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Noelia Arroyo, Ana Belén Castejón y Manuel Padín toman un café en el bar Sol de Cartagena.
El gobierno de Cartagena, una balsa de aceite junto al mar

El gobierno de Cartagena, una balsa de aceite junto al mar

El tripartito que formaron PSOE, PP y Cs en la ciudad portuaria, por el que nadie apostaba al principio, resulta ser el más cohesionado. «No hemos tenido ni una crisis», presumen sus líderes

Domingo, 25 de abril 2021, 07:33

La Región se introdujo en 2019 en el entretenido mundo de los gobiernos de coalición. La Comunidad y la mayoría de ayuntamientos iniciaron la era de la gestión compartida, que desde el principio generó la duda de si dos partidos distintos serían capaces de aparcar sus diferencias y trabajar juntos por el beneficio de los ciudadanos.

Algunas alianzas solo han necesitado dos años para saltar por los aires, como la que formaron PP y Ciudadanos para el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia. En otros municipios, las ententes sobreviven con sus más y sus menos. Pero el pacto que se ha mostrado más sólido resulta ser el que, a priori, parecía tener menor recorrido: el que firmaron los concejales de PSOE, PP y Cs en Cartagena para impedir que la alcaldía de la ciudad trimilenaria quedara en manos del polémico líder local José López.

De puertas hacia fuera, el tripartito no emite señales de inestabilidad ni ha protagonizado ningún escándalo público sonoro. Para comprobar si la relación es tan buena de puertas para dentro, LA VERDAD compartió una mañana de trabajo con los tres referentes políticos del Ayuntamiento: Ana Belén Castejón, Noelia Arroyo y Manuel Padín.

Pacto 'in extremis'

La entrevista se produce en el despacho de la alcaldesa, en el imponente Palacio Consistorial cartagenero. Entre las cuatro paredes en las que, quince minutos antes del Pleno de constitución de la nueva Corporación, el 15 de junio de 2019, se cocinó el acuerdo que sorprendió a media Región e irritó a la otra media.

«No hubo nada premeditado. La noche anterior yo recogí hasta mi última pertenencia, asumí que dejaba la alcaldía», recuerda Castejón, a quien el pacto le costó la expulsión del PSOE. «Esa mañana recibí un wasap de Noelia para vernos en el Ayuntamiento. Cuando llegué, lo primero que vi fue a un señor (López) dando voces por los pasillos y, ante tal panorama, Manolo Padín nos preguntó si de verdad íbamos a dejar Cartagena en semejantes manos. Y tiramos hacia delante. Y a mí me temblaban las piernas», confiesa la alcaldesa, que se sentirá toda su vida socialista pese a no tener carné del PSOE. Junto a su mesa de trabajo exhibe una foto de la visita que realizó a la ciudad el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

J. M. Rodríguez / AGM

Castejón tenía la prohibición del PSRM de sentarse a hablar con populares y liberales. A Diego Conesa no parecía importarle dejar el Consistorio a cargo del líder de Movimiento Ciudadano, que fue el más votado en las urnas. Nunca fue la alcaldesa santo de la devoción del secretario general ni del dúo de Calasparra (José Vélez y Jordi Arce) que le arropa en el PSOE regional. Castejón estuvo frente a ellos en los dos últimos congresos, en los que apostó por Susana Díaz y María González Veracruz. «La misma noche electoral aparecieron las navajas por la sede», comenta. El proceso que llevó a su expulsión se resolvió en menos de dos meses. Ella lo achaca más a Princesa que a Ferraz. Llama la atención cómo se deshace en elogios hacia el ministro José Luis Ábalos y su compromiso con la ciudad.

La súplica de la sociedad civil

Para Noelia Arroyo fue más fácil pactar, pues eso implicaba para el PP recuperar uno de los dos ayuntamientos más importantes de la Región. Padín se arriesgó a un expediente de expulsión en Cs, pues tenía órdenes de la dirección nacional de ser «alcalde o nada». «Lo que nos terminó de convencer fue la gran cantidad de llamadas recibidas las horas y los días previos, de personas de la sociedad civil cartagenera que nos suplicaban que nos uniéramos, porque de lo contrario se instalaría en la ciudad la bronca, el odio, la inestabilidad y el enfrentamiento», indica la dirigente popular, que cogerá el bastón de mando el próximo junio.

