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No puede Teresa López, presidenta del Colegio de Veterinarios de la Región de Murcia y responsable de los servicios veterinarios de Coag desde hace 34 años, ver debates sobre ganadería intensiva en las tertulias televisivas. Se la llevan los demonios, especialmente cuando escucha una de ... las palabras más repetidas de la última semana a raíz de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, al diario británico 'The Guardian' acerca de la necesidad de avanzar hacia una agricultura más sostenible y evitar la proliferación de instalaciones de grandes dimensiones.
–¿Qué le sugiere la palabra macrogranja?
–Mmm... Me sugiere desconocimiento, desinformación, manipulación. Escucho a gente hablar que parece no saber que hay multitud de normativas europeas de ordenación zoosanitaria de las explotaciones ganaderas. Esos reglamentos de la Unión Europea, que son de obligado cumplimiento y se transponen en España a reales decretos de ordenación, limitan el número de animales por explotación, te dicen los metros cuadrados que tienes que tener por cada animal, cómo tienen que ser las ventanas, que la explotación tiene que estar vallada, que tiene que tener tela antipájaros, que tiene que tener sistemas de evacuación de estiércoles, que tiene que aplicar lo que se llaman las MTD, las mejores técnicas disponibles, para minimizar el impacto ambiental tanto en la tierra como en la atmósfera. Todo eso existe desde hace tiempo, salvo lo de las mejores técnicas disponibles, que es de hace solo seis meses, y estamos empezando ya a implementar un montón de cosas en la Región de Murcia, porque son obligatorias. Cuando veo a todos los de las televisiones hablando de macrogranjas, lo primero que me gustaría preguntarles es: «Para usted, ¿qué es una macrogranja?».
–¿Qué es para usted?
–Las macrogranjas no existen en España. Aquí hay granjas grandes que están sometidas a la legislación vigente que limita el número de animales que pueden tener. Las macrogranjas están en China. En España no hay. Aquí no se puede tener una granja con 40.000 cabezas de porcino o el número que se quiera.
–Pero hay una fuerte oposición de colectivos vecinales y ecologistas a la implantación y la proliferación de este tipo de explotaciones de gran tamaño.
–Hay que saber que las granjas nuevas, precisamente, están sometidas a un montón de controles medioambientales. Las antiguas tienen un periodo de adaptación, pero si hoy se publica una MTD, la granja que abra mañana tiene que cumplirla. Las ya existentes tardarán un tiempo.
–Uno de los principales debates gira en torno al bienestar animal. ¿Cómo se cría en una gran granja intensiva?
–Depende de qué miremos. Yo aquí hago una pregunta: ¿un animal criado en una explotación extensiva, cuando hay -10 grados, ¿pasa frío? En una granja intensiva no. Me puedo plantear si bienestar animal es que una vaca esté pasando frío o estar en una instalación con sus metros cuadrados correspondientes, su higiene y su temperatura controladas. La normativa vela por una serie de condiciones, que están supeditadas a constantes inspecciones de la Consejería de Agricultura y de la Unión Europea, que, cuando da ayudas de la Política Agraria Común, establece que, si las incumples, te quedas sin ayudas.
–¿Considera suficientes las regulaciones actuales?
–Hay normativas que tienen algunos años, como pasaba con la de porcino, que se ha arreglado hace poco. La vida va cambiando y, al mismo tiempo, tenemos que ir avanzando en las condiciones higiénico-sanitarias de los animales. Tampoco es la misma tecnología la que tenemos ahora que la que teníamos hace 40 años. Ahora se están implementando en las granjas de porcino unos sistemas de medición de temperatura que, en el momento en que detectan una variación anormal en un lechón o un cerdo, avisan de que un animal no está bien. Incluso te dicen si un animal no come o no bebe lo que debería, que permite saber que algo le pasa. La tecnología nos va permitiendo implementar cosas para mejorar las vidas de estos animales. A veces se habla de los ganaderos como si fueran criminales y no lo son. Son los primeros interesados en el bienestar animal, porque un animal que no está bien, no produce.
–El impacto ambiental es otra de las grandes críticas a las grandes explotaciones.
–Las mejores técnicas disponibles indican cómo se debe reducir el impacto de las emisiones a la atmósfera; no evitarlo, porque eso es imposible, cualquier animal vivo realiza emisiones de gases a la atmósfera, pero sí minimizarlo.
–¿Y qué hay de los lixiviados al suelo de los purines y la contaminación por nitratos?
–Las balsas donde se almacena el purín líquido tienen que ser estancas. Sí o sí, por obligación. Las viejas es probable que todavía a estas alturas alguna pueda estar sin impermeabilizar. No voy a decir que el 100% de las explotaciones ganaderas tengan las balsas impermeabilizadas porque mentiría. Pero tienen que estarlo, y el que no las tenga impermeabilizadas, tiene de plazo 6 meses desde que salió el último real decreto para hacerlo. También hay que decir que hay estudios de la UPCT que señalan que el purín no se filtra más de seis u ocho metros, y los acuíferos en la Región no están a ocho metros.
