Representación del motín contra Sagasta.
Fotohistoria de Cartagena

Eduardo Sojo, un dibujante satírico en la Sublevación Cantonal de 1873

Sábado, 13 de julio 2024, 08:59

En el convulso panorama político del siglo XIX en España emergen figuras que, a través de sus plumas y lápices, dejaron una huella indeleble en la historia del país. Entre ellas destaca Eduardo Sojo, un talentoso dibujante satírico cuyo trabajo se entrelazó con uno de ... los episodios más tumultuosos de la Primera República Española: la Sublevación Cantonal de Cartagena en 1873.

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Eduardo Sojo, nacido en Madrid en 1849, se destacó desde joven por su talento artístico y sus ideas revolucionarias. Tras participar activamente en diversas publicaciones tras la Revolución de septiembre de 1868, llegó a Cartagena a fines de septiembre de 1873. Conocido por sus campañas satíricas valientes contra los enemigos del pueblo, se convirtió en una figura prominente en el ámbito de la caricatura política. Su aguda percepción de la realidad y su habilidad para plasmar en dibujos las contradicciones y absurdos de su tiempo le granjearon una reputación tanto de admiración como de controversia. Sojo trabajó en varias publicaciones satíricas de la época, utilizando su arte como una poderosa herramienta de crítica social y política.

Hoy lo relacionamos con Cartagena, pues fue el único caricaturista de la época que sí estuvo presencialmente en nuestra ciudad durante el asedio.

Caricaturas de Sojo.

La Sublevación Cantonal de Cartagena fue una de las insurrecciones más significativas dentro del movimiento cantonalista que sacudió a España en 1873. Este levantamiento formó parte de un amplio movimiento que buscaba una mayor autonomía local y la implantación de un sistema federal en el país. Cartagena, una ciudad portuaria, plaza fuerte y con gran tradición de autonomía y resistencia, se convirtió en el epicentro de esta sublevación, proclamándose cantón independiente el 12 de julio de 1873.

La revuelta en Cartagena fue parte de un contexto más amplio de inestabilidad política que caracterizó a la Primera República Española, instaurada en 1873 tras la abdicación del rey Amadeo I. El sueño republicano, sin embargo, pronto se vio empañado por divisiones internas, conflictos sociales y económicos, y una serie de levantamientos que pusieron a prueba la joven república.

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El papel del artista

En medio de este torbellino político, Eduardo Sojo se erigió como un cronista visual de su tiempo. Sus caricaturas y dibujos satíricos ofrecían una perspectiva crítica y, a menudo, mordaz de los eventos que sacudían a España. Sojo no se limitaba a narrar los hechos; los interpretaba y, en muchas ocasiones, ridiculizaba a los protagonistas de la vida política y social del país.

La Sublevación Cantonal de Cartagena no escapó a su aguda mirada. A través de sus dibujos, Sojo expuso las contradicciones y absurdos del movimiento cantonalista, así como las respuestas del gobierno central. Sus obras sirvieron para reflejar tanto las aspiraciones como los excesos de los sublevados, a la vez que criticaban la ineficacia y las divisiones dentro del gobierno republicano.

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Las publicaciones en las que colaboraba Sojo, como 'La Flaca', un periódico satírico de gran influencia, se convirtieron en plataformas donde la opinión pública podía encontrar una visión desenmascarada y a menudo irónica de los acontecimientos. Sus caricaturas sobre la Sublevación de Cartagena eran agudas representaciones de los líderes cantonales, así como de las reacciones de las autoridades nacionales.

Fruto de este trabajo será la publicación en Cartagena durante el asedio de una revista llamada 'El Pirata', solo se conoce un número y en ella estará presente nuestro protagonista.

Su llegada fue anticipada en el número 84 de 'El Cantón Murciano', el 13 de noviembre de 1873. En él se dice que estará editado por Eduardo Sojo y con una propuesta, defender las doctrinas más puras de la federación.

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De este ejemplar del 'El Pirata' se conservan apenas dos páginas, probablemente las únicas que se publicaron, caracterizadas por su ingenio limitado. En ellas sobresale el barroquismo del título y las dos caricaturas que incluye: una de Pedro Gutiérrez de la Puente, alcalde cantonal y figura destacada entre los federales cartageneros y presidente de la Junta de Salud Pública, y otra de Roque Barcia, reconocido defensor de la causa federal y crítico acérrimo del centralismo.

Tras el episodio cantonal, Sojo enfrentó persecuciones y se vio obligado a huir, refugiándose finalmente en un buque de la escuadra inglesa. Posteriormente se trasladó a Málaga, donde expandió sus habilidades en el dibujo cromolitográfico. Su carrera lo llevó luego a Buenos Aires, donde fundó y dirigió 'El Quijote', una de las publicaciones satíricas más influyentes de Argentina durante casi dos décadas.

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De regreso a Madrid en 1895, Sojo continuó su labor como dibujante y caricaturista, influyendo notablemente en la escena de la Restauración. Falleció en 1908, dejando un legado significativo tanto en la sátira política como en las artes gráficas en España y más allá.

Pero para nosotros, Eduardo Sojo forma ya parte de ese entramado de grandes personajes que pululan durante aquella increíble parte de nuestra historia que fue y será la Sublevación Cantonal de Cartagena.

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