matrioshka a la que podríamos renombrar como 'La Torre Wellington' de Cartagena.

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