Cientos de jóvenes abarrotan las calles del centro histórico de Cartagena a pesar del despliegue policial

Varios cientos de jóvenes de 'marcha' abarrotaron la confluencia de las calles Aire, Cañón y Cuesta de la Baronesa de Cartagena entre las ocho y las diez de la noche del pasado sábado y desbordaron el dispositivo de control que desplegó la Policía Local. Según el Ayuntamiento, hubo 16 agentes y un inspector destacados en el casco antiguo, que en sus rondas, separaron a los grupos más incontrolados, identificaron a sus miembros y sancionaron a algunos. Pero lo que faltó fue el corte del acceso en cuanto no fuera posible cumplir con la distancia interpersonal de dos metros, tal y como prometieron sus superiores el pasado 3 de diciembre.

La calle Puerta de Murcia, entre el Icue y la de la Seña, y el circuito que forman Jara, Campos, Plaza de San Francisco y Honda estuvieron muy concurridos. En ésta última zona, la Policía levantó acta de que en un bar había grupos reunidos en torno a varias mesas juntas. Pero allí la concentración de personas sentadas a cenar o a tomar una copa fue más estática y fácil de gobernar.

El bullicio más incontrolado estuvo en las calles Aire, Cañón y Cuesta de la Baronesa, a rebosar de adolescentes desde las siete de la tarde. «Somos los primeros que no queremos esto, porque hará que nos cierren a todos», se quejaba el propietario de uno de los establecimientos allí ubicados.

A punto de dar las nueve, por esas calles fluían ríos de gente, flanqueados por una sucesión de mesas que ocupaban toda la acera, sin que apenas se pudiera ver el suelo entre ellas.

El dueño de un restaurante alertó a los agentes de que los jóvenes se colaban en su aseo y el de un bar les pidió que le ayudaran a evitar que ocuparan sus mesas en la calle, apelotonados y con bebidas de otros establecimientos.

El 'tardeo' concentró en dos horas el ambiente que antes de la pandemia empezaba a once o las doce de la noche y se prolongaba hasta la madrugada. De hecho, una de las medidas que baraja la Consejería de Salud de la Comunidad, para evitar que esto tenga perniciosas consecuencias, es el cierre vespertino de todos los bares y restaurantes en Nochebuena y Nochevieja.

Ante la magnitud que cobraba la concentración de jóvenes, los policías locales desplegados avisaron a sus mandos para pedir un refuerzo que permitiera cumplir con el final obligado de la actividad hostelera a las once de la noche. La incorporación de más efectivos, correspondientes al turno de noche, permitió actuar al filo de las 22 horas para levantar las terrazas y dispersar a quienes las ocupaban. También hubo tres unidades de la Policía Nacional que hicieron notar su presencia, por si era necesario su apoyo.

Posteriormente, realizaron una batida por otros lugares en los que se suelen concentrar jóvenes en los días de 'marcha', para dispersarlos antes del toque de queda. Gracias a ello, solo los vasos y las botellas de refrescos y bebidas alcohólicas daban testimonio, a las once de la noche, de que también en la Plaza del CIM hubo jóvenes de 'marcha'.

La Policía Local registró el sábado 26 sanciones. Trece fueron por incumplir el toque de queda, diez por no llevar la mascarilla y tres por faltar a lo establecido en el interior de los establecimientos. En los partes del día no consta ninguna por incumplir la distancia de seguridad o no mantener el aforo.