Los trabajadores de Navantia dan un nuevo paso en sus reivindicaciones. A las medidas de no colaboración con la empresa que llevan a cabo desde ... el pasado año se le sumará ahora un calendario de paros y movilizaciones para presionar a la dirección de la compañía ante lo que consideran un «atropello». Lo harán, porque Navantia continúa «incumpliendo» el convenio, «bloqueando» la negociación del nuevo convenio laboral y «demorando» la contratación de los «cuatrocientos operarios que son necesarios para sacar adelante la actual carga de trabajo», detalló este viernes el presidente del comité de empresa en el astillero de Cartagena, Eusebio Martínez, en una rueda de prensa ofrecida en la puerta de Santa Rosalía.
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Ese último punto es lo que ya está provocando «retrasos» en los proyectos de las tres áreas de producción del centro de trabajo: las unidades de reparaciones, motores y construcción de submarinos, según Martínez. Para el comité de empresa son especialmente preocupantes las demoras en la construcción de los tres sumergibles S-80 que aún faltan por entregar a la Armada. «Es nuestro producto estrella y de los más complejos, porque solo diez países en el mundo son capaces de montarlos. Por eso necesitamos más personal para poderlos acabar», afirmó.
Dio a conocer que en los astilleros de esos países hay plantillas fijas de entre dos mil y dos mil quinientos trabajadores solo para construir submarinos, «mientras que aquí directos en todas las instalaciones somos solo un millar».
Por ejemplo, el casco resistente del S-82 'Narciso Monturiol' debía haberse unido -ahora las secciones de proa y popa siguen separadas- en diciembre. Después, estos trabajos fueron retrasados a principios de enero y luego a antes de Semana Santa. La última fecha dada es que este hito se llevará a cabo antes del verano.
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Eusebio Martínez aclaró que la empresa no puede culpar a los trabajadores ni al comité de empresa de esos retrasos, porque «quien tienen la culpa de todo es la dirección, presidencia y Recursos Humanos», porque «ellos son los que tienen las herramientas para revertir esa situación».
«No entendemos por qué siguen así, cuando la base de toda empresa son los trabajadores. Si estos están bien la productividad va a mejor, el cliente está satisfechos y habrá futuro», esgrimió.
En su comparecencia, Martínez puso de manifiesto que ha habido numerosos problemas de falta de aplicación del último convenio colectivo (cuya vigencia acabó en 2021 y permanece prorrogado) en materia de reclasificación profesional, vacantes, promociones y nuevas incorporaciones, así como una sobrecarga de trabajo en horas extra «inasumible». Además, se quejó de que el departamento de Recursos Humanos está «dilatando» la negociación del nuevo convenio.
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También exigió mayor transparencia por parte de la compañía en las escasas contrataciones que se llevan a cabo. Por eso insistió en la necesidad de que sean incorporados más profesionales para la plantilla, al menos unos cuatrocientos, para hacer frente a la carga de trabajo.
El presidente del comité de empresa también anunció que intensificarán las protestas en los próximos meses con el objetivo de que la constructora naval tome conciencia de la necesidad de tener en cuenta las propuestas de sus trabajadores. Tanto es así que a partir de la semana que viene comenzarán a crear, con el consenso de la plantilla, un calendario de protestas para el conjunto de los astilleros, «porque este problema nos atañe a todos». Estará basado en paros semanales de hasta dos horas y movilizaciones en la calle.
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Un portavoz autorizado de la empresa explicó a LA VERDAD que hay abierto un proceso de incorporaciones y que también está en marcha las negociaciones necesarias del nuevo convenio.
Actualmente, según indicaron los sindicalistas, entran en las instalaciones de la constructora naval de Cartagena casi dos mil obreros, la mitad de ellos de empresas subcontratadas. El número crecerá si llegan encargos internacionales de submarinos de la clase Isaac Peral.
En este sentido, el presidente del comité de empresa denunció que por parte de la empresa hay un encubrimiento de esa falta de personal. Aseguró que técnicos superiores que tienen su jornada laboral en 7,72 horas «están trabajando diez, doce y catorce horas diarias, sin cobrar estas horas extra».
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También afirmó que hay muchos operarios que «no puede librar como consecuencia de la alta carga de trabajo que tienen. Insistió en la sobrecontratación de la industria auxiliar, cuyos trabajadores «sobrepasan con creces el cupo máximo de horas que marca el estatuto de los trabajadores, porque no solo echan horas extra en el astillero, sino que después siguen haciendo trabajos para Navantia en las naves de sus empresas».
También está paralizado el nuevo Plan Estratégico anunciado el pasado año por la dirección y que dio a conocer el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en marzo. En este estaba previsto la incorporación de más de 1.500 personas a la plantilla en todos los centros de trabajo en los próximos años. Para Cartagena serían alrededor de 300, sobre todo soldadores y especialistas en maniobras.
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Durante el anterior plan estratégico de 2018-2022, fueron incorporados 1.658 empleados, en los centros de trabajo de Cartagena, Cádiz y Ferrol, y en el área de dirección, en Madrid. En Cartagena, el plan obligó a la salida de unos 500 obreros en Cartagena y a la contratación de 377. De ellos aún faltan por entrar una quincena, tras la impugnación de varios procesos.
La carga de trabajo en las unidades de motores, reparaciones y de construcción naval de Navantia Cartagena está estos días en su punto álgido. En el último de ellos, los obreros centran su labor en el montaje de los tres sumergibles que aún faltan por entregar a la Armada, tras acabar el S-81 'Isaac Peral'. En este departamento el trabajo está asegurado, al menos, hasta finales de esta década. Emplea a unos seiscientos obreros de plantilla y un número similar de empresas auxiliares
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En el de motores, a la fabricación y montaje de los que llevarán el tercer y el cuarto submarino de la clase S-80 y a los trabajos de mantenimiento de todos los buques de la Armada, se sumaron la construcción de los que montarán las cinco fragatas F-110, cuyo proyecto en los astilleros públicos empezó en abril de 2022.
Desde los que están en las naves de fundición, pasando por la zonas de perfilado, montaje y revisión, trabajan a pleno rendimiento casi trescientos obreros en las instalaciones. Alrededor de 140 son de plantilla propia y un número similar pertenecen a empresas auxiliares de Cartagena.
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También es destacable los trabajos que afrontan estos días en reparaciones. Un ejemplo de ello es la cantidad de yates y barcos militares que ahora mismo hay en esa unidad y que pueden verse desde el Muelle de Alfonso XII. Esta unidad productiva tiene ya comprometidos alrededor de una veintena de proyectos, de diferentes líneas del negocio. Algunos de ellos son de larga duración y de una complejidad técnica importante.
Actualmente, además de los últimos arreglos que hacen al cazaminas 'Turia', los trabajadores están centrados en la puesta a punto del yate de lujo 'Simphony' de 101,5 metros de largo y 14,10 metros de ancho, y en el 'Silver Fast', una embarcación de 77 metros de largo, eficiente y sostenible como pocos.
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