Dos jóvenes trabajadores de un establecimiento comercial del casco histórico acudían ayer con cajas de embalar a los depósitos de la Morería Baja, justo a tiempo para que el camión de Lhicarsa que pasa a esa hora los transportara hasta el vertedero. La recogida de ese tipo de residuos generados en tiendas subió un 28% entre 2017 y 2018, para situarse en 190 toneladas. Eso contribuyó al ascenso de un 10% en la cantidad total de papel y cartón, hasta las 2.807 toneladas. Y el incremento en los envases ligeros fue un 7%, para llegar a 2.577 toneladas. Todo ayudo al aumento global de un 8%. Pero Cartagena aún no alcanza la media nacional y está por debajo de Murcia. Por eso, hoy comienza una campaña para que los ciudadanos colaboren en la separación de esos residuos.
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Mil contenedores, 500 para envases ligeros y otros tantos para papel y cartón, serán distribuidos en las próximas horas por todos los locales de las asociaciones vecinales de mujeres, de la tercera edad, de padres de alumnos y de otros sectores, para que los ciudadanos los utilicen. «Esta medida complementa el reciclaje en casa, porque nos hemos dado cuenta de que gran parte de estos desechos se generan fuera de los hogares y queremos facilitar su reciclaje», explicó el concejal de Servicios Públicos, Juan Pedro Torralba, durante la presentación ayer de la campaña. Ecoembes proporciona los depósitos, que tienen capacidad para 50 litros, según explicó el gerente de Gestión Local y Autonómica de la empresa, Alberto Fernández. «Estamos impulsando un cambio para que el ciudadano pase de no darle importancia a tirar una lata después de consumir el producto que contiene a entender que aquí no se tira nada y hay que aprovecharlo todo», aseveró.
2.577 toneladas de envases fueron recogidos para reciclar en 2018 (11,97 por habitante). Subida de un 6,8%.
2.807 toneladas de papel y cartón fueron recogidos para reciclar (13,11 por habitante). Subida de un 9,9%.
190 tonelada de papel y cartón fueron recogidos de tiendas para reciclar. Subida de un 28%.
Los progresos en la recogida de estos residuos separados (casi 12 kilos por habitante y año, en los envases; y poco más de trece, en el del papel y el cartón) «están por encima de los datos de Lorca, y un kilo por debajo de los de Murcia», admitió Fernández. También hay un desfase respecto a la media nacional. «Nos separan dos kilos por habitante y año», dijo.
Por eso, esta campaña es un primer paso. «No nos estamos esforzando en esta materia para sacar un aprobado raspado, tenemos que ir a más», indicó Alberto Fernández. «Habrá una segunda fase con más contenedores», aseguró Torralba.
Representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos y de la de Amas de Casa resaltaron esta iniciativa y recordaron «los buenos resultados que está dando la campaña de colocación de estos contenedores en los colegios a la hora de inculcarles a los niños la necesidad de reciclar». Sin embargo, el impacto de estas iniciativas no es ajeno a la percepción que los ciudadanos tienen de la gestión que de los residuos hace Lhicarsa, una vez recogidos de los contenedores callejeros y llevados al vertedero del Gorguel.
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Un informe municipal, realizado por el director del contrato de Lhicarsa y del que 'La Verdad', daba cuenta del proceso acelerado de colmatación del vertedero. De seguir la misma progresión, decía el estudio, hará necesario contar con una ampliación como mucho en 2023. Quedan cuatro años, justo el plazo que FCC calcula que pueden tardar los trámites administrativos y las obras para tener una zona de almacenamiento que dure otros siete años.
Este problema se une al de los aprovechamientos de los residuos reciclados para su venta como parte de la agenda de un consejo de administración de Lhicarsa, prevista para el próximo 11 de marzo. Preguntado por 'La Verdad', Torralba admitió que en esa reunión también tiene previsto tratar la prometida incorporación de más maquinaria de recogida de basuras y de limpieza viaria. Se trata de medio centenar de dispositivos (barredoras y fregadoras, entre ellos), valorados en 1,5 millones de euros. El dinero será adelantado con cargo al plan de inversiones del año que viene, con unos pequeños costes financieros que pagará el Ayuntamiento. FCC representa el 90% del capital de Lhicarsa. El Ayuntamiento tiene el 10%.
