Que la pandemia ha cambiado nuestras vidas es una afirmación comúnmente aceptada. Esto incluye los comportamientos de movilidad urbana; es decir, el medio de transporte escogido por los habitantes de una ciudad para sus desplazamientos diarios. Un estudio desarrollado por Salvador García-Ayllón, profesor en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), y Phaedon Kyriakidis, de la Universidad Tecnológica de Chipre, concluye que los cambios producidos en estas costumbres en los últimos dos años, de continuar así, generarán más gases contaminantes que anteriormente.
Publicidad
Precisamente, el núcleo objeto del estudio es el de la ciudad cartagenera, aunque limitándose a lo que consideran como zona plenamente urbana: hasta el polígono de Santa Ana por el norte, Los Mateos por el este y Canteras por el oeste. Según defienden en el documento, se trata de una población ideal por su tamaño medio, ya que permite observar ciertos patrones de movilidad sin que otras variantes tengan un peso significativo para ser tenidas en cuenta -empresas de VTC como Uber o Cabify, entre otras-.
El 'paper', publicado en la revista científica Land, muestra los cambios producidos en el uso del vehículo privado, del transporte público y de los métodos no contamintantes -bicicleta, patinete o caminar- en los meses de marzo y abril de los años 2019, 2020 y 2021. Es aquí donde se observa que el uso del coche particular desciende, como es lógico, en 2020 con respecto al año anterior, debido a las restricciones por la pandemia. En 2021 aumenta en comparación con los mismos meses analizados en 2020, pero sin alcanzar los niveles de 2019.
Por su parte, en el transporte público se reduce drásticamente el número de pasajeros durante el primer año y, aunque en el segundo se recupera, se trata de un ligero incremento que no compensa la pérdida generada previamente. Por último, en lo que concierne a los métodos no contaminantes, tradicionalmente más presentes en zonas periurbanas o peatonalizadas del centro, hicieron de contrapeso durante la primera anualidad respecto al menor uso del autobús o del vehículo privado en ciertas zonas. Sin embargo, y aunque su uso está más generalizado en 2021 que en 2019, esta ganancia resulta insuficiente para compensar el aumento que ha sufrido el empleo del coche particular en detrimento del transporte público.
A continuación, refleja la repercusión de este método en la calidad del aire en la ciudad portuaria. Como es lógico, hay menor cantidad de gases contaminantes tanto en 2020 como en 2021 con respecto a 2019. No obstante, en el año más reciente se observa ya un incremento de la polución, ligada especialmente a las zonas en las que también se ha recuperado el uso del vehículo privado a niveles similares a los de antes de la irrupción de la Covid-19.
Publicidad
El estudio concluye, por tanto, que la pandemia ha tenido consecuencias también en las costumbres de movilidad urbana y en sus posibles repercusiones sobre la calidad del aire. Pese a que recuerdan de que es pronto para asegurar si estos cambios son permanentes o solo temporales, afirman que la tendencia apunta a que «puede estar produciéndose un retroceso con respecto al escenario pre-Covid-19 en lo que respecta a la movilidad sostenible».
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.