El Alcalde Mayor Vasco de Quiroga
LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN
Sábado, 9 de noviembre 2019, 02:39
En algunas ocasiones, repasando la historia de nuestra ciudad nos encontramos con personajes que, aun no siendo oriundos de Cartagena, su paso por estas tierras no debería pasar desapercibido, pues su fama y reconocimiento en otros lugares los hacen ser personas relevantes a nivel mundial. Y si en algún momento su presencia está atestiguada en Cartagena, ocupando puestos de mucha responsabilidad municipal, estaríamos en condiciones de hacerlos partícipes, como un visitante con herencia, formando parte de nuestra historia local.
Nos trasladamos al siglo XVI. Cartagena está envuelta en una insurrección que afecta a todo el territorio castellano, denominada 'La Rebelión de Los Comuneros'. Fue un levantamiento armado en una época de inestabilidad política, en los primeros años del reinado de Carlos I.
En 1520, es nombrado Alcalde Mayor de Cartagena un joven licenciado en Derecho, de nombre Vasco de Quiroga. A estos los designaba directamente el Corregidor del Rey y eran el lazo entre los poderes territoriales y el monarca, por encima de los regidores de la ciudad y considerados máxima autoridad política, militar y con formación letrada para administrar justicia. Había nacido nuestro protagonista en Madrigal de las Altas Torres (Ávila), en el seno de una familia de origen gallego, descendientes de dos líneas reales, suevos y godos, consiguiendo el título de hidalguía luchando contra los musulmanes.
Se sabe que estudió Jurisprudencia y se licenció en Derecho Canónico, adquiriendo una amplia formación humanística. Tras finalizar sus estudios universitarios, pasó a formar parte de la Real Chancillería de Valladolid, el órgano judicial más importante de Castilla en esa época, y de aquí a ocupar puestos de cierta responsabilidad, entre ellos el de Alcalde Mayor en nuestra ciudad.
Lo normal habría sido que, estallada la revuelta, los comuneros cartageneros hubiesen destituido a Vasco de Quiroga, como fue habitual en otras muchas ciudades del reino. Curiosamente en Cartagena se tomaron otras medidas. Los rebeldes no atacaron al gobierno real sino a los dirigentes locales del Concejo, manteniendo en sus funciones a Quiroga, al parecer por su extraordinarias cualidades humanísticas e intelectuales.
«El español que se hizo indio»
Finalizada la rebelión comunera y restablecido el poder real en toda Castilla, nuestro Alcalde Mayor es nombrado juez de residencia en la ciudad norteafricana de Orán, partiendo del puerto de Cartagena en 1522, para nunca más volver. Comienza aquí la verdadera leyenda de este personaje, hasta el punto que hoy día fue recordado por el Papa Francisco, en su último viaje a Latinoamérica, como «el español que se hizo indio».
En enero 1530, fue enviado por la reina Isabel de Castilla a México como oidor de la corte, para representar al rey en esos territorios, que recibían el nombre de Nueva España. Su misión también implicaba el cuidado de las poblaciones indígenas y que estas comunidades recibieran educación. A pesar de que otros Oidores pudieron no tener un comportamiento ejemplar, Vasco Quiroga sí lo tuvo y se convirtió en uno de los principales evangelizadores de México.
Tomó los hábitos como franciscano en 1535. Para entonces contaba 68 años, e inmediatamente fue nombrado obispo de la diócesis de Michoacán, y desde ese mismo instante realizó una destacada labor en favor de los indígenas, construyendo hospitales así como una red de pueblos y comunidades autosuficientes que actualmente todavía se encuentran en las zonas mexicanas de Paracho, Quiroga, Tzintzuntzan, Santa Clara del Cobre y muchos otros en el estado de Michoacán.
Investigó los abusos y escándalos cometidos contra la población indígena, incorporó a estos a un modo de vida igualitario con respecto a los españoles, administrando justicia en este sentido y castigando a los que con su comportamiento no respetaban las disposiciones establecidas por la Corona. Su defensa de los indios le otorgó un cariño especial por parte de estas gentes, que le llegaron a denominar como el 'Tata Vasco', el padre de todos ellos, algo que con el paso de los siglos se ha perpetuado en la memoria de muchos habitantes de aquella región, considerándose como una persona venerada.
Contra la leyenda negra
Además de su labor evangelizadora y social, escribió varios libros de doctrina y administración de los sacramentos para indios así como reglas y ordenanzas para la gestión de los muchos hospitales que fundó. Falleció en 1565 en Uruapán, durante una visita pastoral. Murió con una gran fama de santidad a los 95 años. Actualmente está en proceso de canonización.
Por todo ello hemos considerar a Vasco de Quiroga como alguien del que deberíamos sentirnos orgullosos de tener en nuestra lista de alcaldes. Fue un hombre que supo ser justo con aquellos que más lo necesitaban y que ayuda a comprender que todo no es leyenda negra en la presencia española en América.
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