Con todo, lo difícil no era tanto cerrar un acuerdo como lo que venía después. Que quince concejales, cada uno hijo de su padre y de su madre, olvidaran sus diferencias ideológicas y funcionaran como un equipo, como un bloque. «No hemos tenido ni una sola crisis», coinciden en afirmar alcaldesa y vicealcaldesa, que desprenden sintonía personal.

«Hay respeto, jerarquía y confianza entre todos los concejales, con independencia del partido al que pertenezcan»

noelia arroyo

«Estoy orgullosísima de este gobierno, que está lleno de lealtad, generosidad y buena gente»

ana belén castejón

«Esta experiencia es el gran regalo que me llevaré de la política. Ojalá en España se hiciera algo así»

manuel padín

Para lograr este objetivo ha sido clave que el pacto del despacho de la alcaldía no solo incluyera un reparto de cargos, sino que constara de un programa de cien puntos, realizado con propuestas de los tres grupos, que ha servido de hoja de ruta para el equipo de gobierno. «La totalidad de las iniciativas están proyectadas, desarrollándose o culminadas», indica Arroyo. «El grado de ejecución se acerca al 80%, es decir, que lo vamos a cumplir de sobra y todavía haremos más cosas», reseña Castejón. «Y con la que ha caído», apostilla Padín.

Al igual que ellos destacan una lista de logros, seguro que la oposición podría sacar una relación de fiascos. Pero es innegable que Cartagena ha gozado de más estabilidad que el Ejecutivo regional y el Ayuntamiento de Murcia, lo que demuestra el hecho de que aprobara a principios de año sus Presupuestos mientras que en San Esteban y La Glorieta se entretenían con las intrigas políticas.

Escudo ante las disputas

«Estoy orgullosísima de este gobierno, que está lleno de lealtad, generosidad y buena gente. Ha habido temas personales en los que estuvimos muy cerca los unos de los otros», admite Castejón. «Siempre ha habido respeto, jerarquía y confianza entre todos los concejales, con independencia en la lista en la que cada uno fuera en las elecciones», añade Arroyo. «Este acuerdo lo hicimos por Cartagena y en el trabajo diario está Cartagena por encima de todo», subraya Padín. «Que los jefes nos llevemos tan bien sirve de escudo ante cualquier disputa», dicen.

No hay mal que por bien no venga y el contexto tan desafortunado en el que ha tenido que trabajar el tripartito, con varias DANA y una pandemia, ha servido de pegamento para la coalición. También les ha unido el hecho de tener enfrente a un adversario con las peculiaridades de José López.

Una frase que resume el estado de salud de la alianza la pronuncia Manuel Padín: «Este pacto es el gran regalo que me llevaré de la política. Ojalá en España se hiciera algo así».

«Noelia Arroyo será alcaldesa, pese a que intentan evitarlo»

El tripartito cartagenero vivirá un momento clave a mediados de junio, cuando, según lo acordado, Ana Belén Castejón dimitirá como alcaldesa y el Pleno se tendrá que reunir para elegir a Noelia Arroyo como sustituta. Se ha especulado con que algunos de los concejales que fueron del PSOE pudieran desmarcarse. «Nada de eso. Y no por falta de intentos, porque lo han intentado ya por tierra, mar y aire, sin ningún éxito. Incluso aprovecharon que yo estaba convaleciente de una operación para tocar a mis ediles. Pero todos ellos, de iniciativa propia, se reunieron con Noelia para asegurarle, mirándole a los ojos, que ella sería alcaldesa de Cartagena con sus votos», declara Castejón. Tampoco teme Padín que la coordinadora de Cs, Ana Martínez Vidal -que le ha abierto un expediente de expulsión del que aún no tiene notificación oficial-, mueva hilos para que María Amoraga, la otra edil naranja, se rebele contra el acuerdo. «María es muy buena gente y una persona de palabra», afirma el teniente de alcalde.

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