Grupos de turistas caminan, a pleno sol, por la céntrica calle Puerta de Murcia, algunos de ellos protegidos por gorras. Antonio Gil / AGM

Entre el sofoco y el alivio por la escasez de sombra

Vecinos y turistas afrontan el verano y la primera ola de calor con muchas calles y plazas sin apenas arbolado ni toldos. El Ayuntamiento sigue «analizando qué tipo» de especies hay que plantar, pese a que ya en 2014 la UPCT aconsejó apostar por el chopo negro

Martes, 25 de junio 2019, 03:48

Que «la temperatura de una calle con vegetación y árboles de tamaño regular y otra sin vegetación puede variar de 2 a 4 grados», como apuntaron en 2014 los científicos de la UPCT Jesús Ochoa, José Tomás Gallego y Consuelo Hernández en un estudio sobre el arbolado urbano de Cartagena, es algo que no está de más recordar estos días a la hora de moverse a pie, en bici o en los tan de moda patinetes eléctricos. El inicio del verano y la inminente llegada de una ola de calor examinan, un año más, al Ayuntamiento en cuanto al nivel de «confort térmico» de calles y plazas, en las que también afronta el reto de reducir la contaminación ambiental y combatir la crisis climática.

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A pesar de las reiteradas promesas de las autoridades de incrementar la vegetación e instalar toldos en el casco histórico y otras zonas muy transitadas de la ciudad vecinos y turistas siguen expuestos a las altas temperaturas y al riesgo de insolación en amplios tramos. La peatonalización de las calles Real, Carmen y Puerta de Murcia y de la Plaza San Francisco llegó asociada a diseños de vías y aceras con árboles de pequeño porte o concebidas como explanadas.

La propia Universidad Politécnica de Cartagena, a través de los trabajos fin de grado de los estudiantes de la Escuela de Ingenieros Agrónomos Gallego y Hernández (bajo la dirección de Ochoa), advirtió de que la remodelación de la citada plaza supuso una «importante disminución de la vegetación y del arbolado». Esta fue, si cabe, más acentuada en comparación con épocas en que, además de grandes ficus, había una suma y una disposición de plantas que hacían destacar a la Glorieta como «eficiente y habitable».

El «confort térmico» cayó tras la peatonalización de la Plaza San Francisco y de las calles Real y Carmen

En el Ensanche, la sensación de sofoco de los peatones en las horas centrales del día reina en amplias zonas Ángel Bruna. También está pendiente la reposición de plataneras y ejemplares de otras especies en Jacinto Benavente y Juan de la Cosa, y en distintos parques y jardines. La situación es distinta en Alfonso XIII, Ramón y Cajal y Príncipe de Asturias, donde hay pocos alcorques vacíos y la sombra alivia el paseo, que se convierte en agradable sobre todo por las tardes y cuando sopla la brisa desde el mar. Con todo, en algunas áreas es escaso el número de bancos.

Ya en 2016, el Ayuntamiento encargó a la UPCT un estudio sobre la mejora del arbolado urbano, dentro de la Cátedra de Infraestructuras. Para entonces, habían pasado ya dos años desde que los especialistas de Agrónomos plantearon la necesidad de apostar por especies con alta eficiencia en el secuestro de dióxido de carbono, como el chopo negro o álamo negro ('Populus nigra'). Probaron que solo los 113 ejemplares plantados en la Alameda de San Antón -que tiene más de 400 árboles- recogen casi una tonelada anual de CO2, el equivalente a las emisiones de más de 9.000 vehículos al año.

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Ayer, a preguntas de 'La Verdad', fuentes del nuevo equipo de gobierno municipal aseguraron que está prevista «la instalación paulatina de zonas de sombra en el municipio, para crear espacios seguros y mitigar las altas temperaturas». La idea de la Concejalía de Infraestructuras, cuya gestión ha pasado del socialista Juan Pedro Torralba a María Casajús (del PP), es «favorecer el paseo de vecinos y turistas, sobre todo en aquellas calles que soportan más horas de sol».

'Pasillos verdes'

En el Consistorio indicaron que, «desde el año pasado, tras el Pacto de los Alcaldes, se está desarrollando un Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), para aumentar las zonas verdes, instalar sumideros de CO2 (dióxido de carbono), así como intensificar los trabajos de mejora en el reciclado de residuos». «Nuestra intención es seguir extendiendo el sombraje a ciertas zonas del municipio, con la plantación de árboles y la instalación de toldos en aquellas calles que cumplan las condiciones y que se determinen en los estudios que siguen sin estar concluidos. Es un compromiso de este gobierno, que se llevará a cabo a lo largo de esta legislatura», concluyeron en el Ayuntamiento.

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En el Ejecutivo detallaron que «en esta tarea de sombraje está trabajando el Ayuntamiento, a través de la Cátedra de la UPCT. En ella se está analizando qué tipo de vegetación hay que plantar, utilizando especies autóctonas que no necesiten mucha agua». Como ejemplo, citaron el entorno de la Plaza Severo Ochoa y de la Escuela Oficial de Idiomas (Ronda del Ferrol), «donde se está trabajando en un proyecto piloto con la creación de 'pasillos' verdes» con vegetación. Frente a lo anunciado en mayo, «no da tiempo» ya a licitar la colocación de toldos en el Parque de Los Juncos y otros sitios. Por ahora, cuando aprieta el sol hay que echar mano de sombreros, gorras y agua, mucha agua.

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