El sellado del vertedero del Gorguel costará 7,3 millones y Lhicarsa busca terrenos para ampliarlo

Hay un tercer vaso en funcionamiento, cuya utilización podría alargarse durante un año y medio, para depositar la basura que tras pasar por la planta de tratamiento y eliminación de residuos sólidos urbanos (RSU) de Lhicarsa no se puede recuperar en sus distintas líneas de tratamiento.

La concesionaria recibe cada día hasta 650 toneladas de basura. Durante el pasado año, la planta gestionó cerca de 111.000 toneladas de residuos urbanos, cuyo tratamiento se realiza diariamente, de lunes a sábado, en turnos de mañana y tarde.

Paralelamente, Infraestructuras está buscando, junto a Lhicarsa, más espacio en el vertedero y terrenos adyacentes que no supongan un gran desplazamiento entre ambas ubicaciones para habilitar un cuarto vaso si fuera necesario, antes de la caducidad de la concesión municipal en 2030.

Los técnicos municipales han revisado el proyecto para actualizar precios antes de sacar a contratación el sellado que prevén resolver el próximo año. El Tribunal de Cuentas recomendó al Ayuntamiento en su informe sobre el periodo anterior a 2019 que se encargara de esta obligación legal mediante licitación pública para evitar problemas ambientales y obtener ingresos a través de la generación de biogás. Este trabajo lo realizaba anteriormente Lhicarsa.

El proceso de clausura es una obra de cierta complejidad técnica, que incluye la impermeabilización del vaso en el que se depositan los residuos y el sellado del vertedero. Según los expertos, requerirá de estudios geotécnicos para garantizar la seguridad y estabilidad, así como la colocación de distintas capas de tierra y revegetación que permitan la integración ambiental del vertedero una vez sellado en su entorno natural inmediato.

En cualquier caso, el sistema empleado deberá asegurar la protección de la calidad ambiental del suelo, las aguas superficiales y subterráneas, la atmósfera, el paisaje, la flora y la fauna, los usos del territorio y demás variables ambientales, frente a los impactos ocasionados por la presencia de los residuos urbanos, gases y lixiviados elementos volantes.

Está prevista también la instalación de diversos motores para aprovechar los residuos y generar biogás, con el que el Ayuntamiento espera conseguir ingresos. En este sentido, Lhicarsa tiene ya experiencia porque dispone de una instalación de valorización del biogás, a través de la cual genera energía eléctrica, así como de una placa solar fotovoltaica en la cubierta de una de las naves, que cubre el 30% del consumo anual de la planta de tratamiento del Gorguel. Por último, existe una obligación legal de mantenerlo durante tres décadas para evitar riesgos medioambientales.

Desde el área de Infraestructuras remarcaron que también están mejorando el trabajo en la planta del vertedero para «evitar el vertido de todos los materiales que sean reciclables».

Estas mejoras se suman a los cerca de diez millones de euros invertidos en los últimos seis años que han permitido renovar la flota y maquinaria de Lhicarsa.

La oposición en el Ayuntamiento de Cartagena ha mostrado su preocupación en reiteradas ocasiones por la colmatación prevista del vertedero del Gorguel en este mandato y la falta de «anticipación del Gobierno local». El portavoz de MC, Jesús Giménez Gallo, ha elevado al Pleno en diversas ocasiones esta cuestión, e incluso ha solicitado en dos ocasiones la comparecencia del responsable de Infraestructuras, Diego Ortega, para dar explicaciones sobre la planificación de un nuevo vertedero, las quejas por la limpieza de las calles, la repercusión de la tasa de depósito en vertedero establecida en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular y la implantación de la recogida y tratamiento del biorresiduo en el municipio.

«El Gobierno local anunció que prepararía un nuevo pliego para el servicio de limpieza y recogida y, de momento, lo único que ha hecho es subir la tasa de basuras, consentir una campaña de lavado de imagen por parte de Lhicarsa y ocultar la realidad del vertedero y no implementar la recogida del biorresiduo», aseguró ayer a LA VERDAD Giménez Gallo, quien volverá a preguntar en el Pleno qué opciones baraja el equipo de Gobierno y por qué no lo hace público.

El líder cartagenerista recordó que la capacidad total del vertedero actual y sus ampliaciones podrían llegar a colmatarse en este mandato y «no se ha presentado ninguna alternativa».

Para MC existen dos: la construcción de una planta de ámbito comarcal por parte del Gobierno Regional, que a juicio del grupo es la «más deseable» o la construcción de un nuevo vertedero, para el que no constan trámites públicos.

«Cualquiera de ellas requiere de una tramitación medioambiental larga, por lo que existe un riesgo cierto de quedarnos sin vertedero», concluyo el portavoz de MC.