Imagen de las diligencias de reconstrucción.

Dos testigos no reconocen a los policías imputados en el crimen de Cala Cortina

Los seis agentes investigados, con la cara cubierta con pasamontañas, están participando este miércoles en la reconstrucción de los hechos en la zona donde fue hallado el cadáver de la víctima

EFE

Miércoles, 5 de noviembre 2014, 20:24

Dos funcionarios de la Autoridad Portuaria de Cartagena no han reconocido este miércoles a los seis agentes de la Policía Nacional encarcelados desde el pasado 8 de octubre por su presunta autoría de la muerte de Diego Pérez, un vecino del barrio cartagenero de Las 600.

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El juzgado de instrucción que investiga los hechos había ordenado esta rueda de reconocimiento a instancias de los abogados defensores para que esos funcionarios trataran de determinar si esos agentes eran los mismos a los que ellos vieron el pasado 11 de marzo, día de la desaparición de Diego Pére, en la playa de Cala Cortina, donde dos semanas después fue hallado su cadáver.

Según fuentes próximas a la investigación, en esta diligencia los testigos no reconocieron a ninguno de los agentes policiales como aquellos a los que vieron esa noche y a los que llegaron a preguntar si ocurría algo, porque no era frecuente ver tres coches patrulla en la zona.

Cuando declararon en el juzgado añadieron que los dos policías nacionales con los que hablaron les respondieron con evasivas, a lo que no dieron importancia porque pensaron que estaban trabajando en alguna investigación y que no querían decir nada por temor a ponerla en riesgo.

Esta tarde, los imputados intervinieron vestidos de paisano y con la cara cubierta con pasamontañas en la reconstrucción de los hechos en la zona de la cala donde fue hallado el cadáver. Esta diligencia continúa durante esta noche.

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Por indicación de la magistrada María Antonia Martínez repitieron el recorrido que aseguran que hicieron aquella noche cuando trasladaron al lugar a Diego Pérez para que se calmara, porque estaba muy excitado tras ser detenido por ellos en la puerta de su vivienda después de llamarlos por decir sentirse "amenazado".

Esta diligencia se practicó también a petición de los letrados defensores para tratar de comprobar si en los escasos minutos que tardaron en llegar a esa playa y en que permanecieron en ella tuvieron tiempo para acabar con la vida de Diego Pérez y deshacerse de su cadáver.

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