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Todos los vecinos pueden recoger, a partir de hoy, una de las 5.000 botellas de plástico que, según Torralba «ayudarán a disolver los orines de sus perros evitando desagradables olores en la calle y la corrosión» en farolas y otros elementos metálicos de la vía pública. El concejal presentó esta iniciativa en la misma rueda de prensa que la de los contenedores de reciclaje. A su juicio, forman parte de la misma tarea de unir limpieza viaria y concienciación ciudadana.
Las botellas de 400 mililitros, dotadas de un dispositivo para adosarlas a las correas del perro, estarán disponibles en todas las Oficinas Municipales de Información y Tramitación Administrativa (Omitas). Quienes las recojan podrán rellenarlas de agua para darles uso. Esta campaña, acordada por el Ayuntamiento con FCC, en el seno de la empresa municipal de limpieza, es solo para las aguas menores de las mascotas. «Hemos fijado nuestra atención en esto, porque las micciones no están contempladas en la ordenanza como una conducta canina por la que se puede sancionar a sus dueños. En cambio, la ordenanza sí nos permite hacerlo a quienes dejen las heces de un perro en la vía pública», aseveró.
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La aplicación de la ordenanza municipal que regula la tenencia de mascotas depende de unos agentes de la Policía Local que, según las fuentes consultadas en el Ayuntamiento, carecen del refuerzo necesario. Aun no hay cifras del su labor inspectora durante 2018, porque se incluyen en la memoria policial del año, que sale a la luz en el mes de abril.
Sin embargo, en 2017 hubo un descenso importante en las multas. Su número cayó un 54%, desde las 378 que la Policía Local impuso en el año 2016 a las 172 de 2017. Si se toma como referencia los cuatro años anteriores, dado que la última estadística oficial data de 2013, cuando hubo 421 sanciones, la caída fue todavía mayor.
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Entre las medidas preventivas aplicadas durante la legislatura, Torralba recordó el reparto de «bolsas especiales para recoger las heces». Al hacerle notar que este año no ha habido ninguna campaña de este tipo, aseguró que «se hará una en breve para incidir en la necesidad de que los dueños recojan las aguas mayores de sus mascotas. Entre tanto, la quejas vecinales arrecian por la proliferación de excrementos en el paseo junto a la rambla de Benipila, en la Plaza de España y en otras zonas verdes del municipio.
La creación de parques caninos se limita por ahora al que abrió en 2018 junto al Parque de la Rosa. Sus instalaciones no han contado con el beneplácito de todos. Asociaciones protectoras de animales consideran que el abrevadero no reúne las condiciones más adecuadas. Asimismo, ponen en cuestión el mantenimiento del albero que lo recubre.
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Los parques caninos previstos en Carlos III y Los Juncos no llegaron a crearse. Otro en la Morería Baja fue desestimado en 2016. Tampoco se ha cumplido la promesa de habilitar alguna zona de baño del litoral con todos los servicios que demanda una playa canina.
La campaña de reciclaje iniciada hoy tendrá continuidad en verano con la colocación de contenedores amarillos para envases ligeros junto a todos los chiringuitos playeros. Así lo reveló ayer Alberto Fernández, responsable de Ecoembes. «Llevamos un año trabajando para conseguir que todos los envases y plásticos que se generan en estos establecimientos de las playas sean recogidos de manera separada en origen», explicó. La medida va encaminada tanto a los clientes como a quienes regentan estos negocios de temporada «El año pasado ya pusimos algunos para ver cómo funcionaban y apoyamos su colocación con la visita de inspectores para revisar que lo que entraba en ellos era llevado posteriormente a los contenedores grandes para que los recogiera Lhicarsa», añadió el concejal de Servicios, Juan Pedro Torralba. Para Alberto Fernández, se trata de una medida más para acercarse a las conductas que son habituales en los países más avanzados de Europa. «Nos hemos encontrado con turistas que se extrañaban en el pasado de llegar aquí, ver lo que pasaba con los residuos en esos establecimientos de playa y pensar '¿Donde he venido a veranear?'. Eso ya no pasará», aseguró Alberto Fernández.
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