Perín arrima el hombro para que Óscar pueda seguir nadando
La diputación se vuelca para que un niño de dos años con lesión cerebral tenga 60 sesiones de terapia al mes para ganar calidad de vida
Volvamos posible lo imposible es el lema de vida de la familia Fernández Ros. La esperanza alimenta a los mayores de la casa, quienes encuentran en las sonrisas de los pequeños Óscar y Lucía la vacuna contra el desánimo. Pero garantizar las terapias del niño de dos años con lesión cerebral tiene un precio: 600 euros mensuales. Ahí es donde aparece la generosidad de los vecinos de Perín, que siempre están dispuestos a echar las dos manos si hace falta para que Óscar siga nadando.
Ahora que ya son capaces de afrontar la realidad, los padres de Óscar alzan la voz en su nombre para que la sociedad no deje atrás a quienes no pueden avanzar solos. «La investigación y los recursos públicos son esenciales para ayudar a mejorar la calidad de vida de los más vulnerables», dicen sus padres, Óscar Fernández y Lucía Ros.
La historia de Óscar comenzó el 3 de julio de 2020 en el Hospital Santa Lucía de Cartagena. Tenía prisa por despertar al mundo y se adelantó a la semana 34. Óscar nació con una lesión cerebral grave, pero a sus padres no les convencen las explicaciones que recibieron de los médicos y tienen una investigación abierta para «conocer el origen». El niño de dos años tiene epilepsia de difícil control como consecuencia de la lesión cerebral.
Mayor independencia
A la madre le costó asumir que Óscar nunca será como su hermana Lucía, de seis años. Pero quiere que tenga la mejor calidad de vida e independencia posibles. En su lucha, ha insistido siempre para que la Seguridad Social ampliará al niño las necesarias sesiones de terapia. Hasta ahora, recibe siete semanales de la Seguridad Social. Las ocho restantes las costean sus padres. La terapia ocupacional y la acuática, junto con las visitas al fisioterapeuta y al osteópata cuestan a la familia 600 euros mensuales.
El grupo flamenco Canela en Rama dará un concierto a beneficio del pequeño el 26 de marzo en la asociación vecinal
Lucía celebra los avances de la ley de atención temprana, sobre todo en la actuación integral, pero lamenta que hay mucha lista de espera. «No es un lujo, es una necesidad», dice. Por eso, considera que deberían aumentarse los recursos humanos y materiales y agilizar los trámites para centrar el objetivo en lo importante: la atención al paciente.
Después de las tres terapias de la mañana, Óscar regresa a casa con su madre y realiza ejercicios de rehabilitación después de la merienda. Los juegos con su hermana y el tiempo compartido en familia rompen la estricta rutina diaria.
Lucía aparcó su salón de belleza y se acogió a la ayuda estatal Cume por cuidado de hijos enfermos de gravedad y prematuros, que permite la reducción de la jornada laboral. Ahora, peina a domicilio los sábados a algunas vecinas que «hasta en eso están siendo generosas». Su marido, Óscar Fernández, trabaja como electricista.
Este no es el único cambio que llegó con el nacimiento de Óscar. La familia dejó su residencia en Los Dolores y se marchó con los abuelos maternos a Perín, mientras construyen una vivienda adaptada a las necesidades de accesibilidad del niño en la diputación. Podrían haber elegido otra zona del municipio de Cartagena, pero los Fernández Ros necesitan el calor de su gente: familia de sangre y amistades.
Óscar no es capaz de expresar afecto, pero lo hacen por él los vecinos de Perín, que según su madre «están enamorados de la expresividad de su mirada. Habla con los ojos».
El pueblo se ha volcado desde el principio con el pequeño. Las colectas y actuaciones solidarias en beneficio de las terapias del niño son recurrentes. El próximo concierto solidario será el 26 de marzo en la Asociación de Vecinos de Perín. El grupo flamenco Canela en Rama versionará rumbas y repasará temas propios. Los padres de Óscar son muy activos en redes sociales, en donde comparten los progresos del niño, al tiempo que visibilizan la enfermedad y reivindican mayor atención tanto para su hijo como para el resto de niños con capacidades diferentes. El perfil de instagram 'oscar_siguenadando' es buen ejemplo.
Tienen grupos de 'whatsapp' con otros padres afectados por la misma enfermedad. Entre los mensajes encuentran comprensión e información.
Los médicos no saben aún si Óscar hablará, ni si caminará algún día. «Nos dicen que no a tantas cosas, pero, ¿y si resulta que sí?», se preguntan los progenitores del niño.
Hay una canción infantil que recoge la expresión que tanto repite el pequeño: «boo». La letra sigue con un «Sigue nadando, sigue nadando / Quiero ser como tú». A esta melodía se suma la pasión del padre por el mundo marino y los pulpos, a los que la ciencia atribuye extraordinarias habilidades para sobrevivir. Como Óscar.
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