El esperanto es una lengua planificada creada por el médico polaco L. L. Zamenhof en 1887, con el objetivo de facilitar la comunicación internacional y promover la paz y la comprensión entre los pueblos. Desde sus inicios, se distinguió por su estructura gramatical simple y ... su facilidad de aprendizaje. En sus primeros años, la lengua ganó adeptos rápidamente en Europa y América. En 1905 se celebró el primer Congreso Universal de Esperanto en Boulogne-sur-Mer, Francia, marcando un hito importante en su historia.
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Durante el periodo de entreguerras, el esperanto continuó su expansión a pesar de enfrentar serios desafíos. Los regímenes totalitarios de la Alemania nazi y la Unión Soviética estalinista persiguieron a los esperantistas, considerándolos una amenaza. Sin embargo, la comunidad esperantista demostró una notable resiliencia, manteniéndose activa y organizando congresos anuales.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el esperanto experimentó un resurgimiento. La Asociación Universal de Esperanto (UEA) se fortaleció y se convirtió en un motor fundamental para la promoción del idioma. La llegada de Internet en la década de 1990 fue un punto de inflexión. Las plataformas en línea y las aplicaciones móviles, como Duolingo, facilitaron el aprendizaje del esperanto, atrayendo a nuevos hablantes de todo el mundo.
Sin embargo, el esperanto enfrenta la competencia de lenguas internacionales dominantes. A pesar de su estructura accesible y sus ideales de igualdad lingüística, el esperanto lucha por ganar una mayor visibilidad en un mundo donde el inglés es la lengua predominante.
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La relación entre el esperanto y la ciudad de Cartagena se remonta a principios del siglo XX, cuando el movimiento esperantista comenzó a ganar popularidad en España. Cartagena, con su rica historia y vibrante vida cultural, no fue ajena a este fenómeno. A principios del siglo XX, los entusiastas locales del esperanto se organizaron en grupos y asociaciones para promover el uso del idioma y sus ideales de paz y entendimiento internacional.
Un momento destacado en esta relación fue la fundación del Grupo Esperantista de Cartagena en diciembre de 1907. Ofrecía clases gratuitas en diversos centros como la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Colegio de Los Cuatro Santos y la escuela pública del barrio de Santa Lucía. En junio de ese mismo año, el Grupo Esperantista se trasladó a la calle del Aire, número 18, donde continuaron las clases.
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El joven cartagenero Luis Calandre Ibáñez, quien más tarde se convertiría en un destacado cardiólogo y figura clave en la resistencia antifranquista, ejerció como profesor de esperanto. Además, Ricardo Codorniu, otro ilustre cartagenero conocido como el «apóstol del árbol», también enseñó el idioma, como se evidencia en una carta escrita en esperanto conservada en el Archivo Municipal.
Lo curioso es que la Cartagena del Esperanto tuvo un desarrollo notable en los barrios de Santa Lucía y Los Dolores. En el primero, el profesor Saralegui logró un gran número de adeptos, principalmente alumnas. En Los Dolores, el procurador Camilo Molina llenó dos clases con numerosos estudiantes, tanto hombres como mujeres, como se relataba en la prensa local de la época. Una foto histórica de 1907 muestra a estos alumnos esperantistas en Los Dolores.
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En los años posteriores en Cartagena se vivió un auténtico interés por este nuevo idioma, se hicieron numerosas representaciones teatrales, concursos literarios, festivales musicales e incluso el decano de la prensa regional. 'El Eco de Cartagena' publicaba un suplemente realizado por el Grupo Esperantista de Cartagena escrito en ese idioma pues existía un gran número de personas que ya dominaban perfectamente el Esperanto.
El esperanto ha dejado una huella notable en la historia de las lenguas internacionales. Desde su creación hasta su resurgimiento en la era digital, ha servido como una herramienta para la comunicación intercultural y la promoción de la paz. Con una comunidad global dedicada y el apoyo de tecnologías modernas, el esperanto continúa su misión de facilitar el entendimiento entre los pueblos del mundo. Aunque enfrenta desafíos, su futuro es brillante, sostenido por la convicción de que una lengua común puede contribuir a un mundo más unido y pacífico.
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La relación entre el esperanto y Cartagena es un testimonio de la capacidad de las lenguas planificadas para conectar a personas de diferentes culturas y promover ideales de paz y comprensión. Desde sus inicios en el siglo XX hasta su presencia en la actualidad, el esperanto ha encontrado en Cartagena un hogar acogedor y una comunidad dedicada. Con una historia rica y un futuro por definir, el vínculo entre el esperanto y esta ciudad ha demostrando que el idioma puede ser una fuerza poderosa para el entendimiento intercultural.
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