El proyecto para crear un pulmón verde en la zona oeste, en el entorno de las antiguas canteras romanas, avanza poco a poco con una ... espada de Damocles. A finales de este año, finaliza el plazo de justificación de los fondos europeos que tiene concedidos. El Ayuntamiento, que este lunes abría la primera fase, ha pedido ya la prórroga. El Consistorio quiere finalizar antes de 2026 la segunda fase, ubicada sobre la recién adquirida finca Medina, pero la tercera y última queda todavía en el aire porque el equipo de gobierno y las entidades ecologistas impulsoras del proyecto están dando con dificultades para hacerse con los terrenos que terminarían por interconectar las viejas canteras con la zona recién repoblada con vegetación autóctona.
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El gobierno de Noelia Arroyo se halla en estos momentos en plenas negociaciones para alcanzar un acuerdo con los propietarios que restan y así poder garantizar la conclusión completa del proyecto. El suelo es no urbanizable, pero, de momento, sus dueños se resisten a vender sus propiedades a cualquier precio pese a que carezcan de valor agrícola y urbanístico. El director de Anse, Pedro García, avanzó a preguntas de LA VERDAD que se trata de menos de una decena de particulares, lo que por otra parte, dificulta la operación administrativamente, ya que exige llegar a un acuerdo individualmente con cada uno de ellos.
El líder ecologista, pese a retos inmediatos y acuciantes, hizo hincapié en la apuesta que, entiende, el Ayuntamiento de Cartagena ha hecho al adquirir la finca Medina, cuya propiedad ahora recae en un 50% en el Consistorio cartagenero, mientras que la otra mitad es de la entidad conservacionista. García, asimismo, se mostró también muy agradecido porque el Ayuntamiento apostara, dentro de la actuación de Bosque Romano, por recalificar parte de los terrenos afectados –unas 14 hectáreas– a suelo no urbanizable en un movimiento muy poco usual y que garantiza el blindaje de los mismos frente al ladrillo.
El proyecto del Bosque Romano tiene por objetivo conectar San José Obrero y Canteras. La senda ya abierta al público –primera fase– se extiende a lo largo 700 metros y discurre entre la calle Viña del Mar (junto al ecoparque) y la avenida del Descubrimiento.
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Esta primera actuación rodea el barrio de La Vaguada y marca el arranque físico del gran corredor ecológico que se desplegará hacia Las Lomas de Canteras y que supondrá la transformación de 30 hectáreas de terrenos mediante actuaciones ambientales y arqueológicas.
El sendero recién inaugurado está hecho en cemento, buscando la planicie y que el material no sea deslizante. El camino, delimitado por troncos y sin cuestas empinadas, es perfectamente accesible y está jalonado por las diferentes especies, en su mayoría arbustivas, repobladas en el marco de este proyecto europeo. En total, señaló García, se espera superar «los 30.000 ejemplares de medio centenar de especies autóctonas que van desde el famoso ciprés cartagenero, pasando por la encina o el madroño, hasta plantas arbustivas como lavandas, romero o el esparto, tan importante en la época romana».
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Según avanzó la alcaldesa, el sendero se equipará con mobiliario urbano como bancos para que los usuarios puedan hacer una parada de descanso. Asimismo, se habilitaron zonas estanciales a modo de mirador desde los que se divisa buena parte de mitad oeste del municipio.
Entre las acciones previstas también está la instalación de sistemas sostenibles de riego, con energía solar y recogida de aguas pluviales, que permitirán mantener el arbolado sin necesidad de conexión a la red eléctrica.
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En la Finca Medina, más allá de la actuación ambiental prevista, el Consistorio también intervendrá en la recuperación de otras canteras de explotación romana diferentes a las ya conocidas. Las mismas, según explicó Noelia Arroyo, se encuentran enterradas bajo toneladas de escombros, que serán retirados para su debida puesta en valor. Los trabajos han sido adjudicados a la empresa Jumabeda por 1.004.862 euros.
Por el camino, las entidades ecologistas colaboradoras (Anse, Arba y Cetenma) seguirán las tareas de replantación y eliminación de especies vegetales invasoras, que se desarrollarán en paralelo a programas de concienciación ambiental y talleres.
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El proyecto del Bosque Romano, de hecho, da a su vez continuidad a unas tareas de repoblación que ya desde hace años venían desarrollando las entidades vecinales de la zona oeste por su cuenta y riesgo. El propio director de Anse recordó que la reforestación de la zona ya se planteó bajo mandato de Pilar Barreiro sin mucho éxito. La diferencia del Bosque Romano es que es un proyecto financiado por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de los fondos europeos 'Next Generation'.
Durante la visita institucional de ayer, tomaron la palabra alguna de las asociaciones vecinales también involucradas, que reclamaron a la ciudadanía concienciación en el cuidado de este rico entorno de alto valor ecológico y cultural, así como sugirieron la celebración de varios días del árbol al año para acelerar su recuperación.
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