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Un universitario apunta en su teléfono móvil el número de una vivienda que se alquila.

El alquiler de pisos crece gracias a universitarios, obreros y militares

El Sector Estación, la zona de la rambla de Benipila y Tentegorra concentran la mayoría de nuevos arrendamientos, pero la oferta todavía es escasa

EVA GARCÍA

Lunes, 5 de octubre 2015, 11:59

Si puede ser, que tenga ascensor y acceso wifi a internet, pero sobre todo que esté cerca de los campus (es decir en el entorno de la Avenida Reina Victoria, el Paseo de Alfonso XIII y la Avenida de América) y que sea lo más barato posible. Eso es lo que buscan los estudiantes universitarios de Cartagena a la hora de alquilar un piso, un negocio al alza para los propietarios particulares y que, si bien permite a las inmobiliarias mantener cierta cuota de arrendamientos, apenas les deja beneficios.

Septiembre es el mes fuerte para estas empresas. El responsable de Inmocentro, Francisco Gutiérrez, cuenta que, ante el nuevo curso (que empezó la semana pasada en la UPCT y en el centro ISEN, adscrito a la Universidad de Murcia), lleva alquilada ya una docena de casas. «El aumento va estrechamente ligado al número de los universitarios. Y cada vez hay más en Cartagena», apuntó Gutiérrez.

Otro público objetivo que tienen las inmobiliarias son los militares y los trabajadores del sector industrial. El gerente de Nuevo Hogar, Juan Medina, asegura que son muchos los empleados de Repsol que demandan casas en buen estado, en el centro y con plaza de garaje.

Fuga por los garajes

No obstante, advierte de que existe un problema: «El garaje sube el precio. Como estos trabajadores necesitan el coche para desplazarse hasta la refinería de Repsol, algunos deciden irse a vivir a otras zonas donde también tienen que utilizar el vehículo, como La Unión, El Algar y el campo de golf de Torre Pacheco. Allí tienen casas con mejores condiciones y al mismo precio que en Cartagena», dice Medina.

No sucede así con los operarios que vienen de fuera a trabajar en el astillero público de Navantia. Según afirma el director de la Agencia de Propietarios de Gestión inmobiliaria, Antonio León, la zona de Luis Calandre es muy solicitada por los trabajadores debido a la cercanía de la factoría. «Navantia alquila muchas casas al personal que procede de Cádiz por la zona de la rambla de Benipila. Es un sitio barato y, además, el empleado puede desplazarse andando en diez o quince minutos a su lugar del trabajo», comenta León.

A pesar de la variedad de la oferta, el presidente de la Asociación de Promotores de Cartagena (y también de la Cámara de Comercio), Miguel Martínez, apunta a que hay una gran necesidad de construir pisos de alquiler en la ciudad. «Hay mucha demanda por parte de estudiantes, trabajadores y militares, pero no hay oferta suficiente y la mayoría de edificios ya están completos. El inconveniente es que no hay presupuesto para construir estos pisos específicos, por las limitaciones al crédito por parte de los bancos», explica.

Antonio León pone el ejemplo de los extranjeros con becas Erasmus: «Llegan para estancias de cuatro meses y necesitan pisos de mucha rotación. Y en Cartagena apenas los hay».

Necesidad de construir más

Esta carencia la sufren también los empleados de Repsol cuando vienen a realizar una parada de mantenimiento de los equipos a Escombreras (aunque la de este año ha sido propuesta a 2016) y los militares que acuden a tareas de adiestramiento.

«Para estancias cortas existen muy pocas casas. Los propietarios prefieren esperar una oportunidad para alquilarla un año y no solo tres meses», confirma Juan Medina. Y Patricia Magro, de Urbincasa, añade que aun así se siguen cerrando acuerdos de arrendamiento con empleados de Repsol y Navantia.

Francisco Gutiérrez, que lleva treinta años trabajando en este sector, afirma que negocios como éste no pueden vivir solo de los alquileres de los estudiantes y operarios temporales, porque «éstos realizan estancias muy cortas». Por eso, pide más apoyo a los alquileres.

El presidente de la Asociación de Promotores señala, en todo caso, que el alquiler es el único que crece. Eso sí, lo hace a un ritmo del 5%. «Se alquila mucho, pero las estancias son muy reducidas y el sector necesita un impulso al arrendamiento, como en otros países».

El lugar donde más se nota un repunte es el Sector Estación. Antonio León señala que «varios inversores de pequeña escala compraron allí casas, porque bajaron el precio a 40.000 euros, y ahora alquilan a los universitarios». Según fuentes de la UPCT, los particulares suelen pedir a cada chaval unos 200 euros.

Otra zona en auge, según Francisco Gutiérrez, es Tentegorra. Allí, el perfil del cliente es otro: gente con más poder adquisitivo, que busca espacios libres y áreas deportivas.

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