El Teatro Circo de Cartagena reabrirá en octubre con una programación local y pendiente de reforma

Pese a las críticas de «despilfarro» de la oposición, el equipo de gobierno local concretó en enero de este año la adquisición del Nuevo Teatro Circo por 1,25 millones. Su objetivo es completar un circuito municipal de salas para acoger más espectáculos programados por el Ayuntamiento.

Tras el ralentí de la pandemia, el Auditorio El Batel, también municipal aunque con gestión privada, se concentrará aún más en contratar a artistas que atraigan grandes audiencias hasta su sala 'A', con aforo para 1.500 personas. En cambio, el teatro de la calle Tolosa Latour será utilizado para potenciar el circuito local de grupos artísticos y acoger espectáculos con aforos de hasta 900 asistentes. Por su parte, el auditorio del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy deberá tener un mayor aprovechamiento como sede de iniciativas no profesionales y en la promoción de escuelas dramáticas de academias y del arte de las tablas en centros educativos.

La cuarta pata del tablero sería el antiguo Cine Central, que aún debe ser reformado para erigirse en centro de creación escénica de vanguardia y de divulgación del séptimo arte, dado que en el complejo que se va a restaurar tendrá su sede el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC). Pero, para tener en uso esta infraestructura, todavía habrá que esperar unos años. Y, además, se trata de una propiedad de la Comunidad Autónoma, por lo que será necesario un convenio especial si el Ayuntamiento también quiere participar en su programación artística.

Jorge de Juan compagina, en sus primeras semanas en el nuevo cargo, la planificación de la programación del Nuevo Teatro Circo con la evaluación de las reformas que son necesarias para desarrollarla de manera plena. Antes de que acabe el año, quiere dejar finiquitados una serie de trabajos que tienen que ver con la seguridad del recinto, en especial sobre las tablas. Entre ellos, está la revisión del telón cortafuegos para comprobar que funciona. También despejar de cableado todo el escenario. De acuerdo con los técnicos municipales, se ha visto la posibilidad de retirarlo y recolocarlo detrás.

También a corto plazo, el plan municipal de remodelación del inmueble incluye eliminar la zona que hasta ahora se ha empleado como guardarropa, en el vestíbulo. Se aprovechará la caducidad de la concesión de la cafetería para que en la nueva etapa se libere un espacio conjunto para presentaciones y, si es posible, espectáculos de pequeño formato.

Para el año que viene, quedará la tarea de nivelar la pendiente de la escena, que dificulta la evolución de los actores y determinados montajes. «Me han contado que una silla de ruedas utilizada como atrezo cayó sobre el patio de butacas por esa razón», subrayó el coordinador. A medio plazo, el verano próximo si es posible, De Juan quiere sustituir los asientos de la platea por un sistema retráctil para despejarla a voluntad, en todo o en parte. «Es algo que ya funciona bien en otros teatros», explicó. Y que permite, dijo, contar con mayor superficie para los actores e incluso dejar diáfana la sala para desarrollar otro tipo de espectáculos y de eventos.

La iluminación actual será renovada y sustituida por luminarias de tecnología led. La Concejalía de Infraestructuras ha garantizado que podrá dotar de los suministros suficientes al teatro. «Conservaremos algunas luces analógicas para determinados montajes, pero el resto las cambiaremos», dijo el coordinador.

Aparte de disponer de presupuesto para reformar y modernizar el teatro por dentro, Jorge de Juan espera mantener a pleno rendimiento la plantilla de seis técnicos que trabajaban para la empresa propietaria del edificio, Sonora Producciones, hasta que la compró el Ayuntamiento. Se trata de técnicos de diversas disciplinas, taquilleros y proyeccionistas. La previsión de contar con un ayudante directo para De Juan, que en principio iba a ser un empleado municipal cualificado, ha sido descartada por ahora.

En la programación del último trimestre quedará encajado el Festival de Jazz, que depende directamente de la Concejalía de Cultura. Contar con los grupos locales permitirá llenar fechas con poco presupuesto. En la programación entrará el 40 aniversario del grupo teatral La Murga y también algún montaje del actor local Pedro Saura. «Ofreceremos que quienes actúen, puedan quedarse con la totalidad de la taquilla», subrayó Jorge de Juan, quien cree que es importante abrir al público cuanto antes con esos mimbres y que con la suficiente promoción se puede conseguir que el público vuelva a acudir al teatro.

Por lo que respecta al primer semestre del año que viene, hay que contar con un gasto aproximado de 12.000 euros por actuación de las compañías y los artistas de mayor categoría. «A razón de dos por mes, supone contar con unos 25.000 euros mensuales de financiación inicial». calculó. Otro de los objetivos de cara a esa temporada y las siguientes es conseguir que alrededor de un 60% de los gastos puedan ser cubiertos con los ingresos por taquilla.

Jorge de Juan, actor, productor y director teatral de larga trayectoria, ha sido contratado con un sueldo anual de 43.573 euros brutos por una dedicación al 70% y el permiso para compatibilizar sus funciones con su labor de gestor teatral en Londres. Tras autorizar el Pleno de agosto estas condiciones como cargo de confianza, él mismo admitió que cualquier cambio de gobierno en las elecciones municipales de 2023 puede suponer su salida. «Pese a eso, yo trabajo con visión de futuro para dejar todo el plan de negocio y de acción del teatro en manos de quien me sustituya o poder seguir con él si continúo a partir de junio del año que viene», explicó.