La Armada inmoviliza el 'Tramontana' y se queda con un solo submarino
El S-74 causará baja en otoño, tras 38 años en la mar, y el 'Galerna' hará todas las misiones hasta la entrada en servicio del nuevo S-81 'Isaac Peral'
La Armada afrontará todas sus misiones y compromisos internacionales de seguridad e inteligencia naval en los próximos meses con un solo submarino, el S-71 ' ... Galerna', tras inmovilizar esta semana el S-74 'Tramontana' y dar por finalizada su vida operativa tras casi 38 años en servicio.
El 'Tramontana' permanece desde el martes amarrado en el Muelle Norte del Arsenal, frente a la Base de Submarinos. Técnicos de la Armada y de Navantia le quitarán los equipos útiles y reutilizables como repuestos para el 'Galerna' antes de su baja definitiva en la Armada, prevista en otoño.
El S-74 acabó el año pasado su último ciclo operativo tras la cuarta y última gran carena. La Armada pretendía jubilarlo. Pero los retrasos en el nuevo S-81 'Isaac Peral' obligaron a mantenerlo casi un año más en activo tras pasar una completa revisión en el astillero de Cartagena a finales de 2022 y establecer una serie de limitaciones técnicas operativas por razones de seguridad. Durante el primer semestre de este año realizó patrullas marítimas, participó en los exigentes ejercicios Hemex Orion y se integró en el despliegue del grupo anfibio expedicionario Dédalo-23.
Incertidumbre con el S-81
A partir de ahora, la Armada se queda solo con el más antiguo de los submarinos de la clase Agosta mientras espera la entrega del primero de los cuatro S-80, anunciada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, para el próximo noviembre. Tras la excepcional quinta gran carena, el 'Galerna' podría estar en servicio con ciertas limitaciones hasta 2028, año de incorporación de la última unidad del Programa S-80.
No obstante, hay preocupación en la Armada por los retrasos. La última fase de las pruebas de mar del 'Isaac Peral' está siendo más lenta de lo esperado, aseguran fuentes militares, y aún le queda afrontar hitos muy delicados, como es la inmersión a cota máxima operativa, y el posterior análisis de los resultados de dichas pruebas. Mucho trabajo por hacer en tres meses.
El S-81 permanece estos días varado en el astillero de Navantia, en una parada programada para revisar y mantener el casco tras las primeras navegaciones en inmersión.
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