El aniversario de las pelotas de Pozo Estrecho llega sin el Interés Turístico Regional

Hace un año, las autoridades locales y regionales transmitieron su unidad en pos de este proyecto, para que se hiciera realidad en el 50 aniversario. Ayer, algunos representantes vecinales mostraron cierta desilusión por no tener esa declaración completada en un cita tan señalada. El expediente completo salió horas antes del Ayuntamiento con destino a la Comunidad. Todo ello tras varios intentos fallidos por supuestos errores en la tramitación y por una aparente falta de comunicación entre administraciones, que ambas quieren superar. La alcaldesa, Ana Belén Castejón, y la consejera de Transparencia y Portavoz, Noelia Arroyo, fueron a Pozo Estrecho para demostrarlo.

No es para menos, tratándose de una tradición surgida en 1969 y que se ha convertido en un símbolo local. Por aquel entonces, a la Asociación de Vecinos de Pozo Estrecho, presidida por Antonio Campos, se le ocurrió convertir la degustación de caldo con pelotas, que se daba a las autoridades en el casino el día de San Fulgencio, en una una convocatoria popular para todos los vecinos y los visitantes que quisieran participar. La Asociación de Vecinos conseguía los cerdos, los pollos, el pan y los huevos necesarios para que las mujeres de la localidad elaborasen el plato. La Asociación Cultural Lúdico Festiva Campo, Música y Flores y la Asociación de Amas de Casa San Fulgencio cogieron el testigo, más tarde, y han seguido con el evento, que en los dos últimos años se ha enriquecido con una feria del libro muy floreciente.

A las 14.30 se dio ayer el pistoletazo de salida. «La fórmula sigue siendo la tradicional, un buen caldo de guiso de pollo y cerdo, al que se le pueden poner patatas, y las pelotas de carne, bien condimentadas», explicaba Ginesa Zamora, dándole vueltas a la preparación, en la olla de la agrupación musical local. Cerca de ella, Dolores Marín mostraba orgullosa su caldero, que fue de los primeros en quedar vació apenas media hora después de empezar a servir.

A las tres y cuarto, el servicio de volvió más pausado. Todavía quedó género para repetir, por un médico precio. El euro cobrado por cada degustación, por cada cerveza, por cada montadito y por cada postre de arroz con leche servirá para financiar las fiestas locales de primavera, en mayo, como sucede todos los años.