–Otro de los debates que ha puesto encima de la mesa el ministro de Consumo y que ha generado malestar en el sector ganadero es el asunto de la calidad de la carne. ¿Es peor la de las grandes granjas intensivas?
–No. Vamos a ver. ¿Qué es mala calidad? Una carne que no tiene buena calidad no sale a consumo. Hay mucha desinformación. Todo lo que llega a los consumidores es sano y de calidad. Otra cosa es que hablemos de diferencias organolépticas. No es lo mismo un jamón ibérico que uno de un cerdo blanco. ¿Tienen calidad? Sí. ¿Son sanos? Sí, los dos.
–Otra crítica habitual es la que señala un mayor uso de antibióticos. ¿Qué posibilidades hay de que un resto de estos medicamentos llegue al consumidor?
–Ninguna. Los veterinarios, cuando tenemos que medicar al animal, lo hacemos si, y solo si, tiene una enfermedad, y hay que comunicárselo al Ministerio. Decimos a qué animal hemos medicado, en qué dosis, que se calcula según el peso, y con qué antibiótico. Y ese animal tiene un periodo de supresión para que no quede ninguna traza. Si a una vaca le he dado amoxilicilina porque tiene una mamitis, el Ministerio lo sabe, y ese ganadero tiene que destruir la leche que ordeñe de esa vaca. Y si el ganadero, por lo que sea, fuera un desastre y llevara esa leche al tanque de frío, cuando viene la industria láctea y hace una analítica, si ve trazas de antibióticos, no se la lleva.
–¿Y en el caso de la carne?
–En carne, si tratas a un animal, sabes que en equis días no puedes venderlo y, si el ganadero no te hace caso y lo vende antes, suponiendo que algún desalmado lo hiciera, que no lo va a hacer, cuando ese animal va al matadero y se hacen los controles, como pillen restos de antibiótico, la partida se decomisa entera y no se libra a consumo, pero es que no es solo eso, es que el ganadero entra en una lista negra, y cada vez que lleva animales al matadero, durante seis meses lo están controlando. Y como le vuelvan a pillar por segunda vez pasado un tiempo, entonces viene una sanción de tres palmos de narices.
–Recientemente, el Parlamento Europeo valoró restringir el uso de antibióticos en ganadería, aunque finalmente votó en contra. Los veterinarios se oponían.
–Es lo que pasa cuando un grupo de personas plantea cosas sin tener conocimiento científico del tema y cree que todos los animales están medicados hasta las orejas. No es cierto. Los científicos le han explicado a los europarlamentarios cuál es la situación y que necesitan tratar a los animales cuando están enfermos y lo han entendido. Finalmente, lo que se ha hecho es dejar un grupo de antibióticos para uso exclusivamente humano y otro para uso veterinario.
–Hay preocupación por el avance de la gripe aviar. La Región tiene casos, pero ¿están a salvo las explotaciones ? ¿Se puede evitar que llegue a la Comunidad?
–No. Ni están a salvo ni se puede evitar. Ni siquiera en las explotaciones de intensivo. No se puede tener a las aves con las ventanas cerradas todo el santo día. Este es un virus que se transmite por el aire, y solo podemos tomar medidas de bioseguridad y extremar las precauciones. El problema es que puede llegar por aves migratorias. Ahora mismo hay unas cuantas granjas en Murcia bajo control. Estaremos encima. En cuanto haya una granja positiva, la sacrificaremos, que es la medida que podemos llevar a cabo. Pero este virus no lo vamos a poder parar.
–¿Qué otras enfermedades les preocupan?
–La peste porcina africana, que pasó de Polonia a Alemania y ya está en Italia, es otro virus difícil de controlar, porque los jabalíes lo mueven de un lado a otro y no conocen fronteras. Y en Melilla ha habido cinco casos de rabia en perros. Estamos atentos.
–El Gobierno ha impulsado un nuevo anteproyecto de protección de los animales. ¿Cómo valora el texto?
–Bueno, estuvimos en una reunión con el director general de Derechos de los Animales y le expusimos como colegios profesionales nuestras dudas sobre muchos puntos. Hay cosas que están muy bien y otras que están mal.
–¿Cuáles son las que están mal?
–Hay muchas deficiencias. Una de ellas es la prohibición de adiestrar a un perro hasta que tiene determinada edad. Los perros pastores, por ejemplo, necesitan salir de cachorros para aprender de las madres. Otra cosa es que no puedes decir en una normativa que esos animales tienen que cumplir su comportamiento etológico y al mismo tiempo pretender que se les castre obligatoriamente en muchos supuestos. Su comportamiento etológico es reproducirse.
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