«Desde que me apuñalaron tengo miedo de salir a la calle»

«No puedo salir a la calle. Me da miedo encontrarme con ella», relata Magdalena. Esta joven vecina del cartagenero barrio de Vista Alegre vive desde la pasada semana en vilo porque la Policía no termina de dar con la mujer que la apuñaló tras interponerse en una discusión entre la agresora y su tía. «Herida inciso-contusa por arma blanca con lesión flexor superficial del 2º dedo de la mano izquierda», es lo que reza el diagnóstico que le expidieron tras ser inspeccionada y operada de urgencia en el hospital Santa Lucía. Y da gracias de que no acabara la cosa todavía peor. «Iba al cuello. Por la trayectoria, dicen los médicos que hubiera muerto allí desangrada», indica todavía en 'shock'.

Tras varios días hospitalizada, Magdalena ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, según consta en el escrito al que ha tenido acceso este periódico. Más allá de las secuelas físicas y sobre todo psicológicas, la mujer –que prefiere que no trasciendan más datos personales suyos por temor– afirma a este diario que lo que quiere es que detengan a su agresora, quien dice que tiene atemorizada a toda esta barriada ubicada a orillas de la carretera de La Unión. «Ya ha tenido muchas peleas con otros vecinos. Te pega, te raya el coche y lo hace indistintamente con todo el pueblo. Queremos que acabe ya esta pesadilla».

Según relata a este periódico y así lo ha manifestado también ante los agentes, el incidente comenzó mientras se encontraba en su casa, cuando escuchó «bullicio e insultos» en la calle. Su tía Nieves, junto a su hijo de nueve meses, estaba discutiendo con la agresora. «Le decía 'os voy a matar'. Nos asustamos y le dije que entrara a casa». Allí aguardaron hasta que pensaron que ya se había marchado.

Cuando suponían que ya no volvería, Magdalena acompañó a su tía hasta su casa, momento en el que la vecina conflictiva las asaltó sorpresivamente. «Venía con sus abuelos persiguiéndola por detrás». Entonces dice que les increpó y empezó a insultar de nuevo. «No le vi que tuviera un cuchillo, ni nos dijeron sus familiares que la acompañaban que lo llevaba encima», recrimina.

Magdalena asegura que, en ese momento, se interpuso para intentar calmarla. «Yo no había tenido hasta entonces ningún problema con ella», afirma. «Le dije que se tranquilizara y que hablásemos las cosas». Fue en ese instante cuando, según relata, se abalanzó sobre ella cuchillo en mano. «Era uno de cocina negro, de unos 30 centímetros, para cortar carne», recuerda.

Magdalena cuenta que, en ese instante, no sabía cómo reaccionar y que, en un acto reflejo, lo que hizo fue interponer sus brazos en la trayectoria del cuchillo, que acabó atravesándole la palma de la mano izquierda. «Después me sonrió y me dijo 'ahora te jodes'».

La agresora salió corriendo por un monte cercano, donde los agentes localizaron un cuchillo, presumiblemente el que utilizó la agresora. «Yo en ese momento, de la adrenalina, no sentía nada. Me miré la mano y vi que me salía sangre a borbotones y que tenía un hilo blanco colgando. Era un tendón. Mi tía cogió una gasa del niño y me la puso para taponar la herida».

De ahí empezaron la carrera en busca de atención médica. En el ambulatorio del pueblo poco pudieron hacer más allá de ponerle una vacuna contra el tétanos. «Yo ya me estaba mareando porque estaba perdiendo mucha sangre». Así es cómo acabó en el servicio de Urgencias del Santa Lucía.

«Ahora estoy con medicación y tendré que ir a rehabilitación si no quiero perder la movilidad en uno de los dedos», señala Magdalena, que insiste en que solo desea que encuentren a la mujer que la apuñaló y que tanto ella como sus vecinos puedan vivir en paz. Los cuerpos de seguridad del Estado mantienen la búsqueda de esta mujer para que responda por este hecho.

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