A sus 71 años, Fernando Antoñanzas ha vuelto a nacer. Este jubilado zaragozano fue arrollado por un automóvil en la carretera de Los Urrutias mientras ... pedaleaba con su bicicleta. Ahora busca al conductor del vehículo que tras impactar con él lo dejó tirado en la cuneta, huyendo del lugar. Como recuerdo del lance conserva el retrovisor plateado del lado del copiloto que éste perdió, una pieza que ahora está en manos de la Policía Local, que abrió un atestado para identificar a la persona que manejaba el volante.
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Llegó de tierras aragonesas a Los Narejos hace cuatro años en busca de tranquilidad y viento, ya que también practica 'kitesurf' en las playas de esta zona del municipio de Los Alcázares. Fernando recorre en bicicleta varias veces cada semana los 30 kilómetros que separan su casa hasta la zona de la isla del Ciervo, en La Manga del Mar Menor. En ir y volver suele tardar algo menos de tres horas.
Lo que no se esperaba Fernando es que el pasado miércoles 1 de marzo un día más de su apacible vida de retirado bajo el sol de la Costa Cálida iba a acabar al borde de la tragedia, cuando a las dos de la tarde un coche se cruzó en su camino mientras iba en dirección a La Manga.
«Sentí un empujón muy fuerte y luego oscuridad. A los pocos segundos recuperé la conciencia y abrí los ojos. Allí estaba una mujer mayor y un vecino, que me guardó la bicicleta en su casa tras el accidente. Menos mal que me auxiliaron», explica, a la vez que lamenta que nadie pudo ver la matrícula del automóvil gris que golpeó su bicicleta eléctrica de montaña.
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Pese a su edad y a que tuvo que ser trasladado en ambulancia al Hospital Santa Lucía de Cartagena, este ciclista aficionado ya se encontraba listo para volver a la carretera 48 horas después del suceso. Fue gracias a que iba bien equipado y con el casco abrochado. Aunque se nota que él está hecho de aleaciones más fuertes que las de su bici. Ya no siente dolor al mover su cuello o girar su tronco.
Por fortuna, la peor parte se la llevó su transporte de dos ruedas, que tiene un pedal dañado y los radios doblados. «Los enderezaré yo mismo, que para eso tuve una empresa de maquinaria y sé manejarme con los hierros», resume este atlético jubilado que demuestra una vitalidad que ya quisieran muchos veinteañeros. No se conoce la causa del accidente, aunque Fernando recalca que iba con una chaquetilla roja muy vistosa y circulaba con su bici por el arcén en una recta cuando el impacto del coche lo dejó en el suelo. El retrovisor plateado es la pista para encontrar al conductor que lo arrolló